Capitulo 4

39 2 0
                                    

Narra Emma

Oscuridad... nada más... Yo... flotando en ese vacío oscuro con los ojos cerrados pero, aun así podía ver... verme a mí flotar en la nada. Hasta que una chispa pequeña, la única luz que se acercaba a mi frente terminó introduciéndose en mi mente y prendiendo todo.

Una luz tenue se reflejaba en mis parpados, podía verla sin necesidad de abrir los ojos, poco a poco se intensifico hasta ya no poder aguantarlo más, abrí los ojos de a por pocos para no quedar cegada por la fuerte luz, parpadee lentamente. No vi nada más que esa intensa luz hasta que mis ojos se enfocaron y pude ver con claridad.

-¿Dónde estoy? ¿Qué lugar es este? -me pregunte a mí misma, mientras trataba de levantarme, trate de hacerlo a la primera pero caí de inmediato al suelo. -Bien, con cuidado. -hice un segundo intento pero esta vez más lento. Lo logre, me quede inmóvil para mantener el equilibrio, vi a mi alrededor. El césped era más verde, el cielo más claro, sentía que había vuelto al pasado, en los días en los cuales mi madre sonreía eran iguales a estos.

-Que tranquilidad hay aquí. -me tomo un momento para incorporarme al ambiente. Sentir el aire y apreciar cada uno de sus aromas; el pasto, la tierra húmeda, el aire fresco y la leve brisa que podía sentir sobre mi rostro. Deambule por un rato para investigar la zona en donde me encontraba. Creo que camine en círculos varias veces porque no encontraba la salida. Hasta que por fin, escuche unas risas, fui lentamente siguiendo el sonido, teniendo mucha cautela por si se trataba de algo peligroso. Empecé a percatarme que salia del corazón del bosque. Mi estomago rugía por un bocado de comida, así que entre mi mochila rebusque una botana para aliviar el terrible malestar de mi estomago.

Encontré lo que quería, una barrita de fresa casera, rápidamente le quite el envoltorio y le pegue un mordisco. Estaba deliciosa, o eso es lo que podía sentir gracias al hambre que tenia, mientras me terminaba mi barrita camine hacia el sonido de las risas. Quizá camine unos metros de donde estaba hasta ver el lugar de donde provenían las risas, realmente no estaba tan adentrada en el bosque como yo pensaba. Las risas provenían de niños pequeños entre cinco y nueve años, de adultos y de adolescentes. Podía observar con claridad que me encontraba en un parque, un lugar muy bonito. Camine por el camino de piedras que recorría todo el parque, se podía contemplar que era un lugar bastante grande.

Camine mucho tiempo, mis pies me dolían, busque un lugar donde sentarme a descansar mis pies. Observé el paisaje nuevamente, la temperatura disminuía y el cielo se oscurecía cada vez más, hasta ese momento me percaté que había pasado una noche durmiendo en el bosque antes de despertar en este extraño lugar. La idea me aterro al principio ¿si me hubiese pasado algo? ¿Me abrían robado mis cosas? Rápidamente registre mi mochila para saber que todo estaba en orden y verificar que lo tuviera todo. Después de hacer un desorden dentro de mi pequeña mochila me tranquilice ante la idea de que todas mis pertenencias aun se encontraban conmigo.

Pero el temor regreso a mi gracias a que las personas que se encontraban en ese lugar se estaban marchando. Creo que habrá sido por la hora, todo se oscurecía y he de imaginar que iban camino a sus casas, las pocas personas que se quedaron en el lugar fueron adolescentes y unos pocos adultos, me empecé a preguntar que seria de mi. No tengo ningún lugar a donde ir, el miedo y la sensación de soledad empezaron a invadirme. Era totalmente inevitable, estándo sola en un lugar que desconozco por completo. Al cabo de unas dos horas quizá, me había quedado completamente sola, o eso es lo que podía sentir. Decidí salir de aquel lugar y buscar refugio por donde pasar la noche. Realmente no se en donde me encontraba. Al salir veía que todo es muy distinto a Krepta y eso me asusto, aquel mundo semi medieval había desaparecido y a cambio tenia frente a mi un mundo completamentene nuevo, realmente algo muy avanzado. No se si sera la ciencia, la magia o la tecnología, la que a avanzando tanto. Entendí que estaba en un mundo diferente. Recordé lo que vi en la simulación de el día de la tragedia. Umbra tenia razón, si existen otros mundo, ¿me pregunto en cual me encuentro?

