Remember Me (Kendall Schmidt)

CAPÍTULO 20

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Con Anna, Katherine y yo luego del instituto, nos fuimos de compras para el baile que se celebraría en una semana. Pasamos por distintas tiendas de diseñador, compramos varios vestidos, perfumes, zapatos y joyas para lucir increíbles. Pero cuando pasamos por una tienda, el vestido de la vidriera me llamó la atención.

El baile era súper formal y elegante y al instante la bombilla de mi cerebro se encendió ese vestido era perfecto para la ocasión. Era azul marino, un poco cerrado al frente pero tenía una gran parte de tela descubierta donde se me vería la espalda completa. Mi boca se secó al recordar que ese mismo vestido era similar... al de la reunión de empresarios... Donde baile junto a Kendall. Cerré mis ojos, ya sabía que me largaría a llorar.

— ¡Ese vestido es perfecto para ti ______! — gritó Anna mientras veía el vestido.

Yo la miré a Katherine y ella sintió con una gran sonrisa y pude ver la aprobación en su cara. Sin pensarlo chillé de emoción y las tres nos adentramos a la tienda con estilo francés.

Luego de una gran sesión de compras nos fuimos a tomar un café en Starbucks. Pedimos tres frapuccinos con tres muffins de chocolate y frambuesa. Nos sentamos en una mesa pegada a la ventana y nuestra conversación fluyó.

— Yo les digo... Si mi instinto de modelo no falla, ese vestido quedaría con joyas plateadas _____, no doradas — ladee mi cabeza mientras reíamos con Katherine. Anna estaba en lo cierto.

— Está bien dejaré todo a manos tuyas querida Anna de Strait — sonreí mientras ella chillaba como una niña.

Estiré un poco mi cuello mientras me reía de una broma de Katherine, pero al doblar mi cuello hacia la ventana me encontré a Kendall y Savannah besándose mientras sostenían bolsas de marca. Al parecer para el baile. Mis ojos se llenaron de lágrimas y solté un sollozo ahogado, Katherine al igual que Anna miraron a dirección de la ventana y vieron la misma imagen. Anna me dio un abrazo mientras Katherine me daba la mano y acariciaba dulcemente mis nudillos. Doblé mi espalda, encorvándome y hacerme un bollo en el asiento, mientras más pequeña más segura. Él se rió, pude oírlo, la ventana estaba abierta. Su risa era algo sínica, pero con tan solo de que se ría mi corazón se hundió y luego se rompió.

— ¿Quieres que nos vallamos? — preguntó dulcemente Katherine mientras me miraba con una mirada maternal.

Negué con la cabeza en respuesta y sentí que abrían la puerta del local. Era él junto a su novia.

— ¡Vamos Ken! Sentémonos al lado de la ventana — abrí mis ojos y rogué a Dios que sea detrás de nosotras. Y así fue... una cosa a nuestro favor. Las chicas quedaron en silencio, para escuchar la conversación al igual que yo. Katherine se encogió en su asiento para que no sepan que era ella. Yo y Anna estábamos de espaldas.

— No me quedará bien el traje — dijo riendo bajo al final.

<<Te quedará más hermoso de lo que crees>> pensé mientras apretaba mis labios con los dientes.

— Claro que sí — dijo la chillona — ¿Pero por qué no quisiste que me comprara ese vestido azul marino? — dijo mientras bufaba. Podía sentir su sínica mirada de perr*.

— Ese color sólo le queda a __... No es tu color — mi boca cayó en picada, dijo la primera sílaba de mi nombre. Miré a Anna y seguido a Katherine que tenían la boca en forma de ''o'' al igual que yo, Katherine y Anna bailaron en el asiento.

— ¿A quién? — preguntó furiosa Savannah.

— A nadie — gruñó exasperado, lo conocía como a la palma de mi mano. No le quería decir nada...

— ¿La sigues amando verdad? ¿Por qué Ken? — un sollozo falso salió de su boca.

— No — sentenció.

Cerré los ojos instintivamente, y parpadeé varias veces para ahuyentar las lágrimas.

— No me mientas más. Lo sé y siempre lo supe Kendall — habló entrecortadamente — Siempre la miras y contemplas, te preocupas por _____ y siempre lo hiciste.

— ¡Está bien joder! ¡La amo! ¡La adoro! ¡No es de tu incumbencia! No finjas como si te importara, porque solo estuviste conmigo por sexo y mi dinero — Mi corazón al igual que mi pulso se aceleró y respiré profundamente mientras mordía mi labio inferior. Mientras trataba de reprimir una sonrisa acompañada de las lágrimas que bajaban escandalosas por mis mejillas. ¡Me amaba!

El celular de Katherine sonó y con una mirada furiosa traté de asesinarle. <<Es Alex>> me susurró y rodee los ojos. Nunca me cayó bien él, aunque si él la hace feliz, bien por ella y por mí. Habló por unos segundo en silencio, gracias a Dios Kendall seguía su pelea con Ashley. Katherine me dijo.

—  Hay que irnos— negué con la cabeza rápidamente. Pero ella y Anna se levantaron. ¡Malditas perr*s!

 Me levanté y cuando bajé la cabeza me encontré con su mirada helada por su sorpresa y le di una mueca de sonrisa. Algo corta y me fui junto a las chicas.