Capítulo 23

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Si bien Justin había sabido como estropear todo… también había sabido cómo arreglarlo, y de manera rápida, antes de que las cosas empeoraran y todo se le volviera en su contra. Yo no tenía derecho de exigir una explicación, pero aun así él lo hizo por su propia cuenta, tranquilizándome y acompañándome, para que después de todo rechazara la visita de Selena y me mantuviera como su prioridad… Pero la verdad era que Taylor tenía razón y yo me moría por poder decir que Justin y yo éramos algo más que amigos… y esto solo me daba ilusiones de que probablemente esto podría ser así. Ilusiones que no quería alimentar, porque conozco a Justin y sé que es posible que aquello jamás suceda.

— Pequeña –dijo Justin meciéndome suavemente a su lado, sacándome de mis pensamientos para traerme de vuelta a la realidad.

— Mande –respondí algo ida aún.

— Tu teléfono –comentó señalando mis bolsillos.

Fue entonces cuando finalmente noté que mi móvil se encontraba sonando. Me apresuré a tomarlo con mi mano buena, era Taylor… ¿no era ya algo tarde en donde se encontraba ella?

— ¿____? ¡Oh Dios! No sabes lo preocupada que estaba, me han avisado de que con Justin han tenido que visitar el hospital, y vi un par de fotos en que salían con una toalla con sangre… Te juro que me asusté tanto ¿estás bien? ¿Qué sucedió? ¿Dónde estás ahora? –habló ella rápidamente, apenas logrando pronunciar lo último debido a la falta de aire.

— Taylor, Taylor… tranquila. Estoy bien. Es solo que en un arranque de estupidez se me rompió un jarrón en el hotel y cuando traté de levantar los trozos me corté la palma de la mano con un pedazo de cristal… me gané un par de puntos en la mano, pero estoy bien… y ahora voy camino al hotel nuevamente con Justin, así que ya puedes respirar tranquila.

— Relájate Swift, ____ está en buenas manos –gritó Justin desde su lugar para que Taylor llegara a escucharlo desde el otro lado de la línea.

— ¡Más te vale que esté en buenas manos, o te las verás conmigo Bieber, por no saber cuidar tus tesoros! –dijo la rubia en respuesta a Justin, claro que él no podía oírla.

— Dice que más te vale tenerme en buenas manos –le comenté evitando decir aquella parte del tesoro.

— Respira Taylor, tanta tensión no te hará bien –respondió Justin entre risas-, claro que está en buenas manos… la única mano mala es la de ____.

— Muy chistoso Biebs, ahora basta de chistes y concéntrate en lo que estabas haciendo –le dije soltando un suspiro.

— Entonces ¿todo está bien? –insistió ella.

— Sí, de verdad, tranquilízate… ya mañana hablaremos tranquilamente de esto. Ahora descansa Taylor, te quiero, Adiós –me despedí antes de cortar la llamada y volver a guardar mi móvil.

— ¿Dijo algo más? –preguntó Justin curioso.

— Solo que al parecer aparecieron fotos en la prensa de nosotros llegando al hospital, por eso es que se había asustado tanto. Pero aparte de eso… creo que no.

— Ya se encargará Scooter de aclarar lo que pasó.

El resto del camino lo hicimos en silencio, pero no fue para nada incómodo, y en cuanto llegamos al hotel y él me dejo fuera de mi habitación, no pude evitar el impulso de sostener su brazo y pedirle que se quedara conmigo aquella noche.

— ¿Es enserio? –preguntó él.

— Solo si tú quieres, claro.

— Claro que quiero… digo… no me molesta, tan solo ¿te importa si me voy a cambiar ropa? –preguntó, a lo que yo negué moviendo mi cabeza  sin poder mirarlo a los ojos.

~ Be AlrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora