Una Chica Escritora

Resulta

Y resulta que está noche me dio por curiosear en mi teléfono celular, cruce foto por foto, cada una con menor importancia que la otra, hasta ver una nuestra.

Me detuve a mirar tus ojos, y resulta que los noté falta de brillo, así es, intenté encontrar en ellos algo que me demostrará la felicidad que decías sentir conmigo, pero no pude divisar nada.

Miré tú hermoso cabello, y cerré mis ojos para intentar recordar como se sentían entre mis dedos... suaves, de una manera inigualable, tantas mañanas pude acariciarlos, que ahora me resulta difícil no poder tocarlos.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos? . Mucho, no es que no extrañe verte, es solo que me haría daño tenerte frente a mi tan recientemente.

Incluso a mí, me resulta absurdo que lágrimas de tristeza resbalen por todo mi rostro. Y es que soy consciente, yo nunca pude quererte como intenté hacerlo.

Contigo pasé hermosos momentos, y también momentos de enojos, fuiste la clave para alejarme de la lectura y emprender un viaje a mi realidad, tú me ayudaste en el absurdo intento de querer olvidar.

Soportaste muchas cosas a mi lado, aguantaste ser invisible para mi en varias ocasiones, resultaste paciente a pesar de creer que sentía una atracción bastante fuerte por otra persona, y sobre todo, me perdonaste cada cosa en la que falle.

Pero también me heriste, no pensaste en el daño que me causarían tus mentiras, yo intentaba en verdad quererte, contigo cambié, me convertí en una persona más libre, hice cosas que no estaban en mis expectativas.

Pero ahora, al ver esa foto, las lágrimas brotaron de mis ojos, no podía culparte de todo, yo cometí el primer error intentando utilizarte como una herramienta para olvidar, pero creí que contigo valdría la pena, que equivocada estuve.

Resulta, que está noche logre comprender, que el amor es algo que no puede simplemente imponerse y retirarse cada vez que uno así lo crea necesario, por eso no te culpo de todo lo que nos ocurrió y nos llevó a una eminente separación.