Max sintió el cuerpo de su amante sobre él. Apretándolo con fuerza, sin dejar espacio entre ellos. Su respiración se intensifico cuando sus labios se encontraron con los suyos. Comenzando un baile seductor invitándolo a más.
—Te deseo...—Susurro el rubio cuando se separaron.
Y entonces observo el rostro sonriente de Checo, su asistente, quien volvió a acercarse a su rostro buscando retomar el contacto.
En ese momento Max se despertó de su fantasía.
—Maldición—Susurró para sí mismo.
Estaba empapado en sudor. Su respiración era agitada, y una sensación de vacío se apodero de él.
Deseaba que hubiera sido real.
El rubio se giró para observar el reloj, "11:33" marcaba la hora. Se levanto de su cama en busca de un vaso con agua.
Pero no pudo evitar desviar su camino hacia la habitación de invitados.
Ahí lo vio. Durmiendo plácidamente mientras Samy yacía en su regazo.
Checo estaba agotado, así que no tardo en dormirse apenas su jefe le asigno su habitación.
Le había prestado un pijama, le gustaba como le quedaban.
Entonces recordó su sueño.
"¿Por qué?" pensó, pero sabía bien la respuesta.
Se sentía muy cautivado por su asistente, le gustaba su forma de ser, su sonrisa y sus ojos.
Le gustaba. Pero no debería gustarle.
Recordó que no seria apropiado por el tema laboral, por su posición de poder, y porque tenía novia.
Max camino hacia la cocina y se sirvió un vaso con agua que se llevó a su habitación.
Había estado ignorando el hecho de que su amigo de abajo se había emocionado demasiado por el sueño. Intento ocultarlo de todas las formas, pero se relajo al ver a su asistente dormido y así evitar una escena incómoda.
Además, no planeaba estimularse teniendo invitados en su casa. Así que intentaría relajarse pensando en otra cosa.
A la mañana siguiente todo se sentía extraño para Checo.
Por un momento olvido como había llegado ahí. Pero luego recordó que su jefe se lo había pedido.
Se levanto de la cama y comenzó a estirarse para activarse un poco.
Escucho ruido al otro lado de la puerta y se asomo por el pasillo para ver lo que ocurría.
Era su jefe revisando todo como un maniaco del orden.
—Despertaste—Dijo Max cuando lo vio.
Checo no tuvo más opción que acercarse.
—Buen día—Respondió un poco animado.
—Aquí están tus copias de las llaves, no las pierdas—El rubio parecía distante ese día.
Max había intentado no pensar en el sueño, así que creyó que, marcando distancia con su asistente, su mente se relajaría.
—Las cuidare—Dijo Checo tomándolas en sus manos.
Entonces Mas se quedo congelado un momento, observando el cabello despeinado de su asistente.
Le pareció muy atractivo por las mañanas.
Checo lo miro confundido. Intentando entender que lo hacía quedarse así.
—Ya... me voy—Balbuceo un poco al hablar—Suerte.
—Que tenga un excelente viaje—Fue lo último que Checo alcanzo a decirle.
Max comenzó a arrastras sus maletas al elevador. No lo estaba haciendo con cuidado, sino con desesperación.
Cuando finalmente pudo acomodarse en el reducido espacio, suspiro de alivio por alejarse de su asistente.
—Ahora yo parezco el torpe—Susurro.
Pero al sonar el timbre de su llegada a la planta baja, Max ya había recuperado la compostura.
Checo se preparo para su mañana. Desayuno algo ligero y luego salió por sus cosas a su departamento.
No se llevo mucho, solo lo indispensable.
Cuando volvió a la casa de su jefe, vio a alguien desconocido en el pasillo.
—¿Necesitas ayuda? —El hombre extraño se acerco a él con una sonrisa amigable.
—Por favor—Respondió el pelinegro—Necesito abrir la puerta.
El desconocido sostuvo su pequeña maleta mientras Checo abría la puerta.
—¿Dónde lo pongo? —Pregunto el extraño.
—Por aquí, por favor—Dijo Checo mientras lo guiaba a su habitación.
—Listo—El desconocido coloco el objeto en la cama del pelinegro y luego se giró a verlo.
—Te lo agradezco mucho...—Checo lo miraba intentando pedirle su nombre.
—Soy Lewis—Se presento estirando su mano en un saludo, algo que el pelinegro correspondió.
—Sergio, pero todos me llaman Checo.
—Me alegra conocer a mi nuevo vecino—Respondió Lewis—¿Apenas te mudaste?
—Así es, aunque esta no es mi casa y solo que quedare unos días.
—¿Vive alguien aquí? Siempre creí que estaba vacío.
—Vaya, eso es un poco extraño—Comenzó Checo—¿Jamás has visto al dueño de este departamento?
—Nunca, y como jamás hace algún ruido ni da señales de vida—Bromeo—Pero ya debo irme, estaba a punto de salir a correr cuando te encontré en el pasillo.
—Pues me alegra encontrarte—Checo sonrió, pues tuvo una gran idea—¿Puedo salir a correr contigo? No conozco a nadie de aquí, así que te lo agradecería.
—Bien, te esperare a fuera—Propuso Lewis, pero Checo comenzó a quitarse la camisa.
—Esta bien, me cambiare rápido y salgo—Lewis sonrió ante esto y decidió marcharse de la habitación.
Su vuelo no había aterrizado, pero Max ya se estaba arrepintiendo.
Sabia que no era buena idea, pero las señales de alerta se intensificaron cuando en el aeropuerto alguien les pregunto si eran esposos y Kelly casi pega un brinco de emoción.
Viajarían en su avión privado, pero su novia había decidido perder el tiempo en el área vip del aeropuerto solo para tomarse fotos.
Max solo tenia un deseo: Regresar a casa.
En el hotel fue la misma historia. Una recepcionista les pregunto si estaban de luna de miel, algo que energizo a su novia.
El rubio no quería hablar de matrimonio. Al menos no en ese momento.
Deseaba estar en casa otra vez. Se sentía menos asfixiado en la oficina.
Y lo peor, no podía dejar de pensar en él.
Cap corto pq regrese cansada del trabajo. Perdón :c
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Lᴏᴠᴇ Iɴᴄ ~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿ
FanfictionMax es el jefe de una empresa productora de chocolates. Está buscando un secretario para que lo asista durante el día, pero debido a que su novia Kelly es muy celosa, y por pedido de ella, decide contratar a un chico en lugar de una chica. Sin embar...