• Capítulo 3 •

840 48 5
                                    

Narra Abe*

La estupidez de Lucy no tiene límites, en serio. ¿Qué es lo que pensó cuando compró esos trajes? Y eso no fue todo,  compró una tarántula.
Y para colmo, ahora está suelta y rondando por ahí. Intentamos buscarla, pero fue en vano.

Las arañas son como ninjas, rápidas.
Así que no nos quedó de otra que dejarla suelta y dormir.

Habíamos decidido dormir juntas esta noche porque todas estábamos algo asustadas...

Nos "dormimos", por que yo no estoy dormida. Bien, en lo que estaba. Nos dormimos en la habitación más grande, esta tenía espacio para dos camas matrimoniales y un enorme sillón blanco.

Habíamos decidido que dos dormirían en cada cama y que alguna dormiría en el sillón. Esa fue Lucy, todas sabemos que ella es de las personas que se mueven demasiado al dormir, y es realmente estresante.

-Deja de hacerme cosquillas Lucy...-lloriqueó Acacia adormilada.

-No te estoy haciendo nada...-contestó la otra.

Me alarmé y volteé a la otra cama ya que Acacia dormía con Emily. ¿Y si era un ladrón, pedófilo/violador?

No, no lo era. Acacia estaba intacta...
Pero presté más atención, ya que estaba oscuro. Y logré ver la silueta de algo casi redondo, sobre Emily.

-Deja de pellizcarme Acacia.-se quejó Emily.

-No soy yo...

-Lucy, deja de molestar.-regañó Emily.

Miré a Lucy y ésta estaba fundida en sus mil sueños.

Mis ojos lograron adaptarse a la oscuridad, así que lograba ver un poco mejor, miré a las dos chicas de la cama vecina y...

-Acacia, No.Te.Muevas.-le dije despacio.

La tarántula, estaba sobre ella.

Acacia me obedeció y se quedó quieta, pero Emily al contrario, saltó de la cama.

Corrí a encender la luz, y al voltearme, encontré a Emily con una chuleta en la mano, apuntando hacia Acacia. ¿Qué carajos?

Acacia se veía alarmada, ya que por fin vio al causante de las cosquillas.

-Quítenmela...-susurró con los ojos cerrados.

-¿Dónde está la pecera?-preguntó Jodie.

Lucy alzó su mano y apuntó hacia alguna parte de la habitación, aún dormida.

-Quítamela rápido.-las lagrimas de Acacia comenzaron a salir.

-Cálmate.-ordené yo.

-Tiene colmillos...-susurró Emily.

Emily, no estás ayudando...

-Ahhhhhhh-Acacia saltó de la cama e intento sacarse la araña, sacudiendose.

La araña saltó a Jodie.

-¡Quítamela! ¡Quítamela!-comenzó a dar saltos desenfrenadamente.

Ya harta de sus boberías, me llené de valor, tomé la pecera que ahora estaba en el piso y atrapé la araña.

5 Damas No Muy EducadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora