Me desperté por mi celular que sonaba y sonaba, algo adormilada estreche el brazo para alcanzarlo, cuando logré tenerlo en mis manos, me fije eran 5 llamadas de Abbi, vi la hora eran las 11 de la mañana, habíamos quedado a las 11:30, mierda. Me levanté de un salto, tenía solo media hora para bañarme, vestirme, peinarme, maquillarme, etc. Substraje mi ropa del closet, la que iba a utilizar. Como el día se veía agradable soleado, me decidí por unos shorts, una blusa simple, y lo demás lo buscaba luego, me fui a bañar, me lave los dientes. Salí para arreglarme, me vestí, me coloque mis zapatillas que tenían algo de plataforma, lise mi pelo, accesorios, me maquille lo básico, mi chaqueta, mi bolso, mis llaves, mi celular, y listo, me quedaban 5 minutos libres, bajé a desayunar y ahí se encontraba mamá.
-Hola mamá- dije besando su mejilla.
- Hola hija- dijo tomando un sorbo de café.
- ¿Y Manuel?- pregunté. Preparándome un café, con tostadas.
- Fue a trabajar, esta semana le tocará trabajar de mañana- suspiró- y tú, ¿A dónde vas tan arreglada?- dijo fisgona.
- Saldré con Abbi y un amigo- dije bebiendo un sorbo de café.
- Oh, qué bien que salgas con amigos, así te distraes un poco- dijo sonriendo.
Sonreí, en eso miré la hora, eran las 11: 30 en punto.
- Bueno ma, nos vemos a la tarde- deje lo que había ocupado en el fregadero y antes de irme besé su mejilla.
- ¡Adiós hija, diviértanse!
- ¡Adiós ma!
Abrí la puerta y Abbi estaba ahí parada.
- Estaba a punto de llamar a la puerta- sonrió.
- Hola mi corazón de melocotom- bromee.
- Hola mi chimichurri- dijo siguiendo el juego
- Reí- ¿y Mario?- pregunté
- Está en el auto esperando por nosotras- ambas nos dirigimos al auto cuando entramos, yo me fui en el asiento trasero y Abbi de copiloto, salude a Mario.
- Hola Mario- esbocé una sonrisa.
- Hola enana- dijo encendiendo el auto
Durante todo el viaje fuimos riendo, escuchando música, etc. Y por ahí una que otra miradita entre Mario y Abbi. En un momento sentí que el auto aparcó, nos bajamos, fije mi mirada y estábamos en un parque de diversiones. Bajé, y entre corriendo como una niña pequeña, la verdad es que amo los parques de diversiones. Ya adentro fuimos por unas salchichas ya que el hambre había llegado a mí.
-Mario, ¿y tu prima?- pregunté confundida.
- Ya debe estar por llegar- respondió Mario algo nervioso, este chico tramaba algo.
Estábamos en el puesto de sodas, bebiendo una soda, obviamente, cuando Mario recibió una llamada telefónica.
- Estamos en el puesto de sodas- dijo, mientras que la persona de la otra línea respondía- Okey, voy para allá.- cortó la llamada.
- Chicas vuelvo enseguida- dijo levantándose.
Yo miré a Abbi por si ella sabía quién era pero creo que estaba igual que yo. Estábamos charlando cuando a lo lejos vimos a Mario, a su lado venía un chico, ya más de cerca pude distinguir quien era, No puede ser estúpido Mario.
