Capítulo 4

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Comenzó el insoportable sonido de llamada, moví mi mano en busca de mi celular, lo que en realidad fueron 30 segundos de búsqueda, para mi fueron como 2 horas donde el sonido se intensificaba cada vez más. El lento proceso de recién despertar.

— Hija...

— ¿Mmh? — Contestó adormilada. Ni siquiera vi quién era antes de contestar.

— Soledad, ¿Aún estás en la cama? — Pregunta desconcertada. Aleje un tanto el celular de mi oído para ver la hora, eran las 08:00 am, mierda.

— No, claro que no mamá — Contestó, levantandome de la cama tan rápido como puedo. Comienzo a buscar mis cosas y arreglarme, mientras mamá decide hablar nuevamente.

— Mmh, está bien — Contesta no muy convencida.

— Y... ¿A que... debo el honor de tu llamada, madre? — Inquiero con la voz entrecortada y agitada terminando de vestirme por completo. Que difícil es hacer esto hablando por teléfono.

Escuche como mamá comenzó a reír.

— Supuse que te quedarías dormida y preferí llamarte — Contesta, que astuta eh.

— Mamá, tu poca confianza en mí me hiere — Digo con el celular pegado entre mi oreja y hombro, mientras sigo arreglando mi mochila con lo que me toca.

— No se trata de confianza Soledad, se trata de conocerte muy bien — Afirma riéndose — Ya voy... — Volvió hablar — Hija tendré que colgar. ¡Apresurate y no llegues muy tarde! — Dicho esto, colgo.

Corrí hacia el baño y me maquille un poco, sin tanta paciencia ni delicadeza, me lave los dientes, y volví a salir corriendo de ahí, tomé mi mochila, celular, audífonos, llaves y ahora sí, estaba lista.

Atrasada, pero lista.

...

Por suerte Manuel aún no se iba para su trabajo, así que él me pudo venir a dejar, como le queda de camino no se le hizo inconveniente alguno. Llegue 20 minutos tarde, por lo que no me querían dejar pasar, pero Manuel se bajo a explicar el motivo de mi tardanza (Omitió el hecho de que me quede dormida e invento la mayoría de la historia), le creyeron y tuvo que firmar mi atraso para que así me dieran mi autorización para pasar y gracias a él, no llamaron a mi mamá. Después de agradecerle un centenar de veces, se marchó y yo entre a mi sala correspondiente.

No es tan malo tener un padrastro después de todo.

— Hola — Decimos al unísono, al momento que me siento con Abbi — ¿Qué tal? — Volvemos a repetir, soltando un par de carcajadas.

El profesor se baja un poco sus lentes y nos mira fijamente con molestia. Nos hacemos las tontas como que nosotras no hemos sido.

— ¿Por qué llegaste tarde? — Pregunta Abbi susurrando, mientras copia la materia de la pizarra.

Saque mi cuaderno y estuche imitando su acto.

— Me quedé dormida y mi mamá me llamó desde su trabajo para despertarme — Contestó de igual forma, soltando una pequeña risa al igual que Abbi.

Un puesto adelante de nosotras estaba Juan Pablo sentado, quién solo se dio media vuelta en dirección nuestra, para hacernos callar.

Con Abbi nos miramos remedandolo y así, volvimos a reír, él giro sus ojos con molestia.

— Mario, no sabes el infierno que tuve que vivir ayer  limpiando esos baños — Hablo Juan Pablo casi en murmullo, que en realidad hasta Abbi y yo pudimos escuchar. — Jue horrible — Dice imitando a burro.

¿Odio o Amor? ||Juanpa Zurita||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora