Capítulo 7.

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A las cinco de la mañana desistí a la idea de dormir, era imposible. Por lo tanto, al ser tan temprano, no tenía hambre. Fui a la guarida antipadres, vi la televisión y como por arte de mágia me dormí en ese puf tan incómodo.

Al despertar ya casi era mediodía, me dolía la espalda y tenía la sensación de no haber dormido nada. Decidí levantarme para no procupar a Alaska y a Adam, y baje a desayunar.

-Hola-. Dije entrando en la cocina bostezando.

-Hola-. Me dijo Alaska sonriente como siempre-. ¿Dónde has dormido? Tu habitación estaba vacía-. Me preguntó un poco sobreprotectoramente, cruzando encima de su abdomen los brazos.

-No podía dormir, a las cinco fui al ático y me dormí allí viendo la televisón-. Aclaré, sintiendo su mirada en mi mientras me movía por la cocina.

-Y, ¿cuál es la causa de que no pudieras dormir?- Me preguntó ella.

Buena pregunta.

-No lo se- mentí-. Supongo que no tenía sueño-. Ella me miró como si supiera que mentía, pero no me dijo nada y yo me metí lo que me había preparado en la boca dando por acabada la conversación.

Por la tarde, iba a ducharme. Sí, me dolía la espalda, pero como ni siquiera me había quitado el pijama en todo el día, no me había dado cuenta; una cicatriz enorme, como si de un cuchilllo se tratase, se extendia por toda mi espalda, desde el omoplato hasta casi el final de esta, pero solo en la parte izquierda. No tenía sangre, es más, solo era la cicatriz, una negra y horrible, como si la hubieran hecho hacia años. Pero dolía inimaginablemente, si la tocaba tenía la sensación de tener una descarga eléctrica por todo el cuerpo y tardaba unos segundos en ver con claridad todo otra vez.

Pero yo no había ido al cine, no había estado allí a esa hora. Era imposible, era muy confuso. Me había quedado viendo la televisión con Alex.

¿Qué pasa? ¿Qué esta mal conmigo?

El domingo lo pasé sin ganas, por suerte pude dormir a ratos y hacer los pocos deberes que tenía. Odiaba eso de no saber el '¿qué pasa?' La intriga me estaba matando poco a poco por dentro y parecía un zombie, medio muerta y medio viva.

El lunes llegó y como siempre, costó. Sólo intenté evitarle lo máximo posible, no se porqué, quizás porque formaba parte de mi alucinación del viernes, aunque lo tuve que ver igualmente en la comida.

-Hola Summer-. Parecía peor que yo. Él no tenía ojeras, pero su mirada decía lo cansado que estaba, como, si a pesar de haber dormido, no hubiera soñado.

-Hola Matthew-. Dije intentando aparentar seguridad y indiferencia. Dejé mi bandeja y comencé a comer. No sabía porque, pero sabía que él tenía algo que ver, no podía ser solo una coincidencia.

Él se debatía entre contarme o no, probablemente. Puede que fuera lo del viernes, el haberme hecho tantas advertencias, o quizás me aclararía porque había tenido ese no sueño aquella misma tarde.

-Tengo la sensación de haber vivido algo que no he vivido-. Dijo-. Y es triste, porque vivir en sí, sea bueno o malo, es maravilloso.

Silencio.

Bonitas palabras.

-Yo también-. Todo. Toda la frase, un escalofrio me recorrió toda la columna y me removí inquieta. La cicatriz me palpitaba y notaba cada latido de mi corazón en ella.

Más silencio.

Sabía que me miraba intentando disimular y que yo hacía exactamente lo mismo. Pero, aunque a veces tenga una paciencia infinita, hoy no era el día, tenía que hacer algo y lo hice.

Main Girl [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora