El que dijo al mal tiempo buena cara tenía escondido en sus manos un paraguas

103 6 0
                                    

Justo este viejo loco me había mandado a comprar rollos de canela y sabía de antemano que si no eran los de la panadería me los iba a tirar por arriba de la cabeza.

—Manigoldo, tanto tiempo; que bueno verte — Me dijo Tenma sonriendo.
—¿Cómo estás mocoso? — Le pregunté revolviendo sus cabellos.
—Oye no me digas así.
—Es que me encanta decirte así, mocoso — Reí — Oye, ¿De casualidad no tendrán rollos de canela? El viejo anda con sus antojos.
—No, no hemos hecho aún — Respondió — Pero puedo hablar con Dohko para que haga unos.
—Sería genial — Sonreí mirando el escaparate — ¿Oye esa tartaleta de arándanos y chocolate es de hoy? — Pregunté, sabía que Tn___ perdía la cabeza por los arándanos.
—Sí, ¿Por? — Preguntó desde el pasillo.
—Llevaré unos trozos, un kilo de pan, otro de pan dulce y los rollos de canela.
—¡De acuerdo! — Gritó desde la cocina.

(...)

—Uff, pensé que nunca llegaría — Dije entrando al living mientras me comía un pan dulce — Tn___, te tengo una sorpresa — Saqué la caja de la bolsa y la abrí frente a sus ojos; eran los trozos de la dichosa tartaleta — Mira lo que te traje.
—Manigoldo, no debiste — Dijo con lágrimas en sus ojos mientras me abrazaba.
—¿Qué pasó? — Pregunté preocupado, ambos tenían los ojos llorosos. Dejé la tartaleta en la mesa de centro detrás de ella.
—Lo sé todo Mani — Sollozó mirándome a los ojos — Y lo siento, lo siento mucho, de verdad no sabía — Miré a Sage.
—Como padre debía contárselo a la mujer con la que vives.
—Pero.. Viejo loco ¿Cómo se te ocurre?
—No es su culpa — Dijo Tn___ acariciando mi rostro — Fui yo quién preguntó.
—Tonta — La abracé — ¿Cómo se te ocurre? ¿No ves que la pondrás triste también? — Se limpió con la manga las lágrimas.
—Lo siento pero necesitaba saber; saber de tí, el porqué de como eres y tratar de entenderlo.
—Tonta, tonta, tonta — Repetía apretándola y restregando mi frente en su cabeza.
—Debía hacerme una idea del padre que serás.
—No digas eso — Dije rozando su nariz con la mía — Seré el mejor padre para esa niña y seré el mejor cont... — Mi estómago arruinó el momento — Una vez que comamos — Bromeé — ¿Quieren pan dulce?

Horas más tarde nos despedíamos de Sage en el umbral de la puerta, Manigoldo cargaba en un bolso deportivo algunas prendas y en el otro hombro una funda con su guitarra dentro.

—Deja que te ayude con eso.
—¡Ni hablar! — Dijo apartando mis manos — En tu estado ni deberías cargar nada de esto — Me crucé de brazos.
—El hecho de que esté embarazada no quiere decir que esté inválida o enferma — Protesté.
—Pero yo quiero cuidarte y no quiero que te molestes — Dijo rozando mi nariz, se volteó a ver a Sage — Fue una buena tarde — Le sonrió con un dejo de melancolía, él asintió.
—¿Para cuándo tienen fecha? — Preguntó señalándome.
—Ya casi para dos meses más — Respondí contando con los dedos.
—Cuando nazca te llamaré — Dijo Manigoldo sonriendo con mejor ánimo — ¿Nos vamos?
—Fue un gusto — Asentí en señal de respeto.
—El gusto es mío.
—Nos vemos viejo loco, te llamaremos al llegar.

Eran ya pasadas las diez de la noche y por ende el metro no era una opción para volver a casa así que tomamos un autobús que nos dejaría en el centro de la ciudad, allí mismo podríamos tomar cualquier otro autobús y volver a casa.

—-Hace frío — Dijo Tn___ tras estremecerse.
—Espérame, estoy seguro de que aquí tengo una chaqueta.

Dejé la guitarra a un lado y empecé a urguetear en el bolsón. Estábamos esperando el autobús al centro que aún no pasaba.

—Aquí tienes — Dije poniendo sobre sus hombros una casaca de cuero.
—Gracias — Ambos sonreímos.

Pocos minutos después finalmente llegó el desdichado autobús, el último de la noche. Debíamos comernos media hora pero el aire acondicionado hacia más ameno el viaje.

Poca gente transitaba por el centro; en la plaza no faltaba el grupo de muchachos fumando o bebiendo, aquellos que salían tarde del trabajo y uno que otro que salía a caminar por gusto a esa hora. Tomamos el otro autobús, este iba un poco más lleno que el anterior, nos esperaban cuarenta y cinco minutos de viaje a casa, y Tn___ se me estaba quedando dormida.

Con cuidado bajamos por la niebla, una vez ambos en el paradero el chófer partió al terminal a guardar la máquina. No había absolutamente nadie en la calle. Debíamos avanzar unas tres cuadras más hasta llegar al apartamento

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 28, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Trátame SuavementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora