Capítulo VI

151 6 1
                                    

Desperté y a deserción con la última vez reconocí inmediatamente donde estaba, miré mi celular y marcaba cinco y veintitrés.

Sentí algo apoyado en mi cintura, me movimiento sigilosamente para ver que era y era su mano. Estábamos prácticamente durmiendo como se dice vulgarmente "dormir en cucharita", pero no fue tan literal.

Sólo quería ver la expresión de su rostro en el momento ese tan lindo, tan incómodo, tan raro, tan superficial, tan indescriptible. Como estaba boca abajo, sólo di vuelta mi cabeza del lado izquierdo, al derecho morando así como estaba él.

Una vez que me di vuelta él seguía dormido, yo también estaba algo dormido aún pero vi puntillosamente la expresión de su rostro y que a centímetros de mi estaba queriendo acercarse y lo hizo sólo con una mano sobre mi cintura. Exploré con mi vista cada fragmento de su cara, cada pestaña, pelo de su barba que era tan negra, arreglada, su respiración tan tranquila saliendo de su nariz mediana y sus labios gruesos que no emitían movimiento en ese momento.

Fue ahí cuando me di cuenta de algo por haber observado cada facción de su cara, con cada respiración y con cada gesto de amabilidad, de amor, me di cuenta que me había enamorado de Eric. No pensé otra cosa en ese momento y me olvide de toda mi vida, sólo pensé en una con él.

Posé mi mano derecha debajo de si cuello sin tocarlo, sólo para estar cerca de el y me dormí de nuevo, me daba mucha vergüenza todo esto, si iba a pasar algo que lo comenzase él, yo tenía mucha timidez y si no empezaba él, no iba a poder ser, yo no tenía el coraje.

***

–Fer, ¿estás bien?

sentí como agitaban mi hombro lentamente, y de esa manera fui abriendo mis ojos Si, ¿vos?

–Si, dormimos casi 6 horas, ¿no querés comer algo?

–No está bien.

Me di vuelta hacia arriba mirando el techo de un color blanco profundo y lo miré a él que estaba acostado mirándome de lado.

–¿No me debías una respuesta? - pregunté -

–Si

–¿Y?, no me la vas a contestar

–No se, no me acuerdo cómo era la pregunta –dijo

–No te voy a seguir el juego, así que voy a ser directo ¿Te gusto si o no?

–¿Seguro que querés saber? Pero si te contesto me tenés que contestar una pregunta vos a mí.

–Dale –dije seguro

–La respuesta es no, y mi pregunta es ¿a qué se debe esa pregunta?

En ese momento en todo lo que creía se derrumbó, ya no sabía que pensar, mis pensamientos estaban errados, pase una vergüenza que nunca en mi vida creí que algo podría igualar, ver la cara de él y por la mente me pasan cosas que él podría estar pensando como "ilusioné a este gay", " le gustan los mayores", y cosas que me desgarran que tal vez nunca pensaría.

–No sé porqué lo pensé, perdón si te molestó - no hubo momento que hubiera decido estar dormido de nuevo -

–Perdón si por ayudarte pensaste otra cosa, no fue mi intención - contestó -

Pero ya lo hiciste, me dejaste en ridículo.

–Creo que ya es hora de irme –dije y me levante muy rápidamente

–¿Te enojaste? –preguntó

Me empecé a poner el pantalón y la ira me corrompía, no era con él, era conmigo por haberme creído cualquier cosa. Era una teoría para proyectar el porqué de tanta generosidad, pero parece que sólo fue generosidad, no fue por que le gustase o algo parecido.

–No –contesté frío mientras comenzaba a ponerme las zapatillas

–Me aparece que si, tu cara cambió en lo absoluto –me miró con cara rara

–La verdad es que creí que te gustaba, no por que vos me gustes a mi, su no que traté de buscar una explicación de porque eras tan bueno, generoso... –y en ese momento me di cuenta que tenía puesta la misma ropa que él me había comprado, no pensé en otra cosa que en quemarla

–Entonces porqué te vas tan enojado, porque no me gustes. Quédate un rato más.

–Es tarde –dije

–Bueno, me cambio y te llevo.

–No –dije frío

–No tenés como irte –me recordó

–Camino –traté de responder lo más frío y cortante que pude

–¿Yo a vos te gusto?

–¡No! –dije

–¿Entonces por qué te pones así?

–Estaba confundido. ¿Me dejas irme? –no me quería ir en el fondo, pero mi orgullo y ego son mucho más grandes

–¿Me dejas llevarte?

–No.

Salí de la habitación y el se levantó rápido, lo escuche, pero yo me apuré y salí. Era obvio que el no iba a salir e iba a tardar en cambiarse, esperaba que no fuera tan atrevido de salir semi-desnudo a la calle. Gracias a dios no lo hizo.

PROHIBIDO (Gay) [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora