veintisiete

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Llegué a la habitación de Pablo y era bastante moderna y bonita, hasta más ordenada que la mía. Se nota que ya le pasó la pubertad.
Yo: Con habitaciones como éstas sí me hago ladrona.
Pablo: Supongo que es un cumplido jajaja gracias.
Yo: Ya sabes, yo y mis frases raras.
Pablo: Bueno, voy a poner la película, siéntate en el sillón, no me dejan sentar en la cama.
Yo: A mi tampoco. De todos modos el sillón se ve bastante cómodo. Y tiene porta vasos. ¡Hasta para poner los pies! No tienes nada...
Pablo: Bueno soy hijo único, y me compran estas cosas en vez de darme hermanos.
Yo: Aw, pobrecito.
Pablo: Ni tanto, soy feliz así. Je.
Yo: Te creo.
Cuando acabó la película Pablo dijo que me quedara un rato, no se quería quedar solo y faltaba mucho para que Verónica llegara.
Estuvimos platicando y quejándonos del colegio, típico.
Tenía algo de sueño y me dijo que fuéramos al patio. Afuera había una mecedora grande, se veía cómoda así que me senté en ella a ver las estrellas. Como estaba amplia era como una cama. El paraíso.
Pablo se sentó a mi lado.
...
Nota: Perdonen si uso mucho las "y" en toda la novela, no soy muy buena escribiendo pero bueh... :v

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