Capítulo 9: Nuevos horizontes

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Checo no se percato de la presencia del rubio. No fue hasta que este hizo ruido al cerrar la puerta, fue cuando el pelinegro volteo a verlo estupefacto.

Ninguno dijo nada.

El asistente se volvió tímido de golpe. No esperaba que alguien lo estuviera viendo, mucho menos su jefe.

Pero el silencio se vio interrumpido por un aroma en particular.

El pelinegro paso de la pena a la preocupación.

—¡Mis galletas! —Dijo mientras salía corriendo hacia la cocina.

Max se preocupó y pensó en seguirlo, pero entonces el timbre sonó. Sin embargo, el ruido en la cocina lo hizo ignorar la llamada en la puerta. Así que corrió a ver que ocurría.

El rubio llego y vio como el pelinegro desechaba las galletas a la basura. Pudo notar la decepción en su rostros, así que se acercó para intentar consolarlo.

—No te preocupes, puedes hacer más—Fue lo único que pudo decir.

—No, de hecho, debería estar empacando—Dijo mientras dejaba la bandeja—Lamento mucho esto, limpiare cuando termine.

Checo se apresuro a ir a su habitación, pero Max lo tomo del brazo para detenerlo.

—Espera—Dijo el rubio—¿Por qué no mejor te quedas?

No sabía por qué había dicho eso. Cuidar su departamento era una cosa, pero pedirle vivir juntos era algo muy diferente.

No había querido vivir junto a su novia, pero se lo había pedido a su asistente.

—¿Quedarme a vivir aquí? —Checo no se esperaba dicha propuesta.

Hace un momento estaba muy avergonzado, pero ahora no cabía de la felicidad.

—Si...—Max intentaba buscar una excusa—El pobre Samy te extrañara si te vas.

Samy es un gato, no le importaba quien entraba o salía de ese departamento, siempre y cuando no lo molestaran.

Así que lo dicho por el rubio no tenía sentido.

Checo no compro esa historia. Pero no le importaba porque estaba emocionado ante la idea de casa gratis.

—Bien, traeré mis cosas los próximos días—Aseguro y Max asintió aliviado por la falta de preguntas.

El pelinegro camino hacia su habitación y tomo su teléfono para llamar a su amigo.

Le conto lo emocionado que estaba ante la idea de no pagar alquiler y solo tener que caminar un poco para llegar al trabajo.

Carlos aprovecho esta oportunidad para pedirle dos cosas:

La primera, quedarse con el departamento de Checo. La renta era más barata y aprovecharía para quedar más cerca de él.

La segunda, le prometería dejarlo ver el departamento de su jefe. Pues ahora también viviría ahí, así que seria la excusa perfecta para entrar.

Checo accedió. No veía nada malo en las peticiones de su amigo.

El rubio dejo su maleta al lado de su cama y se recostó un rato intentando pensar en lo que había hecho.

"¿Por qué?" pensó.

Esta bien, era cierto. Tenía sentimientos por Checo.

Pero, ¿no estaba abusando de su poder? Era una duda que le venia a la mente una y otra vez.

Checo no podría negarse a algo que él le pidiera, todo por su posición de jefe.

Así que no quería sentir que se estaba aprovechando de él.

Lᴏᴠᴇ Iɴᴄ ~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora