Epilogo

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-¡Lucas, deja a tu hermana!

-Es que Alessandra no me deja –protestó el de tres años- no me da el coche...

-Ale dale el coche a tu hermano –dijo Luke.

-El tiene la moto y no me la deja –se excuso alessandra.

-¡Porque tu no me das el coche! –gritó Lucas.

-¡Dame tu la moto! –le espetó Lucas.

-¡Ya basta! –de pronto la voz de Deyna hizo que los niños se inmovilizaran- se acabó, ni una pelea más...

-Pero mamá –protestó Lucas- no me da el...

-¡Lucas –advirtió la pelirroja a su segundo hijo- ya basta. Estáis asustando a vuestro hermanito.

-Alex –gritaron los dos a coro y salieron corriendo hacía su madre quien sujetaba a su hermano pequeño de tan solo unos meses, olvidando la tonta discusión.

-¿Puede venirse a jugar? –preguntó Lucas inocentemente.

-Todavía es muy chico –se burló Alessandra- no sabe jugar.

-Si sabe –la contradijo su hermano- ¿a que si mamá?

-Es pequeñito, cariño –le explicó su madre- pero pronto lo tendréis que enseñar.

-¿Y nos quitará los coches y las muñecas? –preguntó Ale.

Luke quien estaba al margen soltó una carcajada por la pregunta de su hijo.

-Espero que no... -murmuró.

-¡Luke! –lo regañó Deyna.

-Perdona, amor –se excusó él.

Después miró a su familia con amor. Hacía cinco años que estaba casado con Deyna, cinco años de amor y felicidad, y cada día se sentía más y más dichoso. Una mujer y tres hijos ¿Qué más podría pedir?

Habían esperado un poco para casarse, Deyna había ido a la iglesia con una barriga de casi siete meses, y había sido para él la novia más guapa del mundo, con sus ojos brillantes de felicidad, y aquella sonrisa que le quitaba el habla. Liz no había podido ser más feliz con las noticias, ellos se juntaban nuevamente, se casaban y encima ¡iba a ser abuela! No había podido ocultar su felicidad y había presumido de todo ello.

Tres meses después de dicha boda, Dulce había dado a luz a su primera hija; Alessandra

A la que habían consentido todo lo posible y más.

Había sido tan grande su amor, que dos años después, Deyna había anunciado nuevamente que estaba embarazada, él casi había saltado de felicidad, al saber que iba a ser padre de nuevo, Lucas había nacido después de horas tortuosas en el paritorio, había sido un parto largo y rebelde, como el, quien siempre discutía con su hermana.

Habían sido felices, con sus dos hijos, habían comprado una nueva y amplia casa en la que vivían felices.

Pero poco más de un año atrás, había decidido ampliar la familia, con un nuevo miembro, y ese era Alex, el pequeño de la casa, que tenía la atención de todos, sus hermanos orgullosos pedían verlo cada dos por tres, y jugar con él.

-Bueno, hora de dormir –dijo Luke, Deyna lo miró.

-¡Nooo! –protestaron los niños.

-Es tarde, cielo –dijo su padre- y mañana hay colegio.

Cargó a sus dos hijos en brazos, y caminó con ellos, hacía su habitación, los tiró sobre la cama, mientras reían y gritaban, cada noche una lucha de diversión.

Un novio diferente-Luke Hemmings-TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora