Capítulo 5

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¡Estúpida Yon! ¡Estúpida! ¿Por qué le dije eso? Me asomé por la ventana y Jun vio la chaqueta confundido, después arrancó y se fue. ¿Por qué pensé que me diría algo? ¿Qué nos seguiríamos viendo y al final tendríamos un final feliz? ¡Malditas películas! Ya no volveré a ver ninguna.

Después de bañarme y poner la ropa en el cesto de ropa sucia, me acerqué a la cocina y saqué algo para comer, me acosté en el sillón y prendí la televisión. Empecé a ver una película y al final ya estaba llorando.

"No que ya no ibas a ver películas", mi subconsciente molestó. "Que te valga", contesté enojada.

Cuando terminé de ver la televisión la apagué y me fui a acostar. Como siempre, la alarma me despertó, estaba decidida a no ir hoy, pero la vocecita molesta en mi cabeza me recordó todo lo que había comido ayer en la noche y no tuve más opción que levantarme.

No tenía ganas de correr así que me puse a caminar muy lentamente. Anoche fue una de las mejores experiencias de mi vida, desde que había empezado a salir con Chin-Hae renuncié a todo aquello debido a que en serio lo amaba. Había dejado los deportes extremos porque él me lo había pedido, empecé a ser más precavida y más educada, mis amigas estaban molestas con el gran cambio de mi actitud y la mayoría me dejaron de hablar.

Alcé la vista y vi a Seventeen caminando de lejos. Di media vuelta rápidamente y empecé a trotar de lado opuesto.

— ¡Hey!

No me detuve a averiguar si aquello era para mí. Corrí rápidamente hasta el auto y me fui de ahí, ya correría en otra ocasión.

— Yon, yon. — Alguien movía mi hombro. Me desperté para ver a mamá con su traje de enfermera.

— ¿Qué hay? — Me tallé los ojos.

— Ya me voy. Necesito que vayas a la tienda, ya no hay nada.

— ¿Qué compro?

— Te dejé la lista en la mesa.

— Bueno. Que te vaya bien.

Al diablo las compras. Me volví a acostar y a las horas me levanté. Mierda, mamá se enojaría si no veía las compras mañana a primera hora. Ya era de noche, pero aun así me decidí a ir por la despensa.

Esto ya era demasiado, o era el destino o me estaban siguiendo. ¡Seventeen estaba en cajas pagando! Me metí por uno de los pasillos y empecé a espiarlos de lejos, los podía ver perfectamente, debería considerar ser espía en un futuro.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce y... ¡¿Dónde está el trece?!

— ¿Me estás buscando? — Me sobresalté.

— ¡Jun! Mira qué casualidad encontrarte aquí. — Puse las manos en las caderas. Podía sentir mi corazón en la boca debido al susto.

Tal vez moriría de hambre siendo espía.

— ¿Qué hacías? — Se recargó en la pared atrás de mí. Su brazo arriba de mi cabeza.

— Ya sabes...— Vi la lata de algo y la tomé. — ¡Leyendo!

— Ah... Leyendo, claro. — Rió con burla. — ¿Acerca de... elotes?

— Sí, ya sabes, es importante ver de qué están hechos. — Mi voz tembló debido al nerviosismo. — Bueno, yo ya me voy. — Tomé el carrito con todas las cosas y me dirigí a caja a pagar, con Jun pisándome los talones.

— ¿Por qué huiste de mí cuando te hablé en la mañana?

Entonces sí era a mí.

— Ah, ¿Me hablaste?

— No te hagas tonta. — Se puso en frente de mí. — Sí, te hablé.

— ¿Y para que sería? — Lo esquivé y empecé a poner todo en la cinta para poder pagar.

— Hoy, en dos horas, otra carrera.

— ¿Y? Ya no te debo nada.

— Mira, aquél día te llevé a tu casa. Deberías de agradecérmelo.

— Bien. — Lo miré y sonreí. — Gracias.

Jun estaba desesperado, lo sabía, ¿En qué otro lugar encontraría a una excelente compañera como yo? Pero a mí no me gustaban las indirectas, quería que me lo dijera bien.

— Agradécelo de otra manera. — Me entregó la chaqueta. — En dos horas paso por ti. — Y sin decir nada más, se fue. 


Badass → Jun (Seventeen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora