Cap.36 "Dulces sueños"

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En ese momento por fin tenía la suerte de poder pagarme un vuelo, así que no tardé mucho en llegar a España.

Estaba esperando en la cola para facturar la maleta y me puse a pensar, como seria volver a ver a mi padre, volver a remover el pasado...

Dolería.

Mucho.

Ni siquiera había llegado allí y ya me estaba doliendo.

Después de un rato, me encontraba ya sentado en mi asiento del avión, mirando por la ventana, íbamos a despegar, y en dos horas habría llegado...
No quería pensar en lo que me esperaba, tenía que ser cauteloso, si algún policía me reconocía, me podía dar por muerto.

Aunque dudaba que Alma pudiera ser capaz de hacer eso...
O no sé, realmente no la conocía bien, no sabia de lo que era capaz.

Me hospedaría en un hotel, todo esto con el carné falso que llevaba usando durante dos años en Alemania, y con una identidad nueva, bueno, se puede decir que había cambiado mi imagen, más que nada para prevenir.

No podía permitirme acabar en la cárcel, y menos ahora que tenia un hijo al que cuidar.

Me puse música y cerré los ojos, quería desconcentrarme, dejar de pensar en todo aquello.

Wonderwall sonaba en mis oídos mientras mi mente se desvanecía.
Y me quedé dormido.

- Fran. ¡Has vuelto! Te he estado esperando.

Dijo con una rosa entre sus manos.
Estaba más guapa que nunca.
Su sonrisa era igual de preciosa.
Me sonreía con sus pequeños mofletes sonrojados.

Me acerqué a ella y quise acariciarle el pelo, pero en cuanto mi piel entró en contacto con su cabello, ella se deshizo en mis manos.

Como la dulce y amarga ilusión que era.

Como el ángel que extendía sus alas y volaba, lejos del demonio que le atormentaba, yo.

Me arrodillé en el suelo.
La había perdido de nuevo.
Había perdido a mi ángel.

Una sacudida en el hombro me despertó.
Alcé la vista y una azafata me sonreía mientras me señalaba el reloj.
Ya habíamos aterrizado, y el avión se estaba vaciando.
Le sonreí agradeciéndole por avisarme, y cogí mi cartera.

Salí y lo primero que hice fue ir a por mi maleta, cuando la tuve, después de unas cuantas respiraciones para tranquilizarme, salí y el frío nocturno de Madrid me dejó helado.

Una vez llegué al hotel, me dieron mi llave en recepción, y entré a mi habitación.

No era un sitio muy lujoso, ya me había gastado suficiente dinero en el vuelo, no debía abusar.

Me tumbé en la cama.

El sueño que había tenido en el avión me había dejado muy confundido..

Yo ya lo tenía superado.
Joder, iba a tener un hijo.
¿Cómo podía permitirme tener esos sueños relacionados con Alma?
Y yo quería a Hanna...
Sentía que la estaba traicionando, aunque no fuese conscientemente.

Me sacudí la cabeza intentando alejar esos pensamientos de mi mente y intenté concentrarme en dormir, pero mi mente estaba nublada.
Había un ángel que no dejaba que conciliara el sueño.





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