12. Desconfianza.

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Por la mañana busque en la camioneta del tío Carlos mi mochila y no estaba, definitivamente se había perdido. Teffie me pedía disculpas una y otra vez porque seguramente la olvido en la tienda cuando entro a preguntar por el vestido. Ni modo, tampoco es que este enojada con ella, no fue solo su culpa debí pedírsela apenas salí del baño. Gracias al cielo mi madre se había quedado con mi ID después de abordar, aunque mi cartera con mis tarjetas y el poco efectivo que traía, mi IPod, el celular, las pastillas y lo demás se perdieron.

-En cuanto haya chance te reponemos el celular, se descontará de la mesada de Teff-dijo mamá cuando le contamos.

-Me quejaría pero sé que fue mi culpa, debí ser más cuidadosa-murmura con resignación.  

Lo cierto es que el resto del día nos la vivimos en el hospital, informándonos de los avances de mamá Tina y olvide el asunto por completo. Con el celular de mi hermana le avise a Damián que perdí el mío y a través de ella nos mantuvimos en contacto durante el día. En la tarde por fin pasamos Teff y yo a ver a mi abue, no esperaba encontrarla así, demacrada, pálida, muy débil y casi inconsciente… fue muy difícil verla en ese estado y aun así regalándonos una de sus inigualables sonrisas.

-Mis niñas…-murmuro con voz rasposa.

-¿Cómo te sientes, mami?-pregunte depositando un beso en su frente y tomando una de sus débiles manos.

-Mejor-dice mostrándose fuerte pero se veía tan cansada ya, como nunca antes.

-Vaya susto que nos diste, abu-comenta mi hermana tratando de sonar divertida pero le estaba costando no derramar algunas lágrimas.

-Aún tienen abuela para rato, ya les dije que yo cuidare de mis bisnietos-fue inevitable no llorar cuando dijo eso, siempre habla sobre  ayudarnos  cuando tengamos nuestros propios hijos y consentirlos aún más que a nosotros.

-Seguro que sí, tienes que ponerte bien para cuidar de mi hijo y además quien mejor que tú para ayudarme a elegir mi vestido de novia cuando vaya a casarme-murmure a pesar del nudo que traía atorado en la garganta.

-Y mira que eso será más pronto que tarde, si vieras que tan en serio ya va con el novio… seguro en menos de lo que imaginamos escuchamos campanas de boda-dice Teff con exageración haciendo que la abuela se riera aunque con algo de esfuerzo.

-Eso me contó tu mamá, aún tengo que conocer a mi fututo nieto y darle el visto bueno, tengo que asegurarme que sea alguien que valga la pena para ti-nada me gustaría más que conociera a Damián, enserio rogaba a Dios que le concediera más vida a mi querida abuela, aún tenía tanto por vivir, no la habíamos disfrutado lo suficiente y era alguien tan importante para nosotros que sería un duro golpe perderla.

Los veinte  minutos que nos permitieron estar en la habitación tratamos de distraerla, hacerla reír y darle fuerza para luchar, tenía que recuperarse. Cuando nos despedimos de ella, la abrazamos como nunca ya que podría ser la última vez aunque no quiera ni imaginarme esa posibilidad.

Cuando íbamos a la sala de espera con el resto, nos encontramos a Erick y su hermano. Aunque lo veía en la universidad apenas y cruzamos  palabras, por lo que me sorprendió que me saludara como si nada hubiera pasado y hasta nos invitaron a tomar algo en la cafetería del hospital, dude en aceptar pero mi hermana se adelantó a hacerlo y los cuatro fuimos un rato. Al parecer ellos están aquí porque su hermana pequeña fue operada de la vista, no era nada grave pero tenían que estar un par de días. Lo cierto es que pasamos un rato agradable e incluso reímos un poco, no se sentía tan extraño compartir con él. Cuando nos despedimos, acordamos salir a dar una vuelta si nos volvíamos a encontrar, solo espero que mi novio no vaya a enojarse si se entera.

Comenzando De Nuevo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora