Un primer beso hacedor de pasión (Cap 7)

1K 53 0
                                    

Respondo:

- Pude llegar gracias a que mi padre me explicó, el venía aquí hace muchos años. 

Ella dice:

- Mi madre también, cuando tenía más o menos mi edad, bueno entremos nos divertiremos mucho.

Así mismo fue, hice muchas cosas que nunca había hecho, subí a muchas máquinas de diversiones, mi favorita fue la gran rueda gigante ahí recordé aquello que había pensado de la gaviota y el cielo, estaba en lo alto mientras el aire me daba tal y como a esa gaviota, miré al cielo y pensé que estaba lejos pero ahora la tengo a mi lado, ella era mi cielo en mi pensamiento y lograré que también lo sea en mi realidad.

Ella toma la cámara y tira algunas fotos, me pide que me pegue un poco a ella, aún más y que sonría para la foto; me sentía al máximo.

Era como un sueño, estaba allí con ella sonriendo y disfrutando, fuimos por varios algodones de azúcar, tomamos algunas sodas pero no tantas como todas las fotos que nos tomamos

Las horas con ella volaban ya empezaba a oscurecer y justo cuando le iba a decir debo irme ella me dijo: "debes irte".  

Le dije: "si, prometí a mi padre que llegaría temprano" y justamente saliendo de el parque de diversiones veo la chica a la que le ensucié el suéter en el mercado, como en aquella ocasión va con el chico que me dio el empujón.

Ellos van entrando y yo saliendo, frente a frente nos quedamos mirándonos paralizados y la chica dice: "¡estás loca! ¿qué estás haciendo?". 

Con un gesto en su cara dice: 

- Graciela ¿qué haces con este?, ese fue el mugriento que me tocó en el mercado.

El chico dijo al mismo tiempo:

- ¿Qué estás haciendo Graciela? (en un tono muy fuerte) y repite ¿qué estás haciendo?

 Trata de tomarla a la fuerza de la mano y la hala en contra de su voluntad, su actitud es muy exaltada.

Ella dice: "¡suéltame Edward!". 

El no la suelta, me empecé a sentir excesivamente enojado y dije en un tono fuerte: "¡suéltala!, ¿acaso no oyes?, el la soltó para dirigirse a mi, en ese instante recordé como me empujó en el mercado,  no iba a permitir que sucediera lo mismo dio varios pasos hacia a mi y me lanzó un puñetazo, podía verlo perfectamente, era lento lo detuve con mi izquierda y le pegué un fuerte golpe con la derecha, sólo bastó un golpe para derribarlo, creo que le rompí la nariz, está sangrando.

Graciela me toma de la mano y me lleva afuera, me dice:

- Debes irte. 

Le pregunto:

- ¿Conoces a esa chica?.

Me dice: 

- Si, es mi prima.

Pregunté:

- ¿Y el chico?

Responde:

- Te cuento después.

Y me da un beso, fue rápido pero pude percibirlo e hice que fuera un beso mutuo, fue algo impredecible pero no me tomó por sorpresa.

Me dice: "vete"  le digo "esperó verte el lunes" me dice "está bien ya vete".

Me voy, sigo enojado pero feliz, el lado malo es que esa chica le contó de mi, me llamó de una manera desagradable solo porque ella tiene dinero me llamó mugriento a pesar de que voy limpio y cambiado.

Pero lo que le halla contado a Graciela no importó, me beso sólo fue un beso pero eso significó mucho. Pasó de ellos por mi  y así lo descubrí, si le importo, no me lo dijo pero como dicen "Un acto vale mas que mil palabras".

Voy a toda velocidad por el camino de vuelta a casa  con ella en el pensamiento, en los ojos el sol marchándose. 

la noche cayendo, siento como se va tornando frió mientras más oscurece pero también siento ese aliviador tibio ardor dentro de mi pecho , nunca lo había sentido todo dentro se siente más vivo, no importa que el sol se pierda en la oscuridad, esto es como una antorcha que llevo en la mano y que su luz traspasa mi piel dando calidez dentro de mi aunque no sé si esa antorcha se apagara pronto y solo es una luz de ilucion la que emana  asi que seguiré persiguiéndola  para saber si yo también he sido su luz o su ilucion  cualquiera de las dos estaría bien.




Una noche con su cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora