No muy bien llega mi padre la chica me susurra:
- Debo irme.
Yo al igual que ella por vergüenza a mi padre también le susurro: -- Está bien.
Luego de irse quedé con una sonrisa, también quedé de una cita con esa chica que tanto llega a mi mente desde el primer día en que la vi. El día termina de transcurrir y ya es hora de irse a casa, mi padre y yo empezamos a guardar todo en nuestro pequeño sitio en el mercado. Llegando a casa como de costumbre, me siento encima de esa gran roca debajo del árbol a descansar un poco, fue un día largo y aunque mi padre me regañó varias veces valió la pena; empezó a oscurecer y ya estoy en casa apenas acaba de chocar el inicio de la noche y el fin del día, ahí acostumbro a llegar a casa, en medio de ese choque y minutos antes de que el claro día se marche sin dejar rastros por ese camino oscuro, me siento en esa roca a esperar su partida. Mientras el sigiloso cambio de luz sucede, suelo pensar unos minutos antes de entrar a casa, dando tiempo a que mi padre use la ducha; luego de ese largo día me vendría bien un buen baño.
Y como de costumbre en estos días solo pienso en esa chica y en este momento es lo mismo. Mientras espero, pienso en nuestra cita, desesperado porque llegue pienso: "Debo fijar el día mañana en cuanto la vea", pero recuerdo, mañana es sábado y sólo trabajamos hasta las 12 del medio día, es posible que ella no vaya, ya que siempre va de tarde al mercado. Siento una angustia con una desconcertante inquietud, me culpo a mi mismo, "debí fijar la fecha en cuanto aceptó venir", solo me queda esperar; con suerte ella mañana irá al mercado.
Mi padre sale y me grita desde la puerta: - -- No tardes en entrar, iré a encargar algunas cosas para el lunes.
Yo respondo: - Si señor.
Y antes de entrar a la casa a ducharme me digo: "Con suerte ella irá". Entonces entro, como acostumbro a hacer tomo una ducha y me tiro en el sofá que hay en la sala, pasan varios minutos, siento un sueño enorme, "A de ser por todo el trabajo de hoy", estoy agotado, así que me tiraré a la cama pero antes por si me duermo dejaré la llave a papá donde siempre. Dejo la llave al lado de la roca debajo de unos pequeños arbustos, entro, cierro la puerta y voy directo a la cama. Luego de tirarme en ella no pasaron ni 10 minutos y ya estaba dormido. Antes que mi padre, el gallo cantando y la claridad del amanecer me despiertan, dejé una ventana abierta para tomar aire, a causa de eso me ha despertado la claridad. Me visto con una de esas ropas medias sucias que sólo uso para trabajar, en ese momento miro las de trabajar y las de salir que casi nunca uso y noto que tengo más de trabajar.No tardó en aparecer su recuerdo, sonrío y continuo. El cepillo, los panecillos, el café.
Ya en el mercado tengo los ojos más abiertos que nunca, espero ver a esa chica, en cuanto la vea iré y le diré que quedemos mañana en la noche. Mientras transcurre una mañana como la de cualquier sábado, veo aquella chica; lleva un mangas largas blanco con un pantalón muy pegado y su lindo pelo me dice con más fuerza que es ella. Sin dudarlo voy y la tomo del brazo, en cuanto la tomé del brazo rápidamente volteó a mi, pegó un grito corto y sin mucha fuerza, no era Graciela. En ese momento me paralicé, un Tipo alto la acompañaba y en cuanto la solté me pegó un empujón que casi caigo de espaldas; choqué con algunas personas y eso me detuvo. No tardé en pedir disculpas a con quienes había tropezado cuando reculaba hacia atrás.Pero aún no acababa ese vergonzoso momento, los tres al mismo tiempo miramos la forma de mi mano pintada en ese suéter de color blanco, mi mano se veía tan bien marcada gracias a que las tenía muy sucias.
Su acompañante se dirige a mi, en ese instante aparece mi padre que estaba viendo lo que sucedía y le da un empujón que casi le sucede igual que a mi, antes de que suceda algo más digo: - Papá ha sido mi culpa.
Y mi padre sin dejar de mirarse directamente a los ojos con él me dice: - Discúlpate con la chica.
Para no empeorar las cosas camino un poco hacia la chica y le digo:
- Pido disculpas por lo sucedido, no volverá a suceder tendré más cuidado.
Pero a la chica no le basta con simplemente una disculpa y me dice: - Pídeme disculpas de rodillas.
Lo dudo bastante, creo que una disculpa fue suficiente. Mi padre piensa lo mismo y ordena no hacerlo, no quiere que me humille a tal punto. Quien acompaña a la chica insiste en que lo haga pero mi padre ya me ordenó no hacerlo, entonces decido tomar la decisión correcta.
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Una noche con su cuerpo
PuisiSolemos admirar la belleza femenina en todos sus aspectos , catalogarla como Diosas , fieras , únicas y de muchas más maneras unas morbosas otras educadas y adecuadas. Todos hemos tenido fantasías con esas chicas de faldas cortas y de lindo escote...