Tus Ojos Dicen Más Que El Miedo Que Encontré Atado Al Corazón

234 19 1
                                    

Pensé que esa tortura nunca acabaría, no recordaba cómo se sentían ni el alcohol ni la povidona en la piel herida. Pero por alguna razón sus risitas y sonrisas me decían que estuviese tranquilo. Una vez desinfectado me puso una... ¿Cómo se llama? Ah, cierto; una gaza, "Para evitar que se infecte y para que no se vea tan feo"

-¿Mejor? - Preguntó ella, me piqué la gaza - Mani - Retiró mi mano - Mientras menos te molestes esa herida más pronto sanará - Dijo besando mi nariz - ¿Gustas un café?
-Si quieres lo hago yo - Propuse - Ya te he hecho trabajar bastante
-¿Trabajar? No es trabajar si hago lo que me gusta, tonto - Dijo abrazándome - Venga, entonces preparemos los dos la once
-¿Once? - Pregunté confundido
-Sí, la once; van a ser ya las siete y media de la tarde

Woah, no me había dado cuenta de que la hora se había ido volando. Decidí quedarme esa noche junto a ella en su hogar. La veía dormir, lucía tan serena y tranquila. Una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro. Besé su frente y ella inconscientemente cubrió su vientre, que no tardaría en crecer los meses siguientes, me provocó una ternura que jamás olvidaría

Las semanas siguientes fueron de lo peor...

-Es simple Manigoldo; o te quedas o te vas - Me dijo Sage cabreado. Casi ni llegaba a casa
-Pero... - Me Interrumpió
-No me importa - Gruñó
-Estás celoso de ella - Traté de defenderme - Eso es lo que ocurre; te molesta que me quede a dormir allá - Le dije molesto - ¿No era eso lo que deseabas? ¿No que querías que me fuese de aquí?
-Ahora es distinto
-Prácticamente me estás echando de la casa
-No lo entiendes Manigoldo
-Y no lo entenderé nunca - Respondí - Bien, si ser feliz significa abandonar ésta mierda de vida contigo entonces me voy - Me soltó un bofetón enfurecido - Así todo lo resuelves Sage

(...)

Aquella noche recuerdo llovía a cántaros, volvía del trabajo muerta de frío y abrigándome con una chaqueta que me había prestado uno de mis colegas. Me sentía muy cansada y mareada tras el viaje en el metro a casa. Me sentía pésimo. Subía el ascensor hasta llegar a mi piso, al salir de allí no sabía cómo reaccionar; Manigoldo estaba sentado delante de mi puerta con moretones, heridas y sangrando entre una tos que sonaba como una crisis asmática. Lancé mi mochila al suelo y me agaché frente a él tomando su rostro entre mis manos casi llorando

-Mani - Buscaba su mirada - Dime qué te ocurrió, Mani - Guardó silencio, podía oír un silbido proveniente de sus pulmones al respirar
-Peleé con Sage - Dijo a media voz mientras se limpiaba la sangre que no dejaba de salir de sus labios - Me echó de la... - Tosió haciendo una mueca de dolor - Casa - Lo abracé fuertemente
-Entremos a casa - Le dije tratando de levantarlo
-No te esfuerces, creo... Que puedo ponerme de pie solo - Dijo apoyándose en la manilla de la puerta mientras trataba de ponerse de pie
-¿Te llevo a la clínica? - Propuse preocupada
-No... Yo estoy bien Tn___ - Renegó - Entremos

(...)

Sin duda esa pelea con Sage me había hecho pésimo. Me había dado fiebre y un resfriado me agarré tras la lluvia. Ella me miraba y abrazaba fuertemente

-Tranquila - Le dije acariciando su rostro - Tranquila Tn___...

Aquella noche llovió a chuzo, sentados frente a la estufa nos tomamos un café. No quería preocuparla, pero tan difícil se me hacía (...) Aquella noche dormimos por primera vez juntos y sobrios. Ella me abrazaba y yo la abrazaba a ella... Se sentía bien el dormir con alguien en la misma cama...

-No me dejes sola nunca Manigoldo...

(...)

Al despertar aquel Sábado me dolía todo el cuerpo, la tenue luz del sol se colaba por las cortinas. Tn___ dormía a mi lado abrazada, verla dormida me provocaba una paz indescriptible, más aún cuando la veía con la mano en su pequeño vientre (...) Oh dioses, me sentía tan enamorado y seguro con ella. Sin duda conocerla fue un golpe de suerte. Antes de conocerla parecía todo ser tan gris y hostil, tenía miedo, miedo a la soledad... Miedo... A quedarme solo (...) No dormía, casi ni comía (...) No podía dejar escapar a ese ángel que se había entrometido en medio de mi camino... Tn___...

Trátame SuavementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora