CAPITULO 9: RETORNO

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Leonardo caminaba junto a su madre, quien parecía muy fuerte aún, pero las cosas no iban a ser tan sencillas como todos pensaban, sin embargo en su familia demostrar debilidad no era opción.

-¿No es Cannelle?- dijo mirando a la joven dormida en el sillón de espera- Parece que no se ha marchado después de todo- dijo mirando su reloj- son las siete, vayan a casa.

-Voy a dejarla y regreso.- su madre sonrió.

-Necesito que pases por Marion, debo hablar con ella.

-Está bien- dijo caminando hasta Cannelle, lentamente se sentó y luego la movió ligeramente para que despertara- Cariño, es hora de irnos.

-¿eh?- dijo dándose cuenta de que se había quedado dormida por lo que se levantó de golpe y él junto con ella para sostenerla por si se caía.-Me quede dormida- dijo sonrojada.

-Vamos, te llevare- dijo caminando por delante.

A unos metros de llegar al departamento Leonardo se detuvo. Cannelle sospecho que algo no andaba bien, pero no quería preguntar y verse mal por no respetar su silencio. Como si él supiera aquello sonrió la observo unos segundos.

-Desde ahora tal vez sea extraño... Marion estará conmigo, te digo esto para que no comiences a pensar en cosas que no son. Estamos juntos- dijo tomándola de la mano- pero en este momento es preciso tener a una mujer que sabe demasiado, así que voy a estar constantemente con ella. Si te incomoda o molesta algo, solo házmelo saber ¿Quieres?

-Leo... quiero saber de tu pasado, necesito saber de ti.

-¿Puedes solo confiar en mí por ahora?

-Por ahora... podría sí, pero más adelante será inevitable.

Cannelle entro en el departamento con el animó por los suelos, simplemente no quería aceptar que su prometido sentía amor aun por Marion, pero esa mujer se lo haría notar a cada momento, en cada oportunidad y ella no tendría más remedio que continuar confiando solo en él.

Una llamada entro en su celular y tuvo que aceptarla al ver de quien se trataba.

-¿José?- dijo sorprendida

-Sí Mary, soy yo. Pienso que ustedes deben venir de inmediato a la hacienda.

-¿ha pasado algo?- dijo preocupada.

-La tumba de tu madre, está destrozada, la gente lanza cosas y habla demás, alguien debe apoyar a Quetzy.

-¿Ella aún está en la hacienda?- dijo intrigada por saber que a pesar de todo ella seguía con su padre. Debía tener poca moral para continuar.

-No exactamente, un primo mío le ha dado hospedaje por tu padre. Deben volver.

-Ok, ok... ¿Oscar y Casandra ya llegaron?

-Sí, hace una hora.

-Dile a Oscar que espere a que lleguen mis hermanos y no se separe de ellos. Tengo un mal presentimiento.

-¿Qué tan malo es?- dijo José preocupado.

-Suficiente como para no querer que estén solos.

-¿Y tú?

-Debo quedarme, aquí también tengo problemas, de cualquier forma seguiremos en contacto.

Anaél sonrió al verla frente a la puerta, acababa de terminar una llamada o eso suponía por el teléfono en su mano.

-¿Por qué no has entrado?- dijo divertida.

-Tenemos que hablar.

Leonardo miraba nuevamente a Marion, ella parecía estar sumergida en sus pensamientos, como si no pudiera responder nada más. Solo veía el monitor.

PROMETO AMARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora