07 de octubre, 2015.
-¡venga, hija a despertarse!
-¡mamaaa! joder no quiero ir al liceo, murmuro muy bajito. Hago para levantarme y me doy cuenta que no era necesario que lo dijera tan bajo de todas maneras ya salió del cuarto.
Todo lo que me imagino es que en este día algo tiene que salir mal ¡yeahh la luna pesimista se despertó muy temprano hoy, nuevo récor!
Me siento mejor en la cama, hago el intento de estirarme haciendo que los huesos de la columna crujan con el simple movimiento de echar los hombros atrás, así me quedo un rato, totalmente con la mente en blanco viendo cómo se filtra la luz del amanecer por la ventana que está justo al frente de mí.
-¡luna emperatriz si voy a tu cuarto y no estas alistándote la que te va a caer!-puedo escuchar a mamá gritándome desde la escalera. No se supone que uno se debe de despertar con el mejor humor del mundo es el primer día de liceo.
¡yeahhh, gracias mami le estas quitando emoción! (que se entienda el sarcasmo)
Lo mejor que puedo hacer es quitarme las sabanas, bajo la vista al suelo para encontrarme con mis pantuflas de oso, cuando ya me voy a poner de pie me entra un mareo, que hace, que me vuelva a sentar. Siempre me pasa ya estoy acostumbrada pero creo que esto es una buena señal para no despertarme y seguir durmiendo. Abro y cierro los ojos por unos segundo cuando me siento mejor, me vuelvo a poner de pie para, ahora si dirigirme a las escaleras bajando poco a poco, desde muy pequeña le tengo miedo a las escaleras y ya con 15 años le sigo teniendo. Paso por el pasillo con las paredes de blanco haciendo que a mamá se le ocurriera la maravillosa idea de colocar fotos familiares en donde por cierto, salí horrible con todo el sentido de la palabra ¡HORRIBLE!
Cuando llego a la cocina, la encuentro en la nevera buscando no sé qué, pero lo que más me sorprende es que esta ella sola.
¿En dónde se supone que están los hombres de la casa y las morochas?
Me siento en la mesa al frente de ella, haciendo que el banquito suene cuando lo jalo captando su atención de inmediato. No quiero ir a ningún lado y menos al liceo.
-te voy hacer sincera hoy lo menos que me apetece es salir de acá, hago movientes con la mano indicando todo este entorno.-lo que hace es fruncir el ceño mostrando su enfado
-como que no vas a ir, ya hablamos de esto y sabes muy bien que no voy a cambiar de parecer así, como así, quien no te conozca que no te compre hija y déjame decirte que yo te he comprado más de una vez. No entiendo que le ves de malo a todo esto te estas poniendo muchos muros contra ti, tu solita solo se mas mente abierta, date cuenta que van a venir cosas nuevas y buenas. Eres una jovencita talentosa, hermosa, inteligente y aparte eres mi hija lo tienes todo. Recuerda todo nuevo de verdad, parece que soy yo la que va su primer día de liceo y no tú.
Para que una psicóloga si ya tengo a la mia las veinticuatro horas del día. Mi madre.
-como tú lo dices eres tú la que estas emocionada no yo, ella agarra el pañito que está en la mesa y empieza a limpiar viéndome fijamente, yo no la miro solo me quedo viendo como cada vez pasa más rápido el pañito sabiendo que ya eso está más que limpio. Esta molesta
-hija ve sé que es difícil pasar por lo que tu estas pasando sé que te destruimos toda tu vida en Venezuela pero aquí va hacer mejor, mira esta hermosa casa que tenemos y las cosas que nos falta por tener todos estamos felices por este nuevo cambio menos tú. Tienes que abrir los ojos y darte cuenta que eso que tú tenías allá es pasado y este es el futuro. -hace énfasis en la palabra futuro con su dedo índice en la mesa y poniendo su otra mano en la espalda.
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luna por primera vez
Teen Fictionluna es una chica como dice ella normal pero de normal no tiene nada, después de sus cambios de planes que fue irse a vivir a Madrid con toda su familia por una mejor estabilidad económica. ella se va a ir dando cuenta que la cosa no es tan mala c...