Introducción

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Mi vida es demasiado aburrida. Vivo en una pequeña ciudad al norte de España, una cuidad lo suficiente pequeña para conocer a la mayor parte de la gente y su vida.

Nunca he sido una persona muy amigable y mucho menos popular, aunque no considero que mi personalidad sea un problema. Yo como muchas otras personas incapaces de relacionarse con mucha gente hago esto: cambio. Cambio de ropa, cambio de actitud y cambio de personalidad o gustos adaptándome a las personas que en ese momento estén a mi alrededor. Puede parecer mal esto que acabo de decir, podéis pensar -Esta chica no tiene personalidad alguna-, pensad lo que queráis.

Mis razones son simples, no me gusta involucrarme mucho con la gente, porque tarde o temprano cambia, o simplemente se vuelve todo demasiado predecible y aburrido. Por ello necesito cambios, cambios que me lleven a conocer todo tipo de gente, incluso si son completamente opuestos unos de otros; en este caso es mil veces mejor, no sé.

No conservo casi ningún amigo de cuando era niña, quizás porque en cierto momento de nuestras vidas simplemente nos separamos y no había tiempo de juntarse, aunque si estoy completamente segura de que si hoy en día nos volviéramos en encontrar no tendríamos nada en común.

La gran mayoría de las personas que han pasado por mi vida a lo largo de los años ha tenido diferentes opiniones acerca de mí, desde una persona tranquila, hasta una maniática de el sufrimiento ajeno ( esto ultimo es real).

Y aun con todo lo que acabo de decir, increíblemente sigo rodeada de gente.



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