Capítulo 19

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Desperté gracias a los golpes contra la puerta de la habitación del autobús.

— Chicos, si estáis ahí, más les vale que comiencen a arreglarse o llegaremos tarde –escuché una voz del otro lado, era Alfredo. Solté un gruñido sonoro para que alcanzara a escucharlo y entendiera que ya lo había oído-, solo apúrense –respondió él para hacerme entender que me había oído.

Miré a la persona que se encontraba a mi lado y sí… era quien pensaba que era, entonces ¿realmente nos habíamos besado? ¿Aquello no fue un sueño? O… quizá aún estoy soñando… ¿Puede que quizá todo desde que nos reencontramos sea un sueño? Es decir… podría estar fácilmente en coma y no saberlo, de esa forma todo esto sería obra de mi subconsciente… Ok, ya estoy pensando demasiado, mis pensamientos se están volviendo incoherentes y poco realistas, pero es que no puedo creer que finalmente estemos nuevamente juntos, y en especial no puedo creer que después de todo este tiempo nos hayamos besado. Aunque… ¿Qué hay si solamente fue un reflejo? ¿Y si realmente ese beso no era deseado? ¿Qué hay su el cariño y “deseo” que hubo en aquel beso no era recíproco? No lo sé… y la verdad es que no me atrevo a preguntarle… y tampoco quiero, y es que me da miedo que responda algo que realmente no quiero oír, y en estos momentos lo único que me gustaría salir de sus labios sería algo como “yo también te amo” y no un “lo siento, fue un reflejo”, o en especial un “fue una simple reacción, no supe que más hacer”, aquello realmente me destruiría.

En ese momento recordé las palabras de Alfredo, debíamos levantarnos o llegaríamos tarde al recinto del concierto y aquello retrasaría todo y pues eso no sería nada bueno. Fijé mi atención en el cuerpo que se encontraba a mi lado, aún apeado levemente a mí, pensando en la mejor manera de hacer que abriera sus ojos. Sin pensar la primera idea en mi mente fue “un beso”, pero no… si realmente seguía dudando del beso de hace un rato… no podía seguir incrementando la duda con uno más, por lo que me limité a soltar un suspiro algo cansado. Removí levemente a ____ que seguía profundamente dormida a mi lado.

— Hey preciosa, despierta –susurraba mientras sacudía de su hombro con delicadeza-, vamos hermosa, se nos hará tarde, es hora de levantarse –susurré en su oído, pegando mis labios a éste, para luego, llevado por mis impulsos comencé a depositar besos por su cuello, bajando hasta llegar al comienzo de su playera con escote-. Mierda ____ despierta, o realmente no seré responsable de lo que siga haciendo y definitivamente llegaremos tarde –ella respondió con un gruñido-, pequeño Pony, no me hagas tener que ir por un vaso con agua para despertarte.

— 5 minutos más –fue su respuesta cansada, mientras abría sus ojos, que aún lucían rojos e hinchados. Una parte de mí me decía que le dijera que olvidara el concierto y se quedara descansando, pero otra parte más racional me decía que la levantara en ese instante y nos fuéramos, ya que si la dejaba sola volvería a deprimirse, lo mejor sería que me acompañara y de esta forma ayudarla a distraerse un poco.

— Si te doy 5 minutos más llegaremos tarde, vamos linda… tengo un concierto que dar y te necesito allí –murmuré repartiendo besos en su cuello nuevamente mientras la abrazaba y acercaba a mí, a lo que ella respondió con una pequeña y suave risa nerviosa.

Me levanté y desperecé para salir del autobús y encontrarme con Kenny, para decirme que estaba todo listo, entonces le dije que me esperara allí un minuto, y sin esperar respuesta volví adentro rápidamente y tome a ____ en brazos, colocándola sobre mis hombros y llevarla al vehículo que nos llevaría hasta el estadio en donde sería el concierto de esta noche mientras ella gritaba, reía y pedía que la soltara.

— Déjalo ya ____, te soltaré cuando nos montemos sobre aquel automóvil y partamos camino al estadio.

— Ni siquiera pude arreglarme Justin –continuó reclamando.

— Aunque tu hubiera dado 5 minutos más los hubieras ocupado en seguir dormitando, así que no me culpes princesa. Además allá podrás encontrar de todo lo que necesites, así que ya tranquilízate de una buena vez –dije ya dentro del vehículo sentándome frente a ella depositando un rápido beso, fugaz, para evitar que alguien nos viera y comenzara a hablar cosas. En cuanto me separé de ella pude ver como tenía los ojos totalmente abiertos, casi como en shock-, ¿sucede algo? –pregunte con miedo de que su respuesta fuera un “no vuelvas a besarme en tu vida” o algo por el estilo.

— No, nada –respondió pestañeando repetidas veces antes de fijar su mirada en la ventana. Solté un suspiro y me senté a su lado, provocando que ella suspirara también y terminara recostándose a mi lado, abrazando mi brazo-, yo quería seguir durmiendo –añadió luego con una voz sumamente infantil antes de que estalláramos en risas.

— Bueno, ya habías dicho que me ibas a acompañar ¿recuerdas? –puntualicé mientras pasaba mi brazo por sobre sus hombros y la acercaba más a mí-, además si yo no me podía quedar durmiendo ¿por qué tu sí?

— ¡Oye! –reclamó dejando un suave golpe en mi pecho, provocando que volviéramos a reír, nos quedamos mirando directamente a los ojos y aquella corriente eléctrica que había sentido antes volvió a recorrer mi cuerpo, una corriente que no se detendría hasta que nuestros labios volvieran a estar en contacto, pero, consciente de que no nos encontrábamos solos en aquel momento simplemente la acerqué a mí y deposité un beso en su frente.

— Ya tendremos tiempo para nosotros –dije en un susurro sobre su oído.

El viaje se me hizo condenadamente largo y es que quería volver a sentir el sabor de los labios de ____, definitivamente era como una droga… una vez que lo pruebas… quieres más… necesitas más, y en este momento de verdad que estaba muriendo por un poco más de ____.

Nadie hizo ningún comentario respecto a nuestro comportamiento y mucho menos por los rojos e hinchados ojos de mi princesa, y realmente agradecía eso… sabía que me preguntarían en privado de todas formas y es porque estoy seguro de que ella también les preocupa, y cómo no… si en este corto tiempo definitivamente se ha convertido en una más del Team. Me alegra ver que se siente cómoda en mi círculo cercano.

— Ven acá –dije de pronto agarrándola de la cintura, sentándola sobre mis piernas antes de pasarle mi móvil a Alfredo, quien capto al instante lo que quería.

— ¿Qué pasa? –preguntó sorprendida, a lo que yo respondí pasando mi mano por su cintura mientras con la otra afirmaba su rostro y depositaba un beso en su mejilla y así que quedé un rato provocando que ella comenzara a sonreír risueña, momento exacto en que Alfredo sacó la fotografía, la cual quedo realmente tierna. La bajé de mis piernas de la forma más lenta posible, aprovechando un momento en que su cabello tapó por un segundo nuestros rostros para depositar nuevamente un beso en sus labios.

— Te quiero demasiado pequeña –murmuré antes de que ella volviera a tomar su lugar a mi lado.

— Yo también te quiero Justin, mucho –susurró en mi oído antes de depositar un beso en mi mejilla, lo mismo que había hecho yo anteriormente pero de forma invertida. Sentí como una sonrisa se posaba en mi rostro mientras ella se alejaba y volvía a recostarse a mi lado, mientras que yo comenzaba a jugar con mi teléfono, entrando a Instagram y subiendo la foto en ese mismo instante… “Gracias por todo pequeña… @____ realmente eres un pilar fundamental para mi, Te quiero demasiado mi pequeño Pony”.

En cuanto se subió comenzó la avalancha de notificaciones de mis Beliebers, tanto en comentario como en “me gusta”. Y bastaron solo unos segundos para que en mi inicio de Instagram apareciera una fotografía subida por Alfredo… ¿en qué momento la había sacado? Era de cuando ____ me había dejado un beso en la mejilla a mí, justo después de que me dijera que también me quería, ya que la sonrisa de felicidad y el brillo en mis ojos era demasiado notorio… al menos para mí, y esperaba que fuera solo para mí.

Bajo la fotografía se podía leer el comentario que había dejado Alfredo “El amor es mutuo… #Believe” Sonreí para mí mismo y bloqueé la pantalla para bajarme del automóvil… habíamos llegado.

~ Be AlrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora