Epílogo: Nuestra vida, un sueño.

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Estar Contigo-Jorge, Alex y Lena. 

Valeria estaba entrando a su último mes de embarazo. Esos meses habían sido un sueño para todos.

Sus padres, Clara y Marco, nunca se cansarían de agradecer a la vida por devolverle a su hija. A partir de ahí, decidieron comenzar a trabajar con causas sociales para encontrar niños perdidos, ellos sabían lo que era vivir con esa incertidumbre y le brindaban ayuda a familias que pasaban por situaciones similares. A esta causa, también se unieron los padres de Damián, quienes se regocijaban al ver a su hijo brillar de nuevo, sonreír y disfrutar de la vida. Fueron casi dos años los que la sombra de la tragedia asedio a las familias y ahora que el sol brillaba de nuevo para todos, estaban dispuestos a poner un granito de arena para devolverle a la vida todas las bendiciones que habían recibido.

Mamá Tina, fue y será uno de los pilares más importantes de esa familia y con su entereza ante las adversidades, gozaba de sus nietas, de su bisnieta y el que pronto nacería. Si había alguien más feliz que los futuros padres, esa era ella, un apoyo incondicional para su nieta.

Alexa y Estefanía, las cómplices inseparables, las mejores amigas de Valeria. Estaban pletóricas ante la llegada del nuevo bebé, las tías más felices del mundo. Ambas luchando por sus sueños, Ale como futura arquitecta y Teffie como futura abogada. Esta última, además, disfrutaba del amor, de una relación que surgió en donde menos lo esperaba, con la persona que menos imaginaba pero que le había regalado momentos especiales estos últimos meses, a pesar de la distancia.

Joshep y Kate, esos seres que fueron ángeles guardianes para la chica, que le regresaron las ganas de vivir. A pesar de extrañar a su hija adoptiva no podían más que estar felices por ella, por su bienestar. Sabían que su lugar era a lado de su familia, siempre tuvieron presente que solo la tenían a modo de préstamo, que la vida les dio la oportunidad de disfrutar de esa hija que habían perdido en el pasado, era un secreto que se guardaron para sí, pues ninguno de sus hijos sabía que en algún momento tuvieron una hermana que desgraciadamente falleció cuando aún era una niña. Así que para ellos, fue la oportunidad perfecta para dar todo ese amor que tenían escondido, que guardaban con recelo. Al final, no solo ganaron una hija, sino toda una familia, nietos... más de lo que alguna vez soñaron. La situación les ayudó a reconciliarse con su pasado. La pérdida de un hijo es un dolor que nunca se olvida, pero la vida siempre tiene preparadas más de una sorpresa para nosotros.

Iker, Bruno y Tadeo. Ni los kilómetros que los separaban de su hermana, hicieron que dejaran de estar presentes en su vida. Iban, venía, o ella los visitaba pero siempre buscaban la manera de verse lo más seguido posible. Esperaban con ansias el nacimiento de su nuevo sobrino y estaban listos para volar a México y estar presentes en ese gran acontecimiento. Uno de ellos en especial, pues no solo conocería al nuevo integrante de la recién ampliada familia, sino que vería a la chica que lo traía loco, que había roto sus esquemas y que aún sabiendo que no era del todo correcto, ansiaba por estrechar en sus brazos y besar esos labios que lo volvían loco.

Valeria y Damián. Ellos disfrutaban de la plenitud que ser padre nuevamente les otorgaba, de ver crecer y educar juntos a su hija, que cada día se convertía en un ser humano increíble. A pesar de lo que pensaron, tomó de maravilla la llegada de su hermanito, que después del quinto mes finalmente pudieron saber que era un niño grande y sano el que venía en camino. Su hogar estaba repleto de risas, algarabías, lágrimas de emoción y felicidad. Y si bien Valeria aún no recupera completamente todos esos recuerdos que le fueron arrebatados, su familia se había encargado de crear nuevos, de llenarla de cariño para que no extrañase el vacío que aún existía en ella. Damián, su esposo, el amor de su vida, era quien más se esmeraba y quien mejores resultados tenía al respecto, pues gracias a él, ella dejo de presionarse, de torturarse por algo que no podía controlar. Lo cierto es que, aunque en su mayoría la felicidad era lo que reinaba sus vidas, aquel trago amargo aún se ciñe sobre ellos, sobre todo en Valeria que se frustra al no recordar alguna situación... era parte de todo, solo el tiempo y el amor de los suyos curarían por completo esa herida.

Comenzando De Nuevo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora