Cuando salimos de allí, les expliqué a Víctor y Arion que parecía que a Gabi le había dado una bajada de tensión. O al menos era lo que parecía y él aseguraba. Ambos insistieron en acompañarnos al hospital, pero Gabriel se negaba rotundamente asegurando que ya se encontraba mucho mejor, aunque su voz era demasiado baja y apagada.
-¿Seguro que no quieres quedarte en casa?- le pregunté mientras le sostenía con fuerza la mano, una vez salimos solos del Raimon.
-No, quiero que vayamos juntos a algún lugar, quiero pasar tiempo contigo- dijo haciendo pucheros.
-Y yo contigo, tonto, pero me preocupo por ti.
Tenía un lugar en mente. Pensaba reservarlo para el día de su cumpleaños, cuando cumpliera los dieciséis, le quedaba un mes, una semana y un día. Yo iba dos días después. Pero a lo que iba, quería llevarlo a ese lugar en una ocasión especial, pero ¿por qué no en ese momento? Él quería pasar tiempo conmigo y yo con él, y en ese lugar seguro que nadie nos molestaba. Así que primero me dirigí hacia mi casa y luego, una vez íbamos a llegar a la puerta, me desvié a la izquierda.
-¿Dónde vamos?- preguntó con la voz más animada.
-Es una sorpresa, ¿no me irás a decir que quieres estudiar al final?
-No, no, que va- se apresuró a decir entre risas-. Gracias por venir a ayudarme antes- dijo unos instantes después, poniéndose un poco más serio-, no sabía qué hacer.
-¿Cómo no iba a ayudarte?
La pregunta sonó más baja debido a que traspasamos los árboles que rodeaban mi casa, donde había un sendero que se dirigía a una casa del árbol. Aunque no era eso lo que quería enseñarle, sino lo que estaba detrás.
La tarde era más cálida de lo que se podría esperar y la luz del sol creaba juegos de colores en los ojos azules de Gabriel, haciendo que mi corazón se acelerase al admirarlos. Se dio cuenta de que lo hacía y me dirigió otra de sus sonrisas.
-Riccardo, ¿dónde vamos?- preguntó tras varios minutos y tras mirar a su alrededor con indecisión.
-A un lugar donde podamos pasar la tarde solos- respondí.
Me preguntó lo mismo varias veces durante quince minutos más, pero ni siquiera sus morritos me convencían para que se lo dijese. Seguimos caminando de la mano, y yo solo observaba a Gabi con interés. No le decía todo el tiempo lo hechizado que me tenía porque se cansaría de escucharlo, pero se lo decía todo con la mirada ganándome otra de sus dulces sonrisas.
-Bien, ya casi hemos llegado, así que ven aquí.
-¿Ven aquí... Adónde es?- preguntó mirando alrededor hasta que me vio con los brazos abiertos.
-Quiero taparte los ojos y que no hagas trampa.
Se encogió de hombros y se puso de espaldas a mí. Le pasé las manos por encima de la cabeza y le tapé los ojos con delicadeza.
-Ahora empieza a andar- le susurré al oído.
Asintió y anduvo hacia delante varios pasos. Atravesamos la última parte del sendero y salimos al lugar que tanto me gustaba, aunque Gabi no lo veía, le tapaba los ojos para eso, para que fuera una sorpresa.
-Ahora abre los ojos- murmuré mientras le quitaba las manos.
Soltó una exhalación y anduvo varios pasos hacia delante cogiéndome de la mano con fuerza. El lugar en el que estábamos era un lago al que solo se llegaba desde mi casa debido a que el sendero se encontraba dentro de nuestra propiedad. Lo había descubierto hacía mucho, pero quería aprovechar el momento en el que llevaría a Gabriel allí. El lago reflejaba con las ondas la luz que ahora llegaba con fuerza desde el cielo azul. Ahora todo me recordaba a los ojos de Gabi, sentía que su color estaba en todas partes donde iba.
-Es...
-¿Impresionante?- terminé de decir por él.
-Es más aún que impresionante.
Se dio la vuelta y me atrajo hacia sí para darme un beso. Sentía su respiración acelerada, y sus manos, temblorosas, me abrazaban con fuerza. Le recibí con alegría y sonreía mientras le besaba, sentía sus labios dulces contra los míos. Nuestras frentes estaban pegadas y así, mientras pasaban los minutos.
Al final, cuando nos decidimos a volver a abrir los ojos a la realidad, me di cuenta de que seguíamos en el mismo lugar. Gabi se acercó más al centro del claro y se acostó sobre la hierba. Le imité y me tumbé a su lado.
-Me encanta, Riccardo- dijo en voz baja.
-Bien, a mí me gusta que te encante.
-¿Desde cuándo tienen tus padres un lago?
-Desde nunca, se podría decir que es mío, fui yo quien lo descubrió dentro de las propiedades de mi casa.
-Guay- rió-. Gracias por traerme a este lugar.
-No quiero que me des las gracias- dije con voz seria-. Quiero besarte.
Me puse sobre él, besándole, notando el bajar y subir de su pecho bajo el mío. Él posaba sus manos en mi rostro, como me había acostumbrado a que hiciera. Podíamos escuchar el sonido del viento en el pelo, el ulular de la brisa en los oídos. Me gustó pensar en ese momento que Gabi tenía razón, que el viento tenía color.
En ese instante un timbre nos sobresaltó y nos sentamos enseguida. Después de mirarnos unos instantes nos dimos cuenta de que era mi móvil. Lo saqué de la bandolera y me lo llevé al oído con las manos temblando aún del susto.
-¿S-si?- pregunté con la respiración acelerada.
-¡Hola, Riccardo!- exclamó Arion al otro lado- ¿Te ocurre algo?
-No, no ocurre nada- dije con una risa nerviosa.
-Es que te llamaba para avisarte de que los chicos del club del Raimon y del equipo del Earht Eleven hemos organizado una especie de acampada el sábado, era para avisarte- tras unos instantes siguió hablando-. Ahora voy a llamar a Gabi para decírselo, espero que vengáis los dos.
-Claro que iremos, yo se lo digo, está aquí conmigo.
-¿Se ha puesto mejor?
Le eché una mirada, había fruncido el ceño y se había cruzado de brazos, supongo que por la interrupción de Arion. Me reí por lo bajo y le contesté.
-Sí, aunque ahora mismo no sabría decirte.
-Bueno, me alegro de que esté mejor, mañana en el entrenamiento ultimaremos los detalles de la salida de pasado mañana ¡nos vemos!
Colgó antes de que pudiera reaccionar. Después de eso me volví hacia Gabriel y le conté que nos iríamos de acampada dentro de dos días. Sonrió y asintió, pero parecía pensar algo detenidamente. Yo, por mi parte, estaba contento, no solo porque nos reuniríamos todos los miembros, sino porque esta vez Gabi estaría conmigo en todo momento. Así que le tomé de la mano una vez más y le atraje a mi lado, estando lo más cerca posible el uno del otro.
***
Y porfa porfa, si os gusta sabeis que podéis comentar, y si creéis que lo merece, dadle a la estrellita. (⌒・⌒)ゞGracias por leer, nos vemos en el siguiente cap x3
Marie~
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Mon Amour | Inazuma Eleven
Fanfiction•Fanfiction Inazuma Eleven/Yaoi• "Mon amour, palabras que hacían que mi corazón se desbocase. La felicidad era tan frágil como la persona que susurraba esas palabras en mi oído. Mi apoyo, por él podía seguir en pié cada día, la razón por l...