Sr. Irwin [Daddy Kink]

Normas

POV. PAULA

-Sientate aquí.- Me ordena Ashton señalando una silla que está enfrente de su escritorio. Mi labio inferior tiembla. La mirada del profesor se clava en mí. ¿Por qué me siento tan nerviosa?- Bien, a partir de ahora todos los días vendrás aquí pero antes de que empecemos tengo que darte una serie de normas.

-De acuerdo.- No sé cómo, pero el estar a solas con él hace que mi pecho se oprime. El color de mis mejillas se torna de color rojo al acordarme del día en el que me masturbé pensando en él. Junto mis piernas y me muerdo el labio hasta el punto en el que se vuelven más rojos e hinchados de lo normal.

-Primera norma: estarás siempre en la puerta esperando a las 14:30, ni un minuto más, ni un minuto menos.

Segunda norma: no contra digas ninguna de mis decisiones ¿vale?

Tercera norma: no faltes nunca a las clases. Si faltas deberás traerme un justificante.

Cuarta norma: las clases duraran dos horas, si no tenemos bastante con ese tiempo seguiremos hasta que sea suficiente.

Quinta norma: no te distraigas con tonterías, el examen al que te enfrentarás es muy difícil. Lo importante es estudiar.

Sexta norma: siempre que estemos a solas me llamarás señor Irwin. ¿Entendido?

-Sí, señor Irwin.- Todas estas normas eran del mismísimo Christian Grey. Me pone, aunque sigo nerviosa.

POV. ASHTON

Un silencio un tanto incómodo inunda la clase. Me quedo mirando esos labios un tanto hinchados por la infinidad de veces que se los ha mordido. Coloca su pelo a un lado dejandome ver su blanco cuello. Cómo me gustaría lamerlo y besarlo hasta más no poder. Tenso mi mandíbula cuando veo como se coloca bien su sujetador. Quiero follarmela aquí mismo.

-¿Hablará con mi padre sobre esto?- Pregunta tímida mientras cruza sus piernas.

-Por supuesto, en cuanto lo vea se lo comentaré. Ah, otra cosa. Si no te molesta puedo llevarte todos los días a casa, a si llegarás temprano.

-Oh sí, no hay problema.

-Hoy te daré una serie de ejercicios para empezar, es sobre la clase del otro día. Como hiciste la tarea supongo que acordarás.- Le entrego un par de hojas con los ejercicios.- Hazlos. Si tienes alguna duda me lo dices.

-Vale Señor Irwin.- La forma en la que salían las palabras de su boca era casi como la música. Empieza a sacar sus clases y se pone con los deberes. Me levanto de mi mesa y doy un paseo por la clase, necesito tranquilizarme. La clase esta en silencio, solo se escuchan mis pasos y el bolígrafo de Paula. Estoy impresionado por la gran fuerza de voluntad que estoy teniendo. Esto es un desafío. No hay nadie en la escuela, podría tomarla en cualquier momento. Pero, ¿y si es virgen? ¿estará enamorada de alguien? ¿tendrá algo con ese chico? Esto no está bien.

-Señor.- La voz de Paula me saca de mis pensamientos y voy hacia ella.

-¿Qué pasa?- Mi tono de voz serio me ayuda a aguantar.

-No sé si esto está bien.- Me señala un ejercicio.

-Dejame ver.- Me acerco un momento hasta el punto en el que estamos muy cerca puedo olerla y su aroma es simplemente genial. Paula se da la vuelta y nuestros ojos conectan. Nuestras caras se separan por centímetros. De repente veo como mira mis labios y en cuestión de segundos me besa. Si, ella. Sus labios son carnosos y se mueven muy poco y con miedo. Se separa y me mira asustada y con la cara roja.