Capítulo Catorce: Deeper

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No sabía como asimilarlo, no reaccioné hasta que me quede sola en la habitación, no sé en que consiste, no sé que le pasa a mi cuerpo, a mi mente, me siento ajena a mi.
Me llevaron a casa en taxi y no crucé ninguna palabra con nadie, solo miraba y desviaba la mirada a quien me viera. El doctor me pasó una especie de libro para informarme de mi enfermedad pero yo solo quería ir y encerrarme en mi cuarto.
Julian también estaba impactado pero a la vez estaba preocupado por mi, me encerré sola en mi pieza y comencé a llorar, cuando todo iba perfecto, todo se derrumba, ésta vez por mi culpa,todos los planes que tenía se fueron.
Julian golpeó mi puerta y sequé mis lágrimas, lo deje entrar y nos sentamos en la cama.
-Quiero que sepas que no te dejaré, yo te quiero, me vendré aquí y estestatá dijo.
Mientras que de mi boca no salia ninguna palabra, sólo llanto. Me abrazo pero le quite de mi.
-Lo mejor es que te vallas, que esto quede aquí- dije.
-No lo voy a permitir- y se empezó a preocupar.
-Por favor andate- dije desesperada.
-No lo haré- dijo comenzando a llorar también.
-No entiendes que soy una maldita enferma y que no quiero ser un problema para ti- le grité.
Después de gritarle, me sentí de lo peor, Julian se despidió de mi y se fue después de eso, lo vi llorar y eso me hizo sentir la peor persona del mundo.
Me encerré en mi pieza a llorar toda la tarde y después que se hizo de noche llamé a mis padres y después que supieron ya vendrían a vivir conmigo por un tiempo, me sentía una carga.
No dormí ni comí, al otro día llegaron mis padres y cuando los vi de nuevo comencé a llorar, me sentía débil y cansada, mi padre me llevó a la cama en sus brazos y mi madre me llevo los medicamentos que me habían recetado, me dio de comer algo a la fuerza, ya que no me daba apetito. Mi padre me ordenó mi departamento, mi madre me desempacó y lavó mi ropa, me sentía cuando tenía 10 años y ellos hacían todo por mi, pero a diferencia que ahora tengo 25 años y por esta enfermedad lo hacen.
Mi madre me dejó dormir ya que me desvele la noche anterior esperándolos.
Desperté a las 11 de la noche y seguían despiertos, mi madre se acerca a mi y me dice:
-Ha venido Julian cuando dormías- dijo acariciando mi el cabello.
-Ya no somos nada- digo triste.
-Pues el parece que no piensa lo mismo- cuenta.
-No quiero ser una carga para nadie, él se merece a alguien sana, que le pueda dar más que yo, que pueda acompañarlo siempre, yo soy una molestia para él- y de nuevo comencé a llorar, me odiaba a mi misma con todo mi ser por esto.
-Para él no eres una carga, él te quiere muchísimo- dice- te ha dejado esta carta, iré a bañarme para acostarnos, tu padre esta durmiendo en el sillón cama por hoy y nosotros dormiremos aquí, te dejó sola cualquier cosa avisas ya?- y me da un beso en la frente.
Abri la carta y decía así:

Me siento pésimo, no como describirlo, me siento enojado por no poder revertir la situación, lamento mucho lo que estás pasando y te entiendo perfectamente que que quieras fuera de tu vida.
Por ti haría lo que fuera, desde el primer día en que te vi me enamoré, si me quieres fuera, yo lo haré, pero no lo hago porque yo quiera, que daría por estar allí contigo, abrazarte, estar en todo momento, pero es tu decisión y la respeto.
Sólo quiero decirte que te amo, por lo menos dejame visitarte o llamarte, eres y serás mi vida, yo se que saldrás de esta porque eres una mujer fuerte y con la ayuda de tus padres lo superarás.
Te ama mucho, Julian.
Me sentía horrible por gritarle, quisiera tenerlo en mis brazos, pero es mejor así, el ya se olvidará de mí y va a rehacer su vida, con alguien que se lo merezca.
Mi madre llegó y dormimos hasta el otro día, las palabras de Julian resonaban en mi cabeza, se me iba a ser muy difícil olvidarlo.

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