°Capítulo 04: "Escapar".

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Durante unos minutos nos preparamos mentalmente para continuar con el juego si es que aún lo podemos llamar así. Una vez nos sentimos capaces de poder continuar observamos a James de forma que le damos nuestra aprobación para que tire los dados, y él sin pensarlo los lanzó, éstos se detienen en seis entonces su pieza avanza, y toma una carta.

—Ayúdalos a descansar o sino estas personas no te dejarán en paz —lee claro y preciso en voz alta.

— ¿A quién tienes que ayudar? —pregunta Jack.

—Quizás es a Sarah —dice Xavier poniéndose de pie.

—Yo no lo creo así hermano —digo con tristeza, al mismo tiempo que todas las luces de la sala se apagaron y las de la cocina empezaron a pestañear, sin siquiera dudarlo nos pusimos de pie y fuimos a la cocina.

En cuanto entramos las luces dejaron de pestañear y la puerta que da al sótano se abrió dejando ver la enorme oscuridad que había ahí adentro y las escaleras para bajar.

—Bueno amigo ve —anima Jack de una manera poco sutil mientras le da unas leves palmadas en la espalda a James.

James expulsa un largo suspiro para luego empezar a avanzar a la puerta, cuando estaba por llegar lo detengo.

— ¿A dónde crees que vas? —pregunto molesta, James mira hacia el sótano y luego a mí con mirada de; "no es obvio"—. No puedes entrar ahí tú solo James —le reclamo.

—Cariño solo voy a ver si hay algo y vuelvo —afirma con seguridad.

—Entonces voy contigo —digo tratando de avanzar pero Xavier no me lo permitió.

—Eso sí que no —niega Xavier con la cabeza repetidamente sin soltarme.

— ¿Y por qué no?

—Porque no Ximena y no insistas.

—Pues que te acompañe Jack —insisto, no quería que bajara solo.

— ¡¿Qué?! ¡¿Quién?! ¡¡¿YO?!! ¡¿Tú estás loca Ximena? Yo ni muerto entro ahí! —gritó sobresaltado.

—James, Ximena tiene razón no puedes bajar solo yo iré contigo —establece Xavier, James duda un poco pero luego asiente.

James se acerca a mí, y toma mi rostro entre sus manos y sin dejar de mirarme dice—: Estaremos bien cariño tranquila —para luego besar cortamente mis labios.

Luego sin esperar más los dos bajaron al sótano.

—Vaya que machito eres Jack —comenta Stella con sarcasmo.

— ¿Machito? ¿Tú no ves lo que está pasando por culpa de ese juego? Yo quiero salir vivo de aquí Stella —se queja por lo que Stella y yo solo rodamos los ojos.




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Los minutos pasaban y los chicos aun no aparecían ya me estaba preocupando y por las expresiones de Jack y Stella puedo decir que ellos también. Nos encontrábamos inquietos Jack jugaba sin cesar con un lapicero, mientras Stella tiraba una y otra vez los dados del juego sobre la mesa de la cocina, ni siquiera me di cuenta cuando los tomó. Yo por otro lado caminaba de un lado al otro sin parar.

24 horas en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora