Como metales preciosos.

420 32 8
                                    

Música ensordecedora adormecía mis tímpanos, una maldita melodía que nunca antes había escuchado, desesperante y repetitiva, casi no podía oír mis propios pensamientos; no veía nada más que un enceguecedor color blanco, poco a poco todo fue tomando forma.

Miré hacia abajo, llevaba un horrendo vestido color crema, la tela era de mala calidad, me causaba escozor; a mis pies los cubrían unas zapatillas con pedrería barata, cada paso era una tortura, dolía... Casi como si hubiesen colocado vidrios en su base, alguien tiraba de mi brazo con fuerza hacia adelante, era mi padre.
Vi hacia mi izquierda, las arpías sentadas sobre una vieja banca de iglesia, me observaban con sus apagados y perpetuamente entrecerrados ojos.

No podía moverme a mi voluntad, solo caminaba hacia enfrente; un pie delante del otro... Un pie delante del otro, no me detenía a pesar de que adelante no distinguía nada.

Poco a poco una silueta se formó en el horizonte, un hombre fuerte con un traje blanco hecho a la medida, vi su cabello, dorado como el oro y sus ojos azules, sonrisa con dientes desordenados y amarillentos, manos gruesas y toscas, verlo me parecía algo molesto, lucía como un perro, un perro salvaje observando a su cena.

Estaba confundida, sin poder hacer nada más que caminar y caminar, hasta que me situaron alado de aquél, y este aferró su mano a mi cintura y colocó la otra en mi mejilla.

-¡Mierda!¡¿Qué coño está pasando?!- Intenté gritar pero los sonidos no abandonaban mi boca, traté de mover mis brazos y empujarlo, no respondían; mi mente y cuerpo estaban desconectados.

Volteé mi vista un poco y observé a un hombre usando una túnica blanca recitando unas palabras que no pude oír.

-¿Iban a casarme con este mastodonte?¡No puede ser!- Pensé cuando vi a un lado de aquél padre de pacotilla a Sebastian, no mostraba expresión alguna en su rostro, era tan neutral y tan demoníacamente molesto.

-¿No vas a hacer nada? ¡Sálvame por favor, sácame de aquí! ¡Yo no quiero a este hombre!- Grité mientras el desconocido acercaba sus labios a los míos, mi cuerpo no me respondía... No podía hacer nada, empecé a llorar, mis ojos expulsaban lágrimas de sangre, aquél asqueroso vestido empezó a tornarse rojo, morado y luego negro; cada vez el rubio estaba más cerca, no pude pensar en nada más...

-Sebastian, sácame de aquí.- Dije con mi último aliento, a milímetros de ser profanada por los labios de un hombre que no amo.

Todo se tornó negro.

-¡Marianne!¡Marianne!¡Despierta!- Escuché la voz de Sebastian mientras sentía como alguien sacudía mi cuerpo suavemente, abrí mis ojos con lentitud y pude verlo recostado a mi lado, con su rostro preocupado.
-Solo fue una pesadilla.- Dije suspirando, para luego colocar mis manos alrededor del rostro de Sebastian y besarlo casi a la fuerza, besarlo apasionadamente; crear el calor necesario entre nosotros para fundirnos juntos como si fuésemos metales preciosos, no tomé tiempo de respirar y cuando me di cuenta, me encontraba sobre él.

-Yo... lo siento.- Dije sonrojada y observando al piso, aún sobre aquél demonio, aquél hombre que logra hacerme perder los estribos solo de pensar que no lo tengo a mi lado.

Cerré mis ojos fuertemente, esperando su reacción, creyendo que iba a apartarme, sentí algo de presión sobre mis muñecas y abrí mis ojos lentamente, sentí su aliento sobre mi cuello, logró que me estremezca ligeramente.

-No creí que usted podía hacer eso, joven ama; me encanta.- Sonrió de lado y continuó besando mis labios, continuó hasta mi mejilla, pasando lentamente por mi cuello y clavícula, millones de sensaciones distintas invadían mi cuerpo, casi no podía moverme y mi respiración se agitaba, de repente él se detuvo y me sentó sobre aquella antigua cama, observó mi espalda y mordió delicadamente un cordón de seda, tirándolo hacia él.

Al hacerlo, mi vestido se despidió de mi piel, cayendo sobre mis hombros, dejando mi tronco completamente vulnerable. Jugó un poco con el pentagrama en mi espalda, dibujándolo y clavándole sus largas y negras uñas, esto era demasiado, aquél hombre tomaba su tiempo, quería ver su rostro, quería abrazarlo y poseerlo, pero el parecía tener otros planes.

Mi espalda ardía y se arqueaba, él besaba mi cuello y acariciaba mi cintura, yo estaba petrificada allí... Permitiendo que vergonzosos sonidos escapasen de mi boca.

-Joven ama, usted es extremadamente sensible.- Pronunció estas palabras sin borrar su habitual sonrisa de lado.

-S...Sebastian.- No debe ser así, haré algo, yo quiero a este hombre, deseo a este hombre, a él le pertenece mi alma; y ahora mi cuerpo será suyo también.

Tímidamente me abracé a su torso y me situé sobre sus piernas, empecé a desabotonar su camisa, él había retirado su abrigo segundos antes, un botón menos, menos tela, más piel perfecta, piel seductora, piel irresistible.

El soltó su oscura corbata, lanzándola muy lejos, como si ahora la ropa fuese nuestro peor enemigo, besé su cuello con frenecí; un bulto empezaba a aparecer debajo de mi.

En este momento, las palabras sobran, nos comunicamos mediante el idioma de la pasión, ese que solo los amantes conocen.

-¡Marianne!¡Sal ahora!- Era Cordelia... ¿Hay algo que esta mujer no arruine?

Mis ojos se abrieron desmesuradamente y empecé a temblar... Moriré.

Sebastian se detuvo rápidamente y se acercó a mi oído...
-Continuaremos luego, joven ama.- Dijo para luego hacer su gesto característico cubriendo sus labios con su dedo índice y guiñando un ojo, respiré un poco aliviada, y en menos de medio segundo, ambos estábamos vestidos, yo utilizaba mi viejo camisón de hilo.

Aclaré mi voz y fingí estar somnolienta.

-Sebastian, abre la puerta, por favor.- Dije seguido de un sonoro bostezo, Cordelia entró muy molesta, hasta que me observó desperezándome e hizo un gesto expresando confusión.

-Tu prometido estará aquí mañana, prepárate.- Dio media vuelta y salió de mi habitación.

-¿Qué?- Dije completamente anonadada.

¿Qué se supone que haga ahora?...

-------------------------------------------------------------
Hola criaturitas! :3 ¿Cómo están?
Como notarán mis habilidades para escribir lemon son nulas xD pero hice mi esfuercito u.u espero que os guste xD
Sé que he andado algo perdida, pero acabo de empezar clases y ha sido algo difícil, estoy a menos de dos años de graduarme y cada vez es más difícil TuT pero siempre tomaré un poquito de tiempo para complacerl@s n.n
Os amo! Tengan un precioso día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo :3

Todas las opiniones y críticas constructivas son bienvenidas :DDD

Kuroshitsuji: La historia antes de lo conocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora