Capítulo Dieciséis: Perhaps

29 5 0
                                    

*Recomendación: reproduce el archivo multimedia para una experiencia única*
Panorama de hoy, ir al doctor, que entretenido, me desanimaba ir, ahora dependo de esto y me agota, me siento como si fuera un bebé.
En la sala de espera pensaba que hubiese pasado si no hubiera ocurrido esto, estaría quizás donde, soñar es lindo. Me llamaron por el altoparlante y entré a la consulta, el doctor debía controlarme periódicamente para tratar esta enfermedad, la crisis que me dio en el aeropuerto fue grave, me golpee la cabeza en una parte delicada, por eso debo siempre estar acompañada, para evitar que me golpee fuerte otra vez, pensé en Julian que estuvo allí y yo me comporte como una idiota y malagradecida, me sentía horrible.
Después que salí de allí mi madre me llamó y me invitó a un parque que esta cerca del centro médico.
Nos juntamos allí y la encontré sentada en una banca.
-Como fue?- preguntó.
-Creo que bien- dije.
-Ven aquí- me abrazó fuertemente y no pude evitar llorar. -No llores hija mía, nosotros también estamos sufriendo contigo-
-Me odio- le respondí. -Odio esto, odio no ser normal, odio preocuparlos, odio ser una molestia y dejar a quien de verdad quería-
-Nadie te dijo que terminaras con el-contesta.
-No entiendes, ahora me mira con lástima y seré su carga y su preocupación, se terminará aburriendo al tiempo- mi madre me abraza más.
-Si de verdad te ama, jamás se aburrirá de ti- y esas palabras me hicieron sentido.
-Tu crees que debería ir a buscarlo?-pregunté.
-Que esperas?- y me sonríe.
-Eres la mejor, cuánto te extrañaba- le doy un beso en la frente y un abrazo.
Después de eso fui a buscarlo a su casa, una vez me dijo donde vivía y recordaba la dirección, era un departamento privado, le hablé al conserje y me dijo que se había ido del edificio, le pregunté donde habría ido y no dejó respuesta, lo llamé y no contestaba, empecé a desesperarme, hasta que se me ocurrió la brillante idea de llamar a Fernanda y ella me dijo que se había ido de la ciudad con otra persona, la verdad me dolió oír eso, ya lo había perdido y todo por mi culpa, soy una imbécil, me merezco esto y más.
No quería llegar a casa, me sentía destrozada, era de noche y fui a un lugar apartado de todo, tomé un taxi ya que quedaba a media hora de mi departamento, me senté a llorar por horas hasta que mis padres comenzaron a bombardearme de llamadas, no quería contestar y no lo hice, apagué el celular, y veo de lejos a alguien que se acerca a mi, parecía una joven de mi edad y me levanta del suelo donde estaba.
-Que te ha pasado por Dios- y me coge del brazo. No contesté sólo la mire.
-Me llamo Rebeca, por favor responde- dice.
-Soy un desastre- le contesto.
-No digas eso, te llevaré a tu casa-
-No es necesario-
-No acepto objeciones, me indicarás donde vives, vale?- me ayuda a pararme y a subir a su auto.
El camino se hizo más corto ya que no había tráfico y llamo a mis padres para que me esperaran.
-Gracias- digo.
-No es necesario- dice sonriendo.
Llegué y mis padres me retaron por hacer eso, de pronto mi cabeza se abrumó y siento que mi cabeza de va al piso.
Me despierto en mi cama con la cara de mis papás más tristes a no poder, llorando, me rompía el corazón.
Estaba sedada por la pastilla que debía tomar, me dolía el cuerpo, los músculos los sentía contraídos y se me hizo un moretón en el brazo al caer, lo necesitaba conmigo pero no estaba, lo necesito.

Después de cierta crisis pasé toda la semana en cama, no quería hacer nada, ni comer, ni bañarme, ni moverme, ni nada. Sólo lloraba y pensaba, mis padres llamaron a un psicólogo que me ayudaría a "superar" esto. Me bañé para que no pasar otra vergüenza y me volví a acostar, de pronto mi madre entra con una persona mayor de edad, creo que era el psicólogo.

-Hola, soy Samuel, como estás?- lo miro y no contesto, pues ni de hablar tenia ganas. -Mejor los dejo solos- mi madre sale de la habitación. -Tu madre me ha informado de tu situación, se que no tienes ganas de nada y se entiende, pero tu no puedes pasar toda tu vida aquí encerrada, eres una mujer joven todavía, con toda una vida por delante, estas recién a tus 25 años, te queda mucho por recorrer- dice. -Con todo respeto, no quiero que trate de animarme, no lo conseguirá, mi vida ya esta arruinada en todo sentido, que quiere que haga, estoy esperando a morirme aquí- dijo ofuscada.
- Quien es Julian?- y esa pregunta me ha partido la poca paciencia que tenia.
-Por favor no lo mencione, sabe, váyase no se entrometa, lo poco y nada que tenia de paz me lo ha borrado- y sin mas, se paro de la silla y se fue. Después pensando en lo que había sucedido he tratado pésimo a todos los que intentan acercarse a mi, me estaba convirtiendo en un maldito monstruo.





Antes y DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora