Capítulo 12: Sin remordimientos

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Un aire cálido recorría todo mi cuerpo, era extraño pues mis piernas y brazos estaban inmovilizados, por un momento pensé que me habían capturado para llevarme delante de Iván y que ese maldito me tortura o aún peor, torturaría a las chicas frente a mi pera causarme mucho dolor, y al final quitarme la vida.

Un dolor de cabeza muy fuerte me hizo abrir los ojos y despertar, al parecer me había quedado inconsciente, recordé a mis amigos, a Morgan, todos caímos ante ese monstruo extremadamente poderoso, no sabía el porque me dolía tanto la garganta.

— ¡Despertó! — escuché una voz familiar.

Eran ellos, estaban vivos, pero por qué me encontraba atado con cadenas a un árbol lleno de sangre y con mis ropas desgarradas.

— Amigos... — quise hablar, pero mi garganta no me lo permitía, me dolió tanto pronunciar una sola palabra.

— ¿¡Quién demonios eres!? — cuestionó Maniaco apuntándome con un arma.

— Por qué preguntas, soy yo idiota, Joab. — respondí con voz muy bajita pero el dolor iba desapareciendo.

— ¡No mientas maldito! — se acercó Maniaco enojado y sin bajar su arma.

No entendía que pasaba, no parecía un sueño, era la realidad, sin embargo, mis amigos de toda la vida no me recordaban.

— Soy Joab, me alegra que estén bien.

— De verdad eres tú Joab cierto, has vuelto, quiten las cadenas de su cuerpo — dijo Negro.

— No seas estúpido Negro, trata de engañarnos no recuerdas lo que pasó, es obvio que a nuestro amigo lo dominó el virus, siempre temíamos que ese día llegara.

Nuevamente no sabía que había pasado con mis amigos o conmigo, tenía que averiguarlo me dolía que mis amigos me desconocieran, me dolía más que todas las heridas físicas que pudiera tener en mi cuerpo.

Mis dos amigos con los que pasé tantas cosas eran más que solo amigos, los consideraba mis hermanos, ahora me veían con miedo con terror, no lo entendía, pero ya había tenido esa mirada antes, cuando mi cuerpo fue apoderado por el virus del cual he sido portador desde que todo empezó, por culpa de Iván.

— Por favor díganme ¿qué fue lo que hice? — pregunté inclinando mi cabeza.

— Maniaco parece que Joab está de vuelta.

— Si también empiezo a creerlo, pero necesitamos estar seguros, Joab si realmente eres tú, dime algo que solo nosotros sabemos.

— Maniaco, Negro de verdad quieren que les diga secretos vergonzosos porque tengo un par de cada uno que no creo que les haga muy feliz traer a la memoria.

— Mejor no, así estoy bien — dijo Maniaco agitando las manos.

Negro asintió con la cabeza, ambos reconocían que yo sabía cosas muy vergonzosas de ellos y no les convenía que las dijera.

— Entonces ya están convencidos que soy yo verdad, ahora sin no es molestia les pido que me cuenten a detalle ¿qué fue lo que pasó?

— Pues para ser honesto lo supe desdé el principio, pero tenía que confirmarlo, era obvio que ya eras tú, porque todo tu cuerpo es humano de nuevo. — confesó Maniaco.

— Si está bien, ya no importa. Solo quiero que me digan lo que sucedió.

— Bueno entonces te lo contaré, pero deja te quitó las cadenas. — se acercó a mí y me liberó.

Plaga Mortal II © (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora