26. Nube de humo.

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Un año... ese es el tiempo que ha pasado desde el accidente y seguía sin tener ninguna noticia sobre mi pasado. Ni mis recuerdos habían regresado, ni los investigadores habían logrado encontrar algo... era como si nunca hubiera existido antes de que me encontraran. Era angustiante pues aún tenía esa extraña sensación de necesidad, de soledad a pesar de estar rodeada de gente maravillosa. Aunque en la cotidianidad desarrollaba mi vida con normalidad y nadie, a excepción de mi familia, sabía lo que verdaderamente sentía al respecto.

En la universidad me iba muy bien, cada día me enamoraba más de lo que había elegido y trabajar junto a mamá en nuestra propia línea de ropa, era asombroso. Los diseños para el debut de la marca estaban casi listos y el especialista que se contrató para hacer la campaña publicitaria, tenía ideas increíbles para lanzarla al mercado. Durante el proceso trabajamos estrechamente con él y me tomo por sorpresa darme cuenta que sabía muchas cosas acerca del tema, que fácilmente podía entender todo lo que hacía...

—Hasta parece que hablamos el mismo idioma—comento divertido en una de nuestras sesiones.

—Es verdad, hay momentos que yo me pierdo y no entiendo nada pero tú hija, estás como pez en el agua—dice mamá riendo.

Eso me hizo pensar que tal vez, antes estaba relacionada con el tema. Probablemente haya estudiado eso, incluso... pero no había manera de confirmarlo, al menos no todavía. Tampoco hacia tanto drama sobre el asunto, prefería concentrar toda mi atención en nuestro proyecto y dejar que las cosas fluyeran por si solas.

Las sesiones con la psicóloga ya no se tratan sobre ayudarme a recordar, iban más bien en la dirección de ayudarme a vivir con el vacío que sentía en mi interior, con la soledad y desesperación que en momentos lograban emerger con fuerza causándome principios de depresión. Toda mi familia estaba preocupada pues temían que la situación me sobrepasara y no supiera lidiar con ella. Aunque no lo decían les asustaba pensar que pudiera cometer una locura.

Lo usual hubiera sido que los primeros meses sean los más difíciles pero todo fue tan sencillo y natural que los episodios de depresión y pánico que comenzaba a tener esporádicamente nadie se los esperara. Incluso mi psicóloga estaba algo desconcertada pero decía que era normal que algún momento la realidad de mi situación me alcanzara y tenía que seguir trabajando aún más duro en recuperarme a mí misma, aun sin mis recuerdos.

De lo que estaba segura era que no me iba a dejar vencer. No iba a permitirme arruinar todo lo que había logrado este año y ni hacer ninguna locura. Tenía demasiado por lo que luchar, no iba a irme de este mundo antes de saber quién era realmente y mucho menos les causaría semejante aflicción a mis padres después de todo lo que han hecho por mí. No, en definitiva la depresión no iba a ganarme, era más fuerte que ella.

**

Año nuevo estaba a la vuelta de la esquina, había tanto que hacer para la fiesta que organizaba mamá, quién unió a la fecha la celebración del aniversario número cinco de la boutique. Iba a ser un evento masivo donde todos sus clientes más importantes y conocidos de la familia asistirían. Nadie hablaba de otra cosa pues sería justo el acontecimiento que cerraría con broche de oro el año, por lo cual era esperado con ansias.

Estaba ultimando los detalles con mamá, esperando que Martín pasara por mí, tenía una cena de trabajo a la que quería que lo acompañara.

Después de meses, finalmente accedí a darle una oportunidad. Llevábamos un par de semanas, juntos y había sido tan lindo como desde el principio, era todo un caballero y me trataba como una reina. Realmente me alegraba estar a su lado, si bien aún no sentía algo muy fuerte por él, lo quería y me esforzaría por hacer que significara más y corresponder por completo a sus sentimientos.

Comenzando De Nuevo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora