Narra Juanpa.
Mierda, si en el próximo examen vuelvo a sacar una calificación igual o peor, mis padres me matarán y aparte repetiré la materia. Ya todos habían salido de clases sólo quedaba yo y claro, el profesor obviamente, ya listo me dispuse a salir de ahí, pero antes de poder lograrlo, me detuvo el profesor, ya se de que me hablará.
- Juan Pablo- giré y me llamó con su mano en señal de que fuera hasta donde él.
- me senté en una silla que estaba frente a él- ¿Si?- pregunté con algo de tímidez.
- Tú sabes, que si sacas nuevamente mala calificación desperdiciarás la materia, será como repetir- habló con su mirada fija en mí.
- Si profesor, lo tengo presente- suspiré.
- Entonces, ¿me prometes qué estudiarás?.
- Si, eso creo- hablé no muy seguro.
- Bueno de todos modos, para asegurar que estudiarás , tengo una solución.
- ¿Ah, si? y, ¿cúal sería su solución profesor?.
- Que Soledad te ayude a estudiar- habló esbozando una sonrisa, abrí los ojos como platos.
- Usted esta diciendo, ¿que yo le consiga ayuda a Soledad?, usted es muy gracioso, ¿eh?- hablé divertido.
- No es broma Juan Pablo, si no quieres reprobar deja tu orgullo de lado y pide ayuda.
- No, es imposible que le pida ayuda, pero de todos modos gracias- hablé levantándome de la silla y retirandome de ahí.
- antes de salir el profesor habló- Piénsalo Zurita, es tu futuro o le haces caso a tu orgullo y no haces nada- no hablé nada sólo salí en silencio.
¡No!, es imposible, que yo le consiga ayuda a Soledad, sería como pedirle ayuda al diablo en persona, aunque por una parte el profesor tiene razón, no es que yo sea orgulloso es sólo que ella es tan insoportable cuando se lo propone, pero de igual modo lo intentaré.
Narra Soledad.
- Soledad- giré.
- ¿Qué quieres Juanpabla?- rodo los ojos.
- Necesito, que me ayudes a estudiar- pausó- para el examen de matemáticas- habló con dificultad.
- Cerré el casillero- Juan Pablo Zurita pidiendo mi ayuda, ¿quién lo diría, no?.
- No quiero reprobar la materia- habló mientras miraba hacia otro lado.
- Oh, lo lamento tanto- comencé a caminar por el pasillo.
- No, Soledad, yo- lo interrumpí.
- No sabes como pedir ayuda, ¿verdad?- hablé sonriendo de lado.
- Vamos, ¿me ayudarás o no?- habló frustrado.
- Una petición como esta exige que te arrastres, que beses mis pies, no lo sé.
- Por favor- suplicó, wow esto si que me sorprende, lo hablaré con mi subconciente.
* Soledad- habla subconciente.
¤ Dime Soledad- hablo yo
* ¿Qué te parece si lo ayudas?
¤ Eres estúpida, estamos hablando del mismo cara de simio ¿no?
* Soledad basta ya, no seas dura con él, creéme que si no estuviera en este apuro no vendría a pedirte ayuda.
¤ Ok, ok.
- Está bien, está bien, te ayudaré, pero con una condición.
- frunció el ceño- ¿Cúal es?
- No te vayas a enamorar de mí- bromee.
- Miró y comenzó a reír- Por eso no te preocupes, no va a haber ningún problema- aseguró.
-Bien, nos vemos después de clases, cara de simio- ups, se me escapó.
Genial, ese monstruo irá a mi casa y le tendré que ayudar, solo le ayudaré porque me a dado lástima, solo por eso, a claro y porque mi subconciente me a obligado, solo por esas dos cosas.
El día pasó muy rápido, ya en casa fuí directo a mi cuarto, me recosté en la cama, hay algo mas hermoso que eso. En un momento escuché el sonido del timbre, mierda, había olvidado que el idiota ese vendría a mi casa, bajé lo mas rápido que pude para que no abriera mi madre y pensara quien sabe que, con la mente que esa mujer tiene, uno nunca sabe. Me detuve en la sala, para recuperarme estaba muerta.
¤ Nota para mí: Debo hacer más ejercicio.
Alzo la vista y me encuentro con nada más y nada menos que el estúpido ya sentado en el sofá de la sala.
- Fruncí el ceño-¿cómo has entrado?
- Tu madre me a dejado entrar- genial, ni si quiera le había avisado, ahora pensara que es mi no- no- vi- o iug.
- ¿Dónde está?- pregunté.
- Creo que en la cocina.
- Vuelvo enseguida- y después de eso fuí corriendo a la cocina.
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