Can't Pretend

Capítulo 4

Eran alrededor de la una de la madrugada, Alice dormía en la recámara, Stiles seguía intentando terminar su cena, llevaba más de cuarenta y cinco minutos comiendo ese cereal, su novio no había llegado. Pasaron más de treinta minutos antes de que Stiles escuchará la puerta cerrarse.

-¿Por qué sigues despierto?-preguntó su novio al entrar en la cocina.

-Ceno-se limitó a responder.

-¿Cuánto llevas con ese cereal?-se acercó a observarlo-. Parece una masa, ¿Está todo bien?

-Si-suspiró-. Es solo que Scott me llamó durante el trabajo-Stiles escuchó el gruñido de su novio y se apuró en hablar-. ¡No, no fue sobre nosotros! Es por el aniversario de Allison, quieren que vayamos.

Su novio no respondió solo caminaba en círculos, con sus manos en su cuello, se sentó junto a Stiles, pasó una de sus manos por sus cabellos antes de soltar un gran suspiro.

-¿Cuándo es?-lo miró fijamente-. ¿Estás seguro de querer ir?

-Su aniversario es el martes, no puedo creer que no lo recuerdes y en verdad quiero ir, pero no sé si será lo mejor.

-Será molesto, eso es seguro, pero sería bueno volver, desde que llegamos aquí nunca volvimos, en la mañana pediré permiso en el trabajo y después sacaremos un  justificante en la universidad, has lo mismo, ¿De acuerdo?-sonrió-. Tira eso y vámonos a dormir.

-Si, seguro, por cierto se quedó Alice a dormir-su novio ni si quiera se molestó en contestar, Alice se quedaba tantas veces que ya era muy común, agradecía tener una cama lo suficientemente amplia.

Eran las ocho de la mañana cuando Stiles llamó a su jefe, le contó sobre el aniversario y lo importante que era para él ir, incluso le dijo que no había problema con que le descontará el día, su jefe lo dejo ir con la condición de ir entre semana para reponer el día y las molestias de avisarle tan tarde, pues él tendría que estar solo en el día que habían más clientes, Stiles aceptó sin dudarlo y junto a Alice empacaron todo lo necesario para su pequeño viaje.

Salieron a las Díez del departamento, Stiles le pidió a Alice que en estos días se diera una vuelta por el departamento para asegurarse de que no les fuera a suceder algún robo. Su novio esperaba en la esquina dentro de su camioneta.

-¿Estás listo?-le preguntó a Stiles cuando se subió.

-Vámonos, este maldito viaje dura más de un día.

Por suerte el tráfico no era tan malo, no tardaron tanto como esperaban para llegar a carretera. Habían olvidado la emoción de ir en carretera, el escuchar música a todo volumen y cantar sin preocuparte, traían los vidrios completamente bajos así que el viento entraba con mucha fuerza, lo mejor, es que antes de salir Stiles había comprado las suficientes frituras, agua y refrescos, incluso traía una pequeña hielera.

El sol ya se había ocultado desde hace horas y aún ni iban ni a la mitad del camino, la noche se había vuelto particularmente fría, los vidrios estaban hasta arriba y Stiles usaba un suéter.

-¿Seguro que estás bien?, ¿Puedo conducir si quieres?

-Descuida, puedo manejarlo-sonrió-. Por cierto has estado muy callado desde hace tiempo, ¿En qué piensas?

Stiles no pudo evitar soltar una pequeña risa antes de hablar.

-En ti, en cómo fue que llegamos a Chicago.