Capitulo 6 - Recuerdos Oscuros

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En tu cabeza, ellos están peleando con sus tanques y sus bombas, y sus armas, en tu cabeza ellos están llorando. - The Cranberries

Oscuridad.

Eso era todo lo que veía a mí alrededor; abro los ojos y eso es lo primero que observo. Se había ido la luz eléctrica por toda la calle de donde queda mi casa. Genial.

Ruedo los ojos antes de levantarme de la cama, me siento en la cama y me giro para poner mis pies descalzos en el frío suelo. En el momento en que toco el suelo levanto la cabeza de golpe al escuchar un estruendo como si alguien tocara piano pero rudamente.

Aquí nadie toca desde la muerte de mi madre, pues ella era pianista y una muy buena. Pero yo nunca aprendí aunque si me llamo la atención y mi padre tampoco sabe tocar.

Me levanto de la cama y me encamino a la sala de estar que es donde se encuentra el clásico piano de mi madre. Tomo mi celular y comienzo a alumbrar con la linterna de éste. Tomo el pomo de la puerta y lo giro y en ese instante empieza a escucharse la misma canción que tocaba mi madre. Con sus delicadas y finas manos.

- ¡Susana no corras!

- A ver. Joseph deja a Susan correr tranquila, además, no está corriendo está bailando la música que toco ¿cierto cielo? - dice mi madre defendiéndome de un severo regaño de mi padre.

- Amelia. Sabes que cuando llamas a Susana como "SUSAN" la pones caprichosa. No debe correr. No me gusta que lo haga. - dice mi padre entre dientes.

Mi madre rueda los ojos y luego voltea a verme y me guiña un ojo y sigue tocando su melodiosa música. Y yo rio a carcajadas como la cualquier niña pequeña a la edad de 8 años.

Llevo una mano al pecho a recordar eso de mi madre. Desde que me enteré de su muerte no había recordado nada de ella. Ni me había puesto a pensar en ella siquiera.

Llego hasta la sala de estar siguiendo la música encantada pensando que es mi madre. Pero para mi sorpresa es que cuando pongo mi pie izquierdo en la sala la musica se detiene. Frunzo el ceño y alumbro el piano y para mi sorpresa estaba tapado. Tal y como lo dejo mi madre hace ya meses.

De repente llega la luz de golpe y escucho un sonido en mi cuarto y subo corriendo las escaleras y la puerta está entre-abierta tal como la dejé, y con la luz apagada: volteo a la esquina de mi armario y veo una mujer parada de espalda con el cabello negro que le llega hasta la cintura.

Asustada me acerco a ella, temerosa a lo que pueda hacerme, no sé si correr y huir, o seguir adelante, opto por la segunda opción; como dicen la curiosidad mató al gato y de repente voltea y grita a todo pulmón; un grito aterrador que dejaría sordo a cualquiera, me tapo los oídos y cierro mis ojos y de un momento a otro todo cesa.

Abro los ojos lentamente y me encuentro sola y asustada con el corazón acelerado en el centro de mi habitación.

Enciendo la luz del cuarto oprimiendo el interruptor y efectivamente estoy sola, pero esto no ha sido mi imaginación de eso estoy segura.

***

- Am, Susan, ¡vengan! He preparado sus favoritos.

Amanda y yo bajamos corriendo por las escaleras. Se que es un poco inmaduro para unas chicas de 15 ¡pero vamos! Es chocolate frío con trosos de bombones y crema arriba, sin duda nuestros favoritos y más si los preparaba mi madre.

Aberraciones De Un SubconscienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora