Gracias a todas por leer esta historia. No creí que realmente la terminara, enserio. Sus comentarios y votos hacían que me motivara y eso fue genial.
Se que esta historia es como un bebe, aun le hace falta crecer. Espero realmente terminarla y darles el resultado final (solo darle más azúcar al café).
Este libro termino, pero les invito a checar la nueva historia que comenzare: El soundtrack de mi vida. Tendrá más humor y un poco de locura. Ah, y música. Mucha música. Así que si gustan, están más que invitadas. (link en comentarios).
Y Amelia, esta historia es más atrevida y tiene temas un tanto fuertes. Pero igual la recomiendo mucho (por cierto, es +17).
Besoooooos y abraaazos :D Hasta la próxima.
-Tenemos que entregar este informe para la semana que viene y el ensayo de imagen para mañana. Dios, esto es una tortura.
Me reí un poco del sufrimiento de Sofía, mi compañera de clase y de apartamento. No llevábamos más de dos semanas viviendo juntas y ella ya me trataba como si fuéramos amigas de toda la vida. Me caía muy bien y creo que por fin se lo que se siente tener una amiga.
Hablando de amigos... Marcos y yo aun seguimos en contacto, hablamos todas las semanas. De hecho, la ultima vez que hable con él, me platico de esta chica con la que había salido la primera vez y como ahora tienen una relación muy... física. Al parecer la chica era tan rápida como la tabla del dos. Irónico ¿cierto?
-Julia, mira a ese pedazo de carne junta a la motocicleta -escucho decir a Sofia, mientras se da aire con su mano viendo hacía la acera. La imito y me doy cuenta de que habla.
Hablando de relaciones...
-Que suerte la que lo cenara en la noche -me codea mi amiga con una sonrisa. Primera cosa que aprendí de Sofia: le va mucho decir vulgaridades.
Me rio y voy directamente con este ''pedazo de carne'' que es mi novio. Por que si, lo escucharon bien. Tengo un caliente novio en motocicleta, bueno casi.
Lucas se queda parado junto a su monstruosidad de dos ruedas. Vestido con unos jeans rotos, botas militares y camisa negra. Ah y no podían faltar los lentes de aviador. Me sonríe cuando me paro justo enfrente de él.
-¿Has visto a mi novia? -recorre sus lentes sobre su nariz. -Metro sesenta y seis, castaña y un tanto histérica.
-¿Así que histérica, eh? -le golpeo el brazos con mi mano y se ríe quitándose completamente sus lentes.
-Tranquila, solo bromeaba.
-Si como no. Por cierto, ¿cuando dejarás de venir como James Dean?
-Cuando el mequetrefe de tu amigo y los demás de la escuela entiendan que tienes novio.
Sólo pasó una vez. Un chico intentó invirme a salir y digo intentó porque no había terminado de invitarme cuando Lucas llegó y a lo que iba. Me tomo como damisela cargandome en sus brazos hasta la cafetería. Si, el parece un novio celoso.
Lo abrazo por la cintura y le doy un buen vistazo. Tampoco es que me queje de que él se vista así, mírenlo, es sensual. Oh bueno, quitando las miradas de lujuria que le lanzan cada vez que viene a recogerme en la motocicleta.
-Como sea, vayámonos. Tengo una sorpresa para ti.
La cosa se puso interesante. -¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa?
-Obviamente, es SORPRESA.
Me ayuda a subir a la cosa esa de dos llantas y despues se sube él. He aprendido a sobrellevar el viaje en moto, aunque hay veces que ruegue por tocar tierra firme. Solo que nunca me sentiré segura cien por ciento.
Despues de unos veinte minutos viajando, Lucas para en el parque en donde solemos reunirnos desde que vivo aquí. Que por cierto, en este preciso lugar se me declaro formalmente. Ya saben, todo el numero de: ¿Quieres ser mi novia? Aunque tartamudeara e hiciera el ridículo.
