Disclaimer: Saint Seiya y The Lost Canvas no me pertenecen, son propiedad de Kurumada-sensei, Shiori Teshirogi, yo solo me divierto con sus personajes y no lucro con esto. Este fic está basado en la película Mamma Mia!
Mamma Mia! es propiedad de Benny Andersson y Björn Ulvaeus junto a las canciones.
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Capítulo 2
Los posibles padres
Nueva York
Los sonidos de la ciudad y el olor a café recién hecho impregnaban el departamento de un hombre. Recién levantado lo primero que hizo fue darse un baño, era un día mas de trabajo en su empresa, para él no había nada nuevo ese día, solo lo normal, revisar proyectos, firmar documentos, ver maquetas de edificios y planear las reuniones de los clientes junto a su asistente. Sí, era un día como cualquier otro para Saga.
Al terminar su ducha matutina y de peinar su ahora corta cabellera, fue directamente al armario para escoger el traje que llevaría al trabajo. Sin mucho ánimo agarró un traje color azul oscuro, una camisa blanca abotonada solo hasta el penúltimo botón y zapatos negros. Fue hasta la cocina a servirse su café y no pasó por alto, era un poco difícil, el escándalo que aun tenía su vecino de arriba, habían días en que le daba por hacer fiestas espontaneas en su piso y Saga las debí soportar.
Salió de su departamento con su café en mano hasta su automóvil en el estacionamiento privado del edifico y se puso en marcha a su trabajo. Tenía muchas cosas en su cabeza, tantos trabajos y proyectos que la vida se le iba en solo revisar planos y firmar papeles importantes y que, por supuesto, mantenían su cuenta de banco llena.
Habían pasado no más de veinte minutos en una larga cola en uno de los cientos de semáforos de la ciudad, desventajas de vivir en Nueva York, agregando el hecho de que no había podido dormir bien esa noche por culpa del odioso vecino de arriba. Saga a veces pensaba que lo hacia para joderle la paciencia. Luego de cuarenta minutos, por fin, logró alcanzar su destino. Frente a él se alzaba un hermoso edificio de más de cuarenta pisos al muy estilo neoyorkino. Saga soltó un suspiro y se encaminó hacia las puertas de cristal que eran vigiladas por un señor de mediana edad y cara amable.
—Buenos días, señor Dalaras—dijo el guardia del edificio donde se encuentra la compañía de Saga. Un sujeto de unos 58 años, cabello rubio y rostro amigable. Saga lo conocía desde que decidió poner las oficinas de su empresa ahí y desde entonces jamas se le olvidaba dar un "buenos días" al amable hombre.
—Buenos días, Thomas, ¿Cómo están los nietos? ¿Disfrutaron las vacaciones?
—Están muy bien señor, gracias por preguntar. Son traviesos pero usted sabe, con solo niños. Que tenga un buen día, señor Dalaras.
—Igualmente Thomas, saludos a la familia.
Saga traspasó la puerta de cristal luego de saludar al simpático guardia y se encaminó al ascensor para ir a unos de los pisos mas altos que habían ahí. Ser el dueño de una de las empresas con los mejores arquitectos e ingenieros civiles no era fácil para él, sí daba bastante para vivir pero al mismo tiempo le dejaba un vacío en su interior, a pesar de tenerlo todo, algo faltaba en su vida.
Presionó el botón del ascensor para llamarlo, el cual de milagro, llegó rápido y sin personas adentro, puede que fuera la buena señal del día como suele decir su hermano gemelo, Kanon. Al llegar a las oficinas, cruzó los largos pasillos donde estaban las salas de junta y uno que otro salón de diseño exclusivo solo para los arquitectos. Todos los empleados lo recibieron con una sonrisa en el rostro, hasta ahora todo iba normal en su día.
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¿La boda del año?
Fanfic"Cuando terminé de leer lo que mi madre había escrito, no podía creer que me hubiera ocultado algo como esto todo este tiempo" Eleanor solo quería la boda perfecta, lo tenía todo: el novio, las damas de honor, sus amigos, sus tías y su madre, pero...