Capítulo 8.

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Martes.

El martes es un día raro. Admitámoslo, después de un lunes ya te has acostumbrado a la rutina y no es tan duro como este mismo, pero igualmente es entre semana y tienes que ir al instituto.

Estaba en mi taquilla, antes de la primera clase como la persona invisible que era allí, cuando de pronto alguien me hablo, para mi sorpresa:

-Así que esta es la puta que se sienta con Matthew-. Dijo una rubia de ojos azules.

-Pero no tiene ninguna posibilidad-. Dijo echando una risita la pelinegra de ojos celestes masticando un chicle a pocos metros de mi.

-Lo que te digo Tiffany, una necesitada-. Dijo... ¿la rubia irritable del otro día? dirigiéndose a la primera chica.

Tiffany es nombre de puta. Al menos si eras rubia, ojos azules y tenías los labios más operados que una actriz porno.

Y yo estaba como en chock. ¿En serio? Ellas me venían a decirme ¿eso? ¿A mi?

Mirense al espejo, por favor.

Yo miraba la taquilla, aún medio vacía y ellas seguían hablando con sus voces chillonas. Yo sólo intentaba dejarlas de escuchar y coger mis libros para irme a clase. ¡Qué voces por favor!

-Summer-. El que faltaba aquí-. Tengo que hablar contigo-. Dijo apoyándose contra la taquilla de al lado mío.

Las chicas de detrás mío dejaron de parlotear para mirar a Matthew como si fuera lo más increíble que hubieran visto en su vida. Yo sólo giré mi cara de la taquilla a su cara y dije:

-¿Sobre qué?- Mi voz era como si no pudiera reprimir la molestia que me causaba esa situación, y así es como era.

-Aquí no-. Su voz estaba cargada, como la mía, con molestia.

¿Pero porqué él..?

Así que al niño no le gusta esta situación.
Interesante... muy, pero que muy interesante...

-Aquí sí-. Cerré mi taquilla, llevándole la contraria a propósito.

Y así es como nunca jamás descubrirás que te quería decir.

-Aquí no-. Me giré lentamente hacía él. Era de esas personas que te gusta hacerles cosas para que se enfaden por el simple hecho de verlos así...

Por mucho que me mandes no voy a hacerte caso.

-Sí, aquí-. Aunque no lo quería hablar allí, me encantaba su cara de enfado.

-No-. Bien, habíamos llamado un poco la atención de todos los que se encontraban en el pasillo. Si otro fuera el caso, al mirarles no habría protestado más a Matthew, pero como solo miraba los ojos azules de él, no había problema.

-Sí-. Le reté con la mirada, si por mí fuera, esta guerra de si y no, no acabaría nunca.

-No-. Me lo devolvió, pero como soy muy cabezona, seguí, con las mejillas ligeramente sonrojadas al mirarle tanto tiempo a los ojos, pero con la voz firme y segura, como la suya.

-Sí-. Me crucé de brazos y él me imitó. La diferencia es que yo casi me abrazaba a mi misma, pero él tenía los brazos cruzados como si lo hubiera estado practicado, mirándome con una ceja elevada, haciendo que quisiera seguir con esta guerra que habíamos fabricado nosotros solos.

-No-. Se acercó un poco más a mi, intentando intimidarme, no lo consiguió.

No me rendiré ¡nunca!

Main Girl [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora