3.

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Bianca.

Papá y mamá habían vuelto hace algunos minutos antes y ya era hora de dormir, así que apagué la luz y me acosté claramente ocultando mi rostro debajo de las sábanas, escuché la puerta abrirse así que me mordí el labio inferior sintiéndo como alguien se acostaba a mi lado y rodeaba mi cintura, Gonzalo.

— 1- Si dormirás aquí no me toques. 2- Si dormirás conmigo no me abraces. —Aleje su brazo de mi cintura pero el lo volvío a poner, hice lo mismo y el insistia.

Así que me di por vencida y deje que se adueñara de mi cintura desnuda por la mitad, sabía que si no lo dejaba lo más probable era que le dijera a mamá y a papá y como el es el consentido le daría la razón.

(...)

En cuanto me desperté Gonzalo aún estaba dormido así que aproveche para irme a duchar cosa que también me vesti en el baño. Al salir lo desperte para que el también se vistiera ya que hoy sería nuestro primer día de escuela y lo típico es que Gonzalo siempre me lleva, ordenes de papá y mamá.

En cuanto ambos estabamos vestidos bajamos a desayunar y al terminar fuimos directo al instituto, hoy sería nuestro primer día de clases y no sabía si reír o simplemente llorar, por un lado tenía que verle la cara a Micaela, la capitana de las animadoras una de las más conocidas en la escuela y como era típico yo pertenecía a su grupo a excepción de que yo vendría siendo la invisible ya que ni siquiera se dan cuenta cuando estoy con ellas.

Llegamos al instituto así que ambos nos separamos y claro, Gonzalo no olvido decirme lo que todo hermano dice "Cuando salgamos te quiero ver en el auto, no quiero que lleves a ningún chico a casa."

Al entrar acomodé mi mochila en mis hombros y vi como Paio que en la escuela era conocido como Pablo hablaba con uno de sus tantos amigos Bruno al igual que Micaela el era otro de los conocidos, el típico chico popular que no ha dejado a una chica sin probar de sus besos o de otras cosas.

  — Tienes que cambiar tu estilo, cariño porque si sigues así creeme que lo único que conseguirás es que el perro de tu vecina te ladre. —Escuché decir a Micaela a una de las chicas con las que siempre se juntaba.

Me acerqué a ellas y a cada una las salude, ella siempre le daba consejos de moda a las chicas "nerds" aunque de nerds no tenían absolutamente nada.

— ¿Ven a ese chico? está que se parte el sólo y como siempre será para mí así que no quiero que siquiera lo miren. —Señaló al chico que estaba con Pablo, suerte que no dijo que quería a Paio aunque ya lo tuvo.

— ¿Es nuevo verdad? —Dije mientras las dos caminabamos al salón de clases, ahora teníamos Matemáticas, amaba mucho las matemáticas.

Pablo estaba en esa clase con nosotras y como ella quería ir directo al chico con el que se junta Paio me dejo sentada con él, mordí mi labio inferior al sentir su mirada y me dedique a sacar mis libros y cuadernos.

— Tú amiga es muy.. ¿Entregada? —Dijo él rompiendo el hielo.

— No es eso es solamente que no puede estar sola por mucho tiempo. —Me encogí de hombros empezando a escribir cualquier cosa al azar, no quería hablarle porque me sentía súper incómoda.

— Entiendo que no quieras hablarme. ¿Recuerdas que ayer te lleve a tu casa cierto? — 

— Claro que lo recuerdo, PABLO. —Remarqué su nombre soltando un pequeño suspiro.

Ayer casi me doblaba el pie y ahora me hablaba de lo más normal, este chico era súper raro pero eso por un lado me gustaba.

— Sabes algo, hoy  Bruno hará una fiesta y puedo invitar a quien quiera así que tú has sido la elegida. —

  — ¿Me dejarás sola? —

— Sí. — 

— Entonces iré. —No pude evitar sonreír y hacer que mis hoyuelos se marcaran, sabía que sería difícil que me dejarán ir porque por un lado estaban mis papas y por el otro Gonzalo así que los tendría a los tres en contra de mi pero no importa, lo lograría pero tenía que ir a esa fiesta si o si ya que tal vez sería la fiesta que me haría más reconocida.  



Blank Space || biancaio | TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora