Desperté en el colchón de mi habitación, ni siquiera recuerdo cómo ni cuando llegué hasta acá. Una punzada en la cabeza se hizo presente y me apreté la sien, de repente todo se hizo claro. ¡El beso! Me levanté de golpe y toqué mis labios emocionada. Jun me había besado.
Con un suspiro me tiré y caí suavemente en las almohadas. Como mi estómago me estaba exigiendo comida bajé las escaleras para hacerme el desayuno.
— ¿Qué haces? — La voz de Jun hizo que soltara el sartén.
— ¡¿Qué haces tú aquí?! — Toqué mi pecho, ya que el corazón estaba acelerado debido al susto.
— ¡Yon cállate, quiero dormir! — Gritó mamá desde el segundo piso.
— ¡Lo siento! — Dirigí mi mirada a Jun. — ¿Qué haces aquí? — Repetí en un susurro.
— ¿No lo recuerdas? Fuiste tú quien me dijo que me quedara.
— ¿Yo?
— Sí, no querías que me pasara nada por manejar ebrio. No sabía que era importante para ti. — Arqueó una ceja.
— No lo eres. — Dije fríamente.
— Sí claro. — Rodó los ojos. — Entonces, ¿Qué desayunaremos?
— Huevo, tostadas y leche con chocolate.
— ¿No tienes café?
— No tomo café.
— ¿Entonces leche con chocolate? — Rió. — Infantil.
— Idiota. — Murmuré y empecé a preparar el desayuno.
Al terminar de poner la mesa llamé a Jun, el cual estaba sentado en el sillón viendo la televisión.
— Eres un amor. Gracias por ayudarme.
— De nada. — Guiñó un ojo. — Oye, esto está demasiado bien. — Comentó mientras masticaba. — Otra cosa que me gusta de ti.
— Fingiré no haber escuchado eso. — Seguí comiendo el desayuno, pero ahora con la cabeza gacha.
— ¿Así como aparentas olvidar lo de ayer? — Mi cara se puso roja y Jun rió. — Buen intento.
Al terminar de desayunar Jun se ofreció a lavar los platos y gustosa acepté, era una de las tareas que más odiaba. Cuando Jun terminó de hacerlo me dijo la hora de la carrera y antes de irse me robó un pequeño beso que hizo ponerme roja como marte.
Sin duda, me sentía en las nubes. Haciendo lo que más me gusta con alguien que me gusta, y lo mejor, ¡Soy correspondida!
Me preparé para la carrera a mi modo: Durmiendo todo el día y despertando sólo a las hora de la comida, al terminar, volví a acostarme y esperé dormida a que la alarma de las diez me despertara. Al hacerlo, me preparé para la carrera y esperé a Jun abajo, éste llegó pronto y salí, al verlo una sonrisa se puso en mis labios sin pensarlo.
— Hola. — Se acercó y pasó sus brazos alrededor de mi cintura, atrayéndome hacía él para besarlo.
— Ah ah. — Lo detuve. — Si no ganamos no hay beso. — Me separé de él y acerqué a la moto.
— ¿Eso no debería decirlo yo? — Rió y se montó en la moto, listo para irnos.
Al llegar pude divisar a sus amigos y cuando llegué los saludé con un choque de puños, lo sé, doy toda una mujer. Todos estábamos entusiasmados pues el premio de ésta carrera sería especial, ¡Más dinero!
— ¿Y a dónde me llevarás a cenar? — Pasé mis brazos por el cuello de Jun y me puse de puntitas para estar más cerca de su cara.
— Sin beso no hay premio.
— Touché. — Imité la palabra que me dijo hace unos días y le di un beso en la mejilla.
— ¡Eres tan cruel! — Rodó los ojos.
Nos pusimos en nuestros lugares y justo cuando escuchamos el ruido de la pistola Jun aceleró. Pasamos a toda velocidad a lado de los chicos que sostenían las chaquetas y al ser los primeros en cruzar la línea de meta me sentí feliz.
— ¡Ganamos! — Celebré con Jun.
— ¿Ya puedo tener mi beso?
— Nope.
— ¿Por qué?
— No beso a mis amigos. — Jun empezó a reír.
— ¿Deberíamos ser más que amigos?
— ¿Deberíamos? — Cuestioné.
— Definitivamente. — Dijimos al unísono.
Nos besamos por un largo tiempo, al separarnos Jun me abrazó y por detrás de él vi la cara de Joy, al leer sus labios me estremecí.
"Estás muerta".
No tuve miedo y sólo le enseñé el dedo medio, nada ni nadie me alejaría de Jun.
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Badass → Jun (Seventeen)
FanfictionYon jamás pensó que sus aventuras volverían por culpa de una simple coincidencia. El día en que ella conoce a Jun todo parece ir bien, ambos asisten a las carreras clandestinas y son invictos, cosa que no les gusta a muchos. Un accidente y una pérdi...