Deambule por las calles de aquel lugar, todo estaba completamente desierto y no sabia a donde ir, los callejones y escondrijos me parecían bastante peligrosos. De igual manera no tenia dinero para poder quedarme en alguna posada o algo así. Creo que empiezo a arrepentirme de mi decisión. Seguí caminando unos cuantos metros hasta que encontré un pequeño callejón y decidí entrar con la esperanza de que hubiese algún lugar abandonado donde quedarme. Mientras avanzaba, cada vez más lento para poder observar las casas de este nuevo mundo me percaté que eran muy diferentes a las de Krepta. Tenían un aspecto muy extraño, eran rectangulares, con una escalera en la entrada y varias ventanas, cada una media unos diez pasos de longitud. La temperatura disminuyó más y yo ya podía ver mi aliento. Pare un momento y rebusque entre mis cosas por un suéter, mientras lo sacaba de mi mochila, vi que mis runas tomaban un color distinto al resplandor blanco, este resplandor era amarillento. No entendía el porque hasta que me di la vuelta.

Vi una sombra, resultado de alguien que se escondía detrás de uno de las callejones, alguien me estaba persiguiendo, el pánico me invadió así que guarde mis cosas y acelere el paso de una forma discreta. Agudicé el oído para escuchar los pasos del perseguidor podía notar que este también aceleraba el paso al mismo ritmo que yo. No tuve de otra y me decidí a correr.

-¡Eh! ¡Atrapen la! -escuche que grito el hombre que me estaba persiguiendo. Al parecer habían más personas involucradas en perseguirme. Corrí lo más que pude, pero por desgracia me acorralaron al final de la calle. No había salida alguna.

-¡No por favor! -grite, me habían tirado al suelo y empezaron a revisar mi mochila. Dos hombres me tenían agarrada. -¡Por favor déjenme en paz! ¡No me lastimen!

-¡Cállate niña estúpida! Sigue buscando Normal, debe de tener dinero.

-¡De verdad no tengo nada! ¡Por favor déjenme ir! -grite sollozando, los hombres que me tenían presa me estaban empezando a lastimar los brazos.

-¡Mierda! No tiene nada. Bien niñita si no tienes dinero aprovecharemos la situación. No desperdiciamos nuestro tiempo en vano.

No sabia que estaba pasando, ni que es lo que me harían. Hasta que uno de los hombres empezó a desabrocharme el pantalón. Me percaté y empecé a gritar todas mis fuerzas. No iba a dejar que abusaran de mi.

-¡Ayúdenme por favor! ¡Ayuda! ¡Por favor necesito ayuda! ¡Auxilio!-grite y grite. No podía rendirme, empecé a dar patadas y forcejear para liberarme de mis agresores.

-Cállate estúpida. Ahora veras. -el hombre que se encontraba sosteniendo mis brazos me dio una cachetada y tapo mi boca -¡Aaaayyyy!- pude morderle la mano para liberar mi boca, pero eso solo empeoro las cosas.

-¡Por aquí, policía! -un aire de esperanza. Alguien había escuchado mis gritos y habían venido a socorrerme.

Las cosas pasaron tan rápido, los maleantes se fueron, empezaron a correr, pero la policía los agarro antes de que pudieran escapar. Un chico se me acercó.

-¿Estás bien? -esa voz. El fue quien había avisado a la policía que me estaban robando. -Ven, te llevare a un lugar seguro.- tomo mis cosas y se hecho la mochila al hombro y se acercó lentamente a mi, me cargo, me sostuvo por la espalda y tomo mis piernas, yo para no caerme aferre mis brazos a su cuello. Fue a hablar con la policía y les dijo que se encargaría de mi, luego me llevaría a la comisaría. Camino pocos metros y me llevo a una casa que tenia la puerta abierta y a otro chico parado junto a ella.

Viaje entre mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora