Capítulo 4: Encuentro

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Encuentro

Después de caminar por diez minutos todo estaba tranquilo, no parecía para nada un apocalipsis zombie, sino fuera por los cientos de cadáveres regados por todas partes, sería un día normal, yo jalaba el vehículo improvisado y mi hermano estaba alerta.

—¡¡Rayos!! Está muy aburrido el ambiente —comentó mi hermano.

Sonreí un poco.

—Créeme, es mejor que este así, no querrás enfrentarte a un grupo de bestias hambrientas.

—Claro que no, me refiero a que estás muy callado, desde que salimos de la casa no habías hablado nada.

—Lo lamento hermano, solo que... tengo tantas preguntas y no logro encontrar respuestas.

—Dímelo a mí, al menos tú ya sobreviviste una vez, tienes experiencia con esto, en cambio yo jamás había visto una bestia ni si quiera en televisión, y de pronto estar viviendo un apocalipsis —suspiro.

Él tenía razón, yo me volvía loco buscando respuestas dejando a un lado los pensamientos de mi hermano, sus preguntas, dudas.

—Lo siento Juan, ahora no solo eres mi hermano, también eres mi compañero de sobrevivencia, tenemos que estar más unidos que antes.

—Lo sé hermano, sabes que tienes mi apoyo incondicional.

—Esa voz me agrada, juntos saldremos de esto.

Me seguía incomodando el silencio, ese silencio que aturde y molesta, algo me decía que no era normal, y claro que no lo era, miraba en todas direcciones esperando que algo apareciera, pero lo hacía de forma discreta para no preocupar a mi hermano, todo el camino estuve muy inquieto, pero no apareció nada, llegamos a un lugar lo suficiente lejos, mi hermano baño los cuerpos con alcohol, después lo encendí, corrimos hasta alejarnos de los cadáveres, las llamas se podía ver a pesar de la distancia.

—Eso fue muy raro —comentó mi hermano.

No es nada comparado con lo que viene, pensé.

—Si hermano tendrás que acostumbrarte.

Cuando terminé de hablar pude escuchar los pasos de una persona muy cerca de nosotros, se ocultaba en las sombras de los arboles, además aun era temprano y la luz del sol no era tan fuerte.

—Espera — le dije a mi hermano — ¿Quién eres?, muéstrate.

No respondió.

— ¿Qué sucede hermano? —preguntó con preocupación.

—Me pareció escuchar algo por allá — apunte a un grupo de arboles —Es mejor que salgas ahora.

Una silueta se removió de entre los árboles.

—Lo siento, no quiero hacer daño a nadie, no me había acercado porque quería cerciorarme que no fueran como ellos, mi nombre es Julie, tengo 15 años.

—¡¡Rayos!! Pensé que se trataba de otra cosa.

—Hola Julie, mi nombre es Juan y el es mi hermano Joab, mucho gusto —se presento, la niña era muy bella, los ojos de mi hermano brillaban.

Amor adolescente, muy mal momento para cosas como esa, pensé.

—El gusto es mío, ¿puede unirme con ustedes? Estoy sola y tengo miedo —su voz se entre corto y las lagrimas se desbordaron en la joven.

—No te preocupes — se acercó mi hermano —Puedes estar con nosotros —la abrazó.

Maldición mi hermano es un aventado, ahora no podre decirle que no, parece que se encariño con ella, esta vez se la dejare pasar, ya entenderá después que no se puede andar por ahí ayudando a todas las jóvenes guapas.

Plaga Mortal II © (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora