Capítulo 8. Capullo

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Me empece a despertar de la profunda oscuridad que me invadió antes. Abrí los ojos lentamente y lo que vi no me gustó nada, sólo por una cosa. Que no veía nada. Todo estaba negro, no había ni un sólo rincón en el que se viese una miaja de luz. Todo estaba invadido por la completa oscuridad.

Sentía que estaba tumbada, a si que busque la pared tocando donde apoyaba la mano. Estaba detrás mía, me acerque y me senté. En cuanto cambie de posición un horrible dolor de cabeza empezó a llegarme.

Inatitivamente me lleve la mano a la cabeza y empecé a recordar todo lo que había pasado. Recordaba la cara de Álvaro cuando me afixio.

Me puse de pie y busque el interumtor de la luz o una ventana o una puerta. Cualquiera de las tres cosas me valía.

Palpe con las manos la pared y fui buscando alguna de las tres opciones. Cuando creí que no habia nada sentí el contacto de un plástico sobre saliendo de la pared y vuala, el interruptor.

Lo encendí y le eche un vistazo a esa extraña habitación. Era entera negra. Tenía una cama blanca y negra de rayas y encima de la almohada dos cojines uno negro y otro blanco. Había un pequeño escritorio con papeles y lápices. Y detrás mía había una pequeña ventana por la que por suerte cabría un pájaro y una puerta de acero.

¿Donde estoy? ¿Quién me trajo aquí? ¿Álvaro? Tengo miedo no se lo que hacer. Que alguien me ayude. Siempre odie el misterio pero hoy más que nunca.

Tenía miedo, pero miedo a lo desconocido. Mucha gente le teme a lo desconocido, no sabe lo que habrá en ese algo y lo que suelen hacer es evitarlo o quitarlo de en medio. Yo soy algo extraña. El miedo me atrae a si que ahora mismo tenía un miedo raro que, apesar de todo, me gustaba la sensación de la adrenalina.

Escucho un ruido de fuera de la habitación y empieza a moverse la puerta. Es una puerta Corredera. Detrás de ella está Álvaro con un zumo de naranja y un bocadillo de panceta. Amaba la panceta. Pero eso ahora no importaba. Me iba a tener que dar muchas explicaciones y con razón.

- Al fin despiertas. Creía que moririas durmiendo entera una semana-dice Álvaro ofreciendome una sonrisa tímida.

- Al fin encuentro al que me secuestro y resulta que es el que me puso los cuernos. Eres un gilipollas. Te creía mi amigo, pero no, como siempre me equivoque de persona. ¿Tu sabes lo que he sufrido?. Por supuesto que si. Eras mi mejor amigo, te lo contaba todo. Hasta llegue a quererte y cuando salgo a dar una vuelta me encuentro que te estás liando con otra. ¿Que clase de cabron eres?-pregunto con las lágrimas ya imvadiendome los ojos.

-Katrina yo lo siento. Fui un completo imbécil, lo sé. Y deberas que me arrepiento y sólo quiero tu perdón. Por favor Katy Perdóname. O por lo menos dame la oportunidad de explicarte que ha pasado.

-Un minuto-le digo dándole la espalda.

- No creo que puedas irte de aquí.-dice divertido. Enserio es tonto y no lo supe.

- Ja-ja. No me digas grandísimo imbécil. 56 segundos.

- Oh vamos. No te podrás escapar.

- Puede que no. Pero si que puedo pasar de ti y no escucharte, y además de meterte una patada en los huevos. Y 47 segundos.

- Vale, vale. Aver. ¿Por donde empiezo?

- ¿Desde cuando?.

- Desde una semana después de que salieramos.

-¿Por que?

- En principio era solo una apuesta y no quería perder. La apuesta consistía en que tenía que enamorar a una chica, después de un tiempo ella me deduzco con sus encantos de... ya me entiendes. Y al ser el cabron que soy pues no me pude oponer.

-¿ Cuando me lo ibas a decir?- le pregunto dolida.

- En realidad el mismo día qué me viste en el parque pero ella me vio y se acerco.

- Eres un completo imbécil. Un cabron de Mierda.

- Lo sé. Y me merezco tu desprecio, pero ahora, por favor come algo que llevas una semana sin comer. Te traje un zumo y un bocadillo bien grande de panceta.

- ¿Por que estoy aquí?-pregunto intrigada. Si, la verdad es que me importó más lo que ese cabron hizo y no de donde me encontraba.

- Éstas aquí... porque... ellos me obligaron. Yo no quería, pero ellos...

-¿Quienes? No te entiendo.

- Lo descubrirás pronto. Ahora come.- dijo y salió de la habitación.

Yo me levante de un salto, pensaba escapar. Pero cuando me acerque a la puerta se escuchó miles de pestillos echarse.

Maldicion. Otra vez encerrada.

Me di cuenta que había otra puerta alejada de la cama. Me acerqué a ella y la abrí. Era un cuarto de baño para mi decepcion.

Aunque estaba muy bien acomodado. Había una amplia bañera blanca y un lavabo con muchos cajones. Como me aburría empecé a abrirlos y en uno de ellos me encotre una carta doblada.

"No se quien eres, pero eres una de las que ha sido atrapada por la banda de S.L.M. Las cosas no pintan bien. Yo fui uno de los que estuvo en este lugar mas de seis meses. Me volví loco hay dentro. Si alguna vez consigues salir buscame porqué algo esconden. Cada semana me pasó por hay y nunca faltó. Suele ser los miércoles y más en temporada de estudios. Como siempre, supongo que habrán dejado lápiz y papel sobre la mesa. Utilizamos para hablar conmigo. Si necesitas ayuda, claro está que si estas leyendo esto es que la necesitarás. Te ayudare a salir de hay y para que yo sepa que eres una de las encarceladas por esta banda escribe lo que sepas de mi. Escribe esto textualmente y exactamente como te escribo aquí:
Se que eres uno de los atrapados por esta banda S.L.M. y que la mayoría de los miércoles te pasas por esta zona para comprobar si hay movimiento. Que has escrito una nota que estaba en el cuarto de baño y que quieres ayudarme a salir de aquí. Que eres un sexy mecánico y mi nombre empieza por D.
Todo esto escrito por ti.
Y luego ya pones lo que quieres.
Yo te ayudare no te queda otra. Espero que nadie esté leyendo esto porque si no significa malas noticias.

Me despido David."

No tenía de quien es ese tal David, pero al parecer lo habían retenido aquí. Parece que quiere ayudarme a si que ¿que hay que perder?.

Necesito saber que dia es hoy y también comer. Me rugen las tripas.

Salgo del baño con la carta en uno de los bolsillos y me pongo a comer. La verdad es q la comida está bastante rica.

Cuando terminó aparrece de nuevo Álvaro.

-¿Que día es hoy?-pregunto indiferente.

-Miercoles. Son las tres de la tarde. Te traeré un reloj la próxima vez y una tele.

- Oh gracias que considerado de tu parte.-le digo con sarcasmo.

El suspira y se vuelve, llevándose las cosas de la comida. Me levanto y empiezo a escribir lo que ponia en la nota, pero añado mis cosas personales. Como mi nombre, años y lo que me ha pasado muy breve.

Cuando la termino la hecho por el hueco de la ventana con las esperanzas de que alguien la vea.

/.../NOTA DE AUTORA/.../

Es cortito pero tengo sueño. Estoy destrozada después del concurso equestre de salto.

QUEDE TERCERA DE MI PRIMER 50 ESTOY MUY CONTENTA.

BYE.
BESOS.
ESTE CAPIITULO SE LO DEDICO A DAVID. MI PSICOLOGO DE 14 AÑOS.




Más que mi Best friend ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora