33. No es una buena hora ni para estar despiertos.

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Llegamos a mi casa, y después de que mi madre me besuqueara por octava vez en el día, fuimos a mi habitación. Donde había una televisión y la play.
Me senté en la cama, y Joaquín hizo lo mismo. Ah, aclaro, que antes de venir a mi casa, pasamos por la suya, y le obligué a ducharse, cambiarse de ropa y echarse grandes cantidades de desodorante.
Conecté la consola y me pasé un mando, quedándome yo con otro.
Pusimos el juego, al que siempre jugábamos cuando hablábamos. El fifa.
-Venga, cuenta- dijo por fin el. Respire hondo y comencé.
-Pues... Hay una chica
-Lo sabia- dijo interrumpiendome, a lo que yo, le mire con mala cara. -perdón, sigue.
-Hay una chica, que me gusta mucho. La he conocido en el correccional.
-¿Y porque esta?
-Pues... Ella vino del manicomio, ya que nosotros tenemos mejores médicos- asintió entendiendo -la conocí cuando...- y así seguí, contándole cada cosa que nos paso y cada sentimiento que tuve por ella en cada momento.
-¿Y a que esperas?- me dijo cogiendome de los brazos y balanceandome de un lado para otro.
-Joaquín, para- el me hizo caso -espero que ella se decida... Si quiere estar conmigo o no.
-¿Y ya te la has follado?- negué con la cabeza, tranquilo, sin preocupación -¿Y a que esperas? Siempre estuviste buscando a la adecuada para perder tu virginidad, y ahi la tienes.
-Pero es que ella también es virgen- le grité, el abrió los ojos de par en par.
-¿No me dijiste que estaba súper buena?
-Y lo esta
-Pues dila que venga, y con su hermana melliza.
-Pero Joaquín, su hermana tiene novia
-No me importa, yo la pongo mirando pa' Cuenca y listo, se la pasa la tonteria- reí por su estupidez y asentí, pensaba hacerlo, pensaba llamarla, pero ya mañana, que eran las cinco de la mañana, y no era una buena hora para decir a alguien que se venga a... A quien quiero engañar, no es una buena hora ni para estar despiertos.

The correctionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora