Prólogo

89 6 0
                                    

-¡Ella no me puede cambiar Ann!- gritó él

-¡Ya lo sé Matt!, ¡pero no dejes que vuelva a pasar! ¡Por favor!- supliqué yo, sabía como iba a terminar esto y no quería

-¡El qué! ¡No soy perfecto Ann y tampoco puedo llegar a serlo! ¡No puedo ser lo que ella quiere que sea! ¡Yo no soy así!- Empezó a romper cosas, yo ya no sabía que hacer

-Yo no quiero que cambies Matt, te elegí a tí, no puedo elegir a la persona que ella quiera

-Yo no soy bueno Ann, ¡¿Es qué no lo ves?!- señaló mi cara llena de lágrimas- ¡Te hago daño joder!

-¡Si lo veo Matt! Pero hemos pasado por cosas peores y hemos seguido adelante, por favor Matt...- seguí suplicando. Ella había tocado su mayor inseguridad.

-No soy bueno para tí- dijo volviendo a pegar patadas a una silla del salón.

-Matt, sí lo eres, ¿cuantas veces te lo tengo que decir?, eres el mejor, siempre estas ahí y...-no me dejo terminar. Se tiró del pelo frustrado y me miró, su mirada me traspasó y lo único que pude hacer fue retirar la mirada, porque su intensidad me mataba, solo pude sollozar.

-No Annabeth, esta vez no, no soy lo mejor, soy una mierda, te he jodido, ya no eres igual, y todo esto es culpa mía, sabes que no soy lo suficiente, y aún así, sigues aquí, intentando cambiarme ¡Por qué te doy lástima!, pero ¿Sabes qué?, que yo no quiero darte lástima, estoy hasta el cuello de mierda, y no puedes arreglarme, porque estoy roto y siempre lo estaré- bajó la mirada, y dicho esto, cogió las llaves de su coche y se fue, así sin más, dejándome con un gran nudo en la garganta y hecha un mar de lágrimas. A mi él no me daba lástima, lo amaba, lo amo y amaré; y él me había dejado, ahí, sola y llorando, agarrada, al collar con forma de "M&A" que me regaló hace tiempo.

De repente se abrió la puerta y esperaba encontrármelo a él, que viniese y lo arregláramos todo, pero apareció mi hermana:

-Ann, tienes aquí los...-No terminó de hablar ya que vino a ver lo que me pasaba- Ann, cielo, ¿qué ha ocurrido?

-Él...- negué con la cabeza aún sin creérmelo

-¿Qué ha hecho ahora?-cuestionó mi hermana

-Se ha... se ha ido... Jess... no...- y empecé a llorar otra vez, combustionándome en sollozos

-Tranquila pequeña, ya verás como vuelve, él no puede estar sin ti- dijo con una sonrisa apenada.

-Jess... él... todo ha sido por ella...

-¿Por ella?¿Otra vez? ¿Cuándo se va a dar cuenta de que nunca lo dejarás?

Seguí llorando y llorando, esperando a que él volviese, mi hermana, me acariciaba la espalda diciéndome palabras de aliento; y como una señal, de repente, mi móvil suena y es él, Jess lo puso en alta voz para escuchar ella también, y alguien que no era él habló:

-Señorita Annabeth Evans, el señor Matthew Chester ha tenido un accidente muy grave, lo siento mucho.

Ahí fue cuando supe que no lo volvería a ver, que Matt ya no estaría ahí, fue ahí, cuando todo lo que tenía se había ido, y lo único que pude hacer fue derrumbarme en lágrimas, todo lo que yo quería se había ido, mi vida se había ido.



Una vida sin élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora