Sucede que tenemos el mal hábito de acostumbrarnos a todo, y ocurre que dicho asunto nos afecta si tardamos tan solo un día de hacer o recibir las cosas que esencialmente necesitamos.
Una canción, una taza de café, asistir a la iglesia en sábado, pasear en silencio por un parque.
Nos acostumbramos a una sonrisa, y sucede que el día que no la obtenemos es suficiente para repetirla otra y otra ves en nuestra cabeza, hasta el punto de quedarnos intranquilos.
Es nuestra costumbre esperar... Un te quiero...Un te amo... incluso una persona.
Y creemos que con el pasar de los días si dejamos de hacer, esperar o recibir algo, llegará un momento en el que ya no lo recordaremos.
Pero existen costumbres que se entierran en nuestra piel tan profundamente que al intentar apartarlas o en el de olvidarlas

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Una Chica Escritora
Cerita Pendek¿Por qué no escoger un lugar en el cuál compartir nuestros más sentidos pensamientos?