Capítulo 1

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Llevaba un día llorando sin parar, mi corazón dolía, y lo único que podía hacer era culparme. Hoy era su entierro, 28-8, nunca olvidaré esa fecha, fecha en la que me dejó.

Todo me recordaba a él, no podía hacer nada, lo amaba, lo amo y amaré; en el accidente se llevó una parte de mí, no soy igual, sin él ni con él, Annabeth Evans ya no es igual, ¿cómo continuaré?

Esto me lo preguntaba mientras que mi hermana y mi mejor amigo, Will, me vestían y peinaban; ya que casi no podía ni quería moverme, ni comer, y mucho menos hablar, estaba destrozada.

¿Por qué a mí?, estábamos bien, y esto ha sido mi culpa. No me había dado cuenta de que se me había escapado una lágrima, hasta que Will la limpió y me dijo:

-Cielo, no llores, él estará mejor allí, ya lo verás, solo necesitas tiempo Annie, por favor, estáte bien- sonrió apenado, le dolía verme así, igual que a Jess, pero no podía hacer nada. Así que mi voz apenas se escucho cuando dije un pequeño "sí", aunque no lo creía cierto.

Jess y Will se fueron dejándome ya preparada para el funeral. Subí a nuestra habitación; mejor dicho, mi habitación ahora.

En su lado estaban todos sus CDs que tanto escuchábamos todas las noches y él tarareaba para mí, sus favoritos; la ropa esparcida por la cómoda, la que siempre le decía que recogiera y él decía que "como va a ser mi leonera si no hay un poco de desorden"; su colonia, la que se ponía todas las mañanas porque yo le decía que me encantaba como olía, aunque me daba igual, porque su olor corporal también me encantaba; su despertador, el que todas las mañanas nos despertaba y él decía que nos "había jodido la mañana". En cambio mi lado estaba púlcramente recogido, lo único que pude hacer fue soltar unas cuantas lágrimas al acordarme de todo esto.

Su pijama estaba encima de la cama, desdoblado como siempre, para que yo lo doblara y lo pusiese junto al mío bajo la almohada.

Me dirijí al armario y ahí estaba su caja, una gran caja negra con su nombre en blanco, que yo me encargué de poner "Matthew" , la cogí, junto a una camiseta, para ver su contenido, ya que nunca, él me había dejado ver que había dentro, me dijo que si alguna vez se marchaba o le ocurría algo, que lo abriese, que todo era para mí. Así que hoy, por fin lo hice; y ahí estaban todo sus secretos, todo lo suyo.

Cogí su camiseta, y junto a la caja, fui a sentarme en la cama para observar lo que había en el interior más detalladamente.

Al abrirla, encontré una nota que decía:

"Para la persona que más amo" ··Esto te lo daré cuando vea que estoy listo··

Dentro había muchas cartas, un dibujo, y por último un pequeño añillo plateado de titanio.

Cogí la primera carta y miré la fecha, era de hace varios meses, aunque cuando empezamos a salir fue hace medio año casi , la abrí y su olor inundó mis fosas nasales; su característica letra cursiva y separada hizo que el nudo de mi garganta se intensificara, haciéndome imposible contener las lágrimas; la carta empezaba así:

" Querida Annabeth, mejor Ann, se que no te he dicho nada de esto, pero es que soy un completo gilipollas y lo que no puedo decírtelo con palabras, prefería escribirlo.

Te amo, sé que te lo digo poco ahora ya que los dos tenemos muchas preocupaciones y somos muy depistados, aunque tú siempre me lo dices, sea cuando sea y donde sea, pero te amo. Me encanta todo de ti, tu sonrisa, por cualquier estupidez que te digo; tu forma de fruncir el ceño cuando lees o escribes, que hacen que me den ganas de poner mi dedo sobre tu ceño fruncido para que sonrías y me beses; tu forma de comentar todo, ya sea importante, o algo que no importa; cuando cantas para mí, aunque no hay mejor melodía que tu risa por la mañana cuando te despierto entre besos y luego salta el despertador haciendo que suelte mi típica frase de ··Ya me ha jodido la mañana ese ruido infernal··, pero sé que te encanta; o cuando vemos todas esas películas que tanto te gustan y tu solo puedes mirarlas sin decir nada, cuando lloras en una escena triste se me encoge el corazón, o cuando en una escena de risa sonríes o lloras de la risa, me encanta, porque disfruto viéndote a ti antes que a una película, tu eres mi película favorita.

Una vida sin élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora