¿Recuerdan que les dije que me corté? Bueno...la verdad es que me di cuenta que no vale nada. Es decir, al fin y al cabo, sólo logro lastimarme. ¿Cortándome conseguiré ser menos patética? NO. ¿Cortándome conseguiré más amigos? NO. ¿Cortándome voy a dejar de recibir insultos? NO. ¿Cortándome voy a dejar de ser bisexual? NO, NO, NO Y NO. Es así de simple. Además, me di cuenta de que en realidad sí tengo gente que me quiere (modestia aparte, claro), como por ejemplo Maxi y Ceci, mis mejores amigos (los recuerdan, ¿no?), mis amigas de hockey , mi grupo "Las once" (más adelante se enterarán de él) y, por más que me cueste admitirlo, mi madre y mi padrastro también me quieren. Se preocupan por mí y por mi bien, aunque no lo demuestren demasiado. En fin. El punto es que sólo me corté un poco la muñeca, me manché bastante con sangre y también manché el suelo, pero limpié todo para que nadie sospechara. Me levanté del piso con una sonrisa y secándome las pocas lágrimas que me quedaban, me miré al espejo, me toqué el cabello y me dije: "Eres hermosa. Eres genial. No importa lo que el resto diga. Demuéstrales que eres más fuerte con una simple sonrisa".
Después, salí del baño, me dirigí a la cocina, abrí la nevera y encontré un cartel (escrito por mi madre) que estaba sobre una fuente. Leí el cartel: "Julieta, abre la fuente. Hay sandwiches de jamón y queso (que, por cierto, son mis preferidos). Si quieres más comida, llama al delivery". ELLA...¡SIEMPRE TAN AGRADABLE! De todos modos, supuse que con unos 6 sandwiches me conformaría. No tenía demasiada hambre...ayer no cené, no tenía hambre, por eso hoy tuve que comer bien. Aparte tres horas después, tenía entrenamiento de hockey y, si no estaba bien alimentada, no hubiese tenido ni fuerzas ni energías, y no quería estar en el banco de suplentes como la última vez.
¡Ah! Pues, sinceramente, aún no sé cómo llamarte, querido diario. Ya mencioné que este cuaderno con miles de páginas, color lila con brillos, con llaves y candado, que cada noche guardo debajo de mi almohada, es mi diario íntimo, ¿cierto? ¡Creo que no lo dije! Ups...¡lo lamento! Pero bueno, tengo la cabeza en CUALQUIER lado, por eso lo he olvidado. ¡Prometo que, para mañana, tendré un nombre para ti, mi pequeño guardador de secretos!
Te adoro. Julieta.
PD: Casi lo olvido (¡de nuevo!). Hoy cuando salí del entrenamiento, vi una hermosa acción poética sobre una de las paredes de la ciudad. Escribiré aquí la frase para no olvidarla y leerla antes de irme a dormir (me salió una sonrisa pequeña cuando la leí): "Acéptame por quien soy y no por quien quieras que sea."