Oh, lo recuerdo tan bien, como si solo hubiera sido ayer...
-Ya me canse, Lucas. Hemos caminado por más de media hora al rededor de todo el parque. Tampoco es tan bonito.
Me mira directamente algo asustado ¿Pero que dije?
-¿No te gusta el lugar? Porque a mi me pareció bastante amplio. A ti te gustan los lugares amplios. Tu me habías dicho que eran de tus cosas favoritas... Por eso lo elegí. Pero mira que si no te gusta, vamos a otro y así yo puedo, bueno yo...
-¡Lucas!
Parpadea un poco confundido, me voltea a ver expectante.
-¿Qué pasa?
-Otra vez empezaste a divagar ¿Me dirás a lo que venimos aquí? Y la verdad -lo amenazo.
-Bueno, yo... Esto es difícil, no creas que se puede decir así como si nada... O si, pero...
-¡Lucas! -lo vuelvo a interrumpir pero justo despues de que dije eso, Lucas me grita con los ojos cerrados: -¡¿Quieres ser mi novia?!
Claro que le dije que si.
Esta bien, primero lo bese como por dos minutos y luego dije que si.
Lucas me toma la mano para caminar alrededor del parque, haciendo que vuelva a la actualidad. Nos paramos en una mesa de comedor donde se encuentra una bolsa papel grande y dos chicas.
-¿Comida? -le pregunto un tanto (muy) ilusionada de que lo fuera. Estaba hambrienta, la universidad a penas te da tiempo de parpadear.
-Yeap, tu favorita. Pizza. Igual no es como la allá, pero conseguí una que tienes buenas referencias. -me mira sonriendo. -Se que no has tenido mucho tiempo para ti, así que decidí darte un poco de Julia.
Lucas y tomó una de las bolsas pequeñas y saco un par de frappes de café. Mi bebida favorita. Quería mearme de la emoción (metafóricamente hablando).
-Y... Como postre -agarro la otra bolsa y saco pastel de queso. ¿Cuanto tiempo de ser novios le puedes decir te amo? Porque ahora mismo lo hacía.
-Lucas, esto es... Asombroso, gracias -le doy un beso en los labios y él me toma de la cintura con ambas manos.
-Te mueres por decirlo, ¿no es cierto? -me acerca aún más.
-¿Decir que?
-Esa palabra... Esas palabras.
-No se de que me hablas -escondo mi cabeza en su cuello riendo.
Él ríe de mi reacción y me besa la cima de la cabeza. -Esta bien, ya lo dirás. Siempre terminas diciendo las cosas, por eso te amo.
Tan dulce y... Espera ¿Qué?
Me aparto para poder verlo a la cara y Lucas esta tratando de ocultar una sonrisa.
-¿Que dijiste?
-A mi me parece que lo escuchaste perfectamente.
-Pues si... pero si me lo repit...
-Julia, te amo. Bien, lo dije.
Suspiro algo aliviada. No tendré que decirlo yo primero, eso es genial.
Me mira esperando que diga lo que creo que él espera que diga. Ruedo lo ojos.
-Si, Lucas. También te amo. ¿Ya podemos comer?
Su mirada me hace sonrojar un poco y Lucas me toma la cara con ambas manos y me besa. Me besa lento, tan dulce. Con cariño, con amor.
Dios, jamás creí que diga esto. Pero ese estúpido libro me ayudo. No conseguí al chico que yo esperaba, pero si al que realmente quería.
Colorin colorado, esta historia para ustedes a terminado.
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El libro secreto de los chicos
Teen FictionFácil, Marcos ha sido mi mejor amigo por seis años. Lo difícil, ahora es como si todo se fuera al carajo. Fácil, encontrar ayuda. Difícil, que la ayuda solo te hunda mas. Empecemos por plantear el problema. Numero uno: Marcos y yo hemos tenido exclu...