°Capítulo 01: "La casa".

610 53 10
                                    


12 de abril de 2003



Sábado por la noche. Como siempre nos encontrábamos todos reunidos en el departamento de James, mi novio, tomando unas cervezas mientras hablábamos de diferentes temas para pasar el rato, cuando de repente aparece por la puerta principal nuestro amigo Jack.

—Hola chicos —saluda de forma desanimada adentrándose en la sala, para después tirarse en el sofá.

— ¿Y esa cara a qué se debe? —pregunta Stella entregándole una lata de cerveza.

—Estoy que muero —confiesa—. Estuve más de cinco horas en una ridícula plática familiar —comenta dándole un trago a su cerveza.

— ¿Por qué? ¿Sobre qué? —curiosea Stella.

—Sobre nada interesante, solo que ahora mi abuela creo que se ha vuelto aún más loca. Se ha marchado de la casa porque según ella la residencia de al lado está embrujada y que si seguimos viendo ahí pronto todos moriremos; que el mundo acabará, no sé algo así. El fin es que ahora mis padres están muy preocupados, y ya se imaginaran como están las cosas, sin embargo, yo sigo pensando y diciendo que son cosas de la vejez —establece encogiéndose de hombros.

— ¿Y a dónde se ha ido? —interrogo.

—A la casa de una tía pero mis padres no quieren que dure mucho ahí, ya que, está donde la tía Julia la cual es un poco antipática además ya saben lo que dicen; el arrimado a los tres días hiede —comenta y asiento ya que es verdad.

—Pero, ¿por qué tu abuela piensa qué esa casa está embrujada? —curioseo.

—Oh vamos Ximena, no me vendrás con que te interesan esas cosas —dice mi hermano Xavier sentándose a mi lado.

—No me interesa solo preguntaba —me defiendo— pero Jack continúa no le hagas caso, cuéntanos —lo ánimo a seguir.

Jack estaba a punto de hablar cuando la puerta vuelve a abrirse llamando nuestra atención. Entonces vemos a Sarah aparecer en la sala y como siempre sin ni siquiera saludar corre hasta mi hermano Xavier y le deposita un beso en sus labios, era tan empalagosa. Permanecimos mirándola por unos minutos en silencio cuando se percata de ello nos mira y sonríe.

—Hola chicos ¿De qué hablan? —pregunta con normalidad a lo que todos rodamos los ojos.

—De que la abuela de Jack se ha vuelto loca y la casa de al lado según dicen esta embrujada —responde Xavier una vez ve que no planeábamos contestarle.

—Bueno ya que estamos todos reunidos y no hay beso para mí les contaré que es lo que pasa con esa vivienda —dice por lo que todos fijamos nuestra mirada en él—. Ustedes saben que desde hace un tiempo ha habido muchos rumores sobre esa casa, porque las personas que la alquilan o compran no duran ni tres meses, ya que siempre salen literalmente corriendo —menciona y todos asentimos—. Bueno la familia López la cuál fue la última que se mudó de la casa salieron corriendo de ésta, según escuche decir de sus amigos ellos tuvieron algunos problemas, sin embargo, todos murmuran que les salió un espíritu o algo así —revela para luego hacer una pequeña pausa—. El día que ellos se fueron yo casualmente regresaba de ir a comprar unas cuantas cosas al súper, cuando los vi salir de la casa con unas caras como si hubieran visto el mismo diablo por lo que me les acerque a preguntarles si se encontraban bien, no obstante, ellos solo negaron y me arrojaron las llaves de su casa les pregunté porqué me las daban, pero solo me dijeron que hiciera lo que quisiera con esa cada del demonio —murmura. Todos permanecimos en silencio para que continúe—. Desde ese día no los he vuelto a ver a pesar de que los he buscado, y por otro lado a mi abuela se le ha metido en la cabeza que esa casa esta embrujada y que todos moriremos, según ella hasta que no la quemen o nos mudemos de ahí no vuelve a quedarse con nosotros, hoy se ha ido porque ella no quiere que le salga un fantasma —finaliza Jack.

— ¿Y hace cuánto pasó eso? —pregunta Sarah.

—Ya tengo una semana tratando de localizarlos y no he tenido ni señales de esas personas —responde—. Al parecer me han regalado su casa, pero se les olvidó los papeles —menciona riendo levemente.

Todos nos quedamos en silencio durante unos minutos analizando la situación, pensando que en realidad era un problema lo que tenía Jack y sus padres.

Luego de unos segundos James por fin decidió hablar el cual había permanecido en silencio en un rincón.

—Y porque no vamos a esa casa y vemos si es cierto, porque la verdad yo no lo creó en esas estupideces —propone y todos lo miramos atentos—. Un día entré a ayudar a una inquilina con un problema que tenía hace aproximadamente un año y cuando entré a la casa no me pareció a ver nada raro yo hasta me animaría a decir que es muy cálida —manifiesta sentándose a mi lado para luego depositar un beso en mis labios y rodear mis hombros con su brazo derecho.

—No lo sé, si entramos sin permiso ¿No sería hurtar? ¿O violación de... —comienza a articular Jack pero lo interrumpí.

—No es hurtar porque no vamos a robar solo iremos a ver si hay algo extraño en la casa no duraremos ni dos horas es un "entra ves y sales" —afirmo —. Además ellos te dieron las llaves —digo encogiéndome de hombros con normalidad—. ¿Traes las llaves contigo? —pregunto y él asiente.

—Ximena tiene razón, además es por una buena causa es para ayudar a tus padres, a tus vecinos y tu abuelita Cecilia que es todo un amor. A menos que no quieras que vuelva —menciona y acusa Sarah mirándolo con su ceja izquierda arqueada.

—Claro que quiero que vuelva solo...

—Vamos Jack. Lo que sea que haya en esa casa debe ser mucho más interesante que lo que estamos haciendo aquí —argumenta y anima Stella.

Jack guarda silencio unos minutos mientras nos observa. Todos les exigíamos con la mirada que aceptará hasta que lo hizo.

—Está bien, iremos a buscar algún número telefónico con el que yo me pueda contactar con la familia y de paso averigüemos que es lo que está sucediendo en ese lugar —dice poniéndose de pie decidido a ir.

Todos nos levantamos de nuestro asiento, copiando la acción de Jack a excepción de mi hermano Xavier.

—Pero chicos, ¿creen que es prudente ir a esta hora? son las 9:45 p.m. —nos pregunta dudoso mirándonos.

— ¿Qué pasa tienes miedo? —indago con una sonrisa burlona sus ojos rápidamente se posan en mí.

—No claro que no yo solo decía, pero vamos —responde poniéndose de pie.

Dicho esto todos salimos del departamento. El camino no fue tan largo por lo que no duramos mucho para llegar, al estacionar frente a la casa me sorprendí de que la verdad de noche era más no sé cómo decirlo..., misteriosa.

Nos bajamos del coche. James, Stella y yo estábamos en el auto de James y Jack, Sarah y mi hermano estaban en el de Jack.

Al momento de estar todos de pie frente a la casa nadie se animaba a dar el primer paso para abrir la puerta hasta que James decidió hacerlo.

—Vamos, chicos no quiero perder toda la noche aquí —murmura extendiéndole la mano a Jack para que le entregara las llaves.

Jack sin pensarlo se las entrego y James las agitó con una gran sonrisa para después depositar está en la cerradura y girarla abriendo la puerta un poco, sin embargo, ésta nos dio un gran susto al abrirse de repente causando un gran estruendo.

Y entonces ahora la puerta se encontraba abierta de par en par dejando a la vista su interior y nuestros pelos de punta.

24 horas en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora