CAPÍTULO 03

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Luego de un largo viaje hasta casa, sentía que todo esto era un sueño… Pero no lo era.

Me sentía usada, traicionada y con una tristeza que llegaba al fondo de mi corazón.

Mi mundo se derrumbaba y nadie podía pararlo.

- Llegamos - susurró Henry pero sin esperar más corrí hasta la entrada como pude la abrí con mis llaves, Henry me seguía por detrás. Pero no hice caso y me adentré en mi habitación y vi todas las fotos de Kendall y yo.

Arranqué con dolor y rabia mientras golpeaba al espejo que en unos minutos cayó sobre mis manos cortándolas.

Di un grito de dolor y Henry me abrazó mientras sentía que su cuerpo temblaba.

- Ya está… Ya está - dijo mientras hablaba en mi cabello y repartía besos - Muéstrame tus manos - ordenó y sin decir más se las mostré, las tenía magulladas y un pedazo de vidrio entró en mi piel.

Gruñó en voz baja y trajo el botiquín de primeros auxilios y con cuidado sacó el vidrio de mis manos con una pinza y luego con un algodón puso desinfectante y las vendó a ambas.

Me miró algo enojado y bajé mi mirada llorando aún.

- Escúchame ______ - me dijo pero no quise verlo a los ojos - _____ mírame - ordenó con voz más dura y no tuve otro remedio que mirarlo y acunó sus manos en mi rostro - Nadie debe hacerte sentir mal por más que tu no quieras. Y menos hacerte daño a ti misma por dentro y por fuera - me dijo y sin más lo abracé fuertemente mientras él me abrazaba por la cintura y yo por sus hombros.

- Te quiero Henry - le dije y él besó mis cabellos y los acariciaba.

- Yo también...

Luego de eso Henry y yo nos encontrábamos en el sofá viendo una película junto a una pizza de queso fundido con aceitunas y mis piernas se encontraban encima de las suyas y el estaba echado en el sillón.

Él bostezó mientras recargaba su cabeza en el respaldo del sofá y su bostezo hizo que me diera sueño, y poco a poco sus ojos se cerraban y los míos también hasta que nos quedamos completamente dormidos

Me desperté por el ruido en mi teléfono y me sobresalté, miré el reloj y eran las nueve y media de la noche, estuvimos siete horas dormidos.

Bostecé y atendí con la voz somnolienta.

- Diga - dije mientras me estiraba.

- Nena... - dijo Katherine - Adivina que…

- No lo sé ¿qué pasa? Estás feliz - reí.

- Fiesta en la casa de los Parker a las once ya mismo voy a tu casa...

- Pero… - antes de que dijera que no el tono de que me había cortado se reproducía en mi celular. Bufé del cansancio y empecé a agitar a Henry.

- Levántate - pero no hizo caso, se removió en el sillón.

Tuve una idea, pero siento que me arrepentiré más tarde. Me levanté y saqué de la heladera agua helada. Lo vertí en un vaso y sigilosa fui a donde estaba Henry y sin piedad lo eché en su cara. Abrió los ojos al tope.

- Considérate muerta ______ Jones - dijo con una furiosa voz como la de las caricaturas y empecé a reírme, pero vi como se levantaba y me miraba feroz, haciéndome llorar de la risa - Corre si quieres seguir viva - empecé a correr por toda la casa mientras él me perseguía, abrí nerviosa la puerta del patio trasero y empezamos a correr por todo el jardín. Hasta que él me tomó por la cintura como a una bolsa de papas y se acercó cauteloso a la piscina llena de agua clara. La limpiaron.

- ¡HENRY STRAIT BÁJAME AHORA! - dije mirando el agua cristalina.

Pero conociendo a Henry, no me soltará hasta que esté empapada.

- Bueno señorita Jones es el Karma, tu me echaste un vaso de agua yo te meteré en la piscina - rió mientras daba un paso más.

- ¡Henry! ¡Retrocede! - reí pero él no hizo caso y se tiró a la pileta conmigo en sus hombros.

El agua me abrazó con sus brazos helados mojándome completa y luego de subir a la superficie respiré hondo mientras lo miraba queriendo lanzar rayos laser.

- ¡Tranquila! - dijo levantando sus manos hacia el cielo. Con sus manos me cargó con un brazo en mis rodillas y otras en la espalda haciéndome girar levemente por el agua.

- ¿Qué querías decirme? - cuestionó.

- Habrá una fiesta y estamos invitados -dije mientras me relajaba - Ahora saca mi trasero y el tuyo de la piscina ahora -ordené y él rió mientras me llevaba hacia adentro de la casa y sonó el timbre. Era Katherine.

Abrí la puerta y ella me miró primero y luego a Henry.

- Larga historia - ella asintió riendo mientras saludaba a Henry y él iba a su habitación a bañarse y luego a cambiarse para la fiesta Katherine dejó dos bolsas en la cama y reí.

- Como siempre lo hiciste - dije recordando siempre cuando traía vestidos para ambas.

- Así es - sonrió orgullosa mientras me miraba - Ahora mueve tu trasero Jones, báñate y nos arreglaremos ¿Sí? - asentí mientras me despojaba de mis ropas y entraba al baño.

Luego de salir Katherine estaba en bata al igual que yo y sacó los vestidos de las bolsas quedé impactada con su gusto.

- ¡Amo estos vestidos! - dije mientras me dejaba el mío y ella sonreía.

- Bien ya sabes la rutina, vamos que no tenemos tiempo nena - palmeó mi trasero y reí.

Me puse el short ajustado y un top negro que resaltaba mi figura, mas los tacones negros, me maquilló, y seleccionó mis accesorios y en poco tiempo quedé impactada frente al espejo y luego hice lo mismo con ella sólo que llevaba un vestido simple y corto que la hacía ver estupenda, yo la peiné y maquille y salimos por la puerta para ver a Henry con unos pantalones de Jean desgastados y una camiseta blanca remarcando sus perfectos abdominales remarcados y encima una chaqueta de cuero.

- ¿Vamos preciosas damas? - preguntó mientras me miraba a mí y seguido a Katherine.

- Vamos - dijimos al unísono con Katherine con un leve presentimiento de que esta noche iba a ser fantástica...

Remember Me (Kendall Schmidt